Capitulo 50
–todo quedó perfecto. ¿Podemos irnos ya? –pregunto Matt. Me senté en el sofá tratando de regularizar mi respiración.
Habíamos limpiado absolutamente todo el apartamento, no era tan grande por lo que nunca me imaginé cansarme tanto. Abrí los ojos cuando sentí a Matt sentarse a mi lado.
–quedo todo perfecto, gracias –murmuré con una sonrisa.
–¿estas cansada? –cuestiono.
Negué con mi cabeza. Aunque la verdad, si estaba demasiado cansada. Matt sonrió.
–¿porque no vemos la película aquí?
Lo mire sorprendida.
–¿de verdad?
–¡claro! No es justo que tu conozcas mi casa y yo no haya pasado ni diez minutos en la tuya.
Reí.
–entonces esta bien. Pero pediremos pizza –dije levantando el teléfono–, ¿quieres?
–¡por supuesto que si!
–genial. –musite.
Marque el numero de la pizza y empecé a llamar. Eran casi las 7:00 de la noche, la cena tendría que venir pronto.
–¿que película quieres ver? –pregunto Matt revisando entre todas las opciones.
–escoge la que tu prefieras –me vi obligada a susurrarselo porque me atendieron del otro lado de la línea.
–>>si buenas noches. ¿En que podemos servirle?<<
–amm, buenas noches, quiero pedir una pizza con peperoni.
El hombre siguió haciendome preguntas hasta que por fin pude colgar el teléfono. Camine hasta donde estaba Matt poniendo un disco en el DVD.
–veo que ya elegiste, ¿cual escogiste? –pregunté sentándome en el sillón.
–es Annabelle –soltó de pronto.
Tragué saliva.
–¿A-Annabelle? –repito nerviosa.
Nunca había visto completa esa película, hubo una vez en la que Jullie intentó hacerme verla pero a los 15 minutos dije que iba a ir a dormir. No me gustaría que una muñeca poseída tocara mi puerta preguntándome si la extraño.
–sí. ¿Te da miedo? –preguntó con diversión en su voz.
–claro que no. Es muy raro que esas películas de terror tengan efecto en mi.
Matt arqueó una ceja y sonrió.
–bien, entonces veámosla.
Se levantó y apagó la luz de la sala. ¿Porque apagar la luz? era algo totalmente innecesario, pero decidí no decir nada. Matt tomó el control y le dio play. Las letras empezaron a salir y pronto el rostro de la muñeca apareció en mi televisión.
El timbre hizo que se me cortara la respiración pero logré ocultarlo.
–yo iré.
Me levanté y abrí la puerta, el repartidor del otro lado me sonrió y me tendió la pizza.
–muchas gracias. –dije después de pagarle.
El repartidor luego de dar las buenas noches se dio la vuelta y se fue. Cerré la puerta y puse la caja en la mesa centro de la sala.
–huele delicioso –murmuró Matt.
Sonreí. Huelía realmente bien, mi estómago empezó a rugir. Le di una porción a Matt y tomé otra para mi, al darle la primera mordida el sabor explotó en mi boca de manera exquisita.
