Capítulo 54

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Ian y yo estábamos en el auto, escuchando una estación que nos pareció tener buena música. Realmente no prestábamos mucha atención, estábamos sumergidos en nuestra plática.

-Creo que Jonh no se lo pensó ni tres veces cuando te dijo que podías ir.

-Lo sé.-contesté con una sonrisa.-De hecho creí que tendría que suplicar un poco más.

-Bueno pero lo bueno es que estas aquí.-me tomó la mano y sin quitar la vista de la carretera me besó el dorso.

-Y bien...¿a dónde vamos?-insistí por milésima vez.

-Muy bien niñata, como no dejas de dar lata con eso, vamos a ir a un pueblito muy bello, en realidad ahí pasé mi vida hasta que cumplí los 7 y me fui para la ciudad. Pensé en llevarte a la playa, o acampar, pero quería que conocieras este lugar.

-Seguro me encantará y gracias.-dije mirando por la ventana.

-¿Por qué me das las gracias hermosa?

-Porque me hace feliz que compartas un pedazo de tu niñez conmigo.

-Cada uno de mis momentos quiero compartirlos contigo.-dijo robándome un suspiro de enamorada

*****************

En una hora ya estábamos dentro del pueblito, tenía unas colinas de un tamaño mediano y verdes muy verdes, el cielo era tan claro, la calles empedradas, y las casas muy sencillas y bonitas. Las personas ocupaban su bicicleta para ir a todos lados. Todo era tan bello, me quedé fascinada mirando por la ventana, y sentí el contacto de su mano en mi pierna.

Miré a su dirección y ambos sonreímos, condujo todavía un tramo más hasta que llegamos a una casa de color naranja claro, estacionó el auto en la entrada y bajó.

Abrí la puerta y bajé también, me dio las llaves de la casa para que pudiera abrir mientras él sacaba nuestras dos mochilas de la cajuela. Entré yo primero y la casa tenía una decoración muy sencilla.

-¿De quién es la casa?-pregunté ayudándolo con mi mochila.

-De mis abuelos, ellos vivían aquí pero se mudaron a la ciudad también, así que está casa quedó sólo para vacaciones.

-¿Y la casa donde tú vivías?

-Mis padres la vendieron.-contestó sentándose en el sofá y jalándome para sentarme a su lado.

-Es bella.-dije mirando aún las fotografías colgadas en la pared.

-Pero no más que tú.-dijo tomándome la barbilla y besándome de forma suave y dulce.-Deberíamos dormir un poco amor, el viaje fue largo, son las 6 de la tarde, en la noche podríamos salir a dar una caminata y cenar fuera.

-Está bien.-contesté. Fuimos a la habitación con las mochilas, las dejamos en el pequeño sillón que había dentro de la habitación y nos acostamos, sacamos una manta del closet y me abrazó para caer en un sueño profundo.

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Abrí mis ojos muy lento, el brazo de Ian me impedía alcanzar mi teléfono, traté de apartarlo un poco pero apenas lo levanté ligeramente se despertó.

-¿A dónde vas?-dijo medio adormilado.

-Sólo quiero alcanzar mi teléfono.-contesté.

Lo tomé y eran las 8:15 pm, era relativamente temprano, mi estómago rugía, tenía hambre, después de salir del colegio no comí nada. Por suerte había avisado a Jonh que había llegado a la "playa". Sí no, en este mismo momento me estaría reclamando por no haber avisado.

-¿Qué quieres cenar niñata?-dijo Ian recargando su cabeza en mi hombro.

-No lo sé ¿cuales son mis opciones?-enredé mi dedo en un mechón de su cabello, jugando con él. 

-Umm, hamburguesa, hot dog, en un local de por aquí venden tacos, sí quieres algo más sencillito.

-Una hamburguesa suena bien.-contesté acariciando mi estómago.

Nos levantamos con mucha pereza de dejar esa cómoda cama, busqué mis zapatos y me los coloqué. Tomó las llaves de la casa y salimos a caminar por esas bonitas calles, tomados de la mano, ¡que bien se sentía caminar con él sin tener que escondernos!

La gente nos saludaba educadamente, un "buenas noches" por aquí, por allá, Ian conocía mucha gente y como era un pueblo relativamente pequeño, todos se conocían.

-¿Ian?-preguntó una señora de mediana edad, con una arrugas apenas notables y una trenza perfectamente peinada con su cabellera color castaño.

-¿Señora Molly?-Ian se notaba muy feliz de su encuentro con ella.

-Vaya, que muchacho tan grande, hace mucho que no nos visitabas.

-Desde que mis abuelos se fueron de aquí, han pasado ¿7 años?

-Perfectamente cumplidos, no has cambiado nada, sólo te pusiste más guapo mi niño.-dijo agarrando sus cachetes y apretándolos como una abuelita a su nieto. Lo que me hizo soltar una risita. La señora me miró y me sonrió.-Que mal educado Ian, ¿quien es ella?

-Oh que tonto, perdón. Molly ella es mi novia, Nicole.-dijo sonriéndome y provocando un ligero cambio de color en mi rostro.

-Mucho gusto, Nicole.-contestó saludándome con un amistoso abrazo inesperado.-Es muy hermosa tu novia.-le dijo a Ian.

-Ni me lo digas, vaya suerte la mía de encontrar a Niki.-contestó.-Bueno, sí nos permites íbamos a cenar una hamburguesa.

-Claro mi niño, ¿por qué no vienen mañana a mi casa? Habrá una fiesta, es el cumpleaños de mi marido, nos dará mucho gusto tenerte en la casa.

-Con gusto Molly, ahí estaremos.

-Bueno, un gusto Niki.-dijo Molly despidiéndose con un beso en la mejilla.-Cuida a mi muchacho, o cuídate de él.

-Yo creo que será la segunda.-me reí y miré a Ian.-Un gusto señora

-Dime Molly, bueno vayan mis encantos.

Cada quien siguió su camino, Ian se colocó detrás de mí, abrazándome por la espalda, caminamos en dirección a un pequeño local donde vendían todo tipo de antojitos, pedimos nuestras hamburguesas y nos dedicamos a comerlas con toda calma y a platicar de diversos temas. Que bonito era esto de estar con él sin ningún temor. Estando fuera de su departamento, no es que me disgustara ese departamento, sólo que esto también era muy bello. Y mañana iríamos a la fiesta de Molly.

Este va a ser un excelente fin de semana...

Sabor a prohibido (#Wattys2016)Where stories live. Discover now