Capitulo 46

7.3K 524 17
                                    

Capitulo 46

-Chelsea-

Cerré la puerta del apartamento y rompí en llanto. Llegué al sofá y solté todas las lágrimas que estaba conteniendo, llorar ahora se había convertido en algo común en mi. 

Cada vez se me hace mas difícil estar lejos de Matt, días atrás me obligué a pensar que seguro con el tiempo me acostumbraría; pero al parecer me equivoqué, el tiempo solo a empeorado todo. Lo extraño y me duele demasiado. 

Levanté mi cabeza de mis manos cuando escuché un ruido en la cocina. Sorbí por mi nariz y limpié las lágrimas que corrían por mis mejillas. En la televisión habían salido personas diciendo que ahora en los edificios no había demasiada seguridad como se debería, y que por eso han sido con incontables robos de muebles o cosas de valor. 

Pero Sam estaba aquí y por el contrario. Estaba echado por mis pies totalmente dormido.

Me tranquilice un poco cuando sentí a Sam cerca de mi tranquilo, como si todo estuviera bien. Pero de nuevo él ruido volvió a escucharse, esta vez Sam levantó la cabeza atento.

Con pasos lentos me fui acercando a la cocina hasta que llegue a la entrada. Me apoyé en la pared preparándome mentalmente para lo peor. Decidí que era hora de salir y que cualquier cosa que pasara debía de afrontarlo. Aunque estaba en desventaja, él posiblemente estaría armado y yo no tengo nada.

Tragué saliva y di un paso hacia fuera.

Palidecí cuando vi a Matt frente a mi, ni siquiera tuve que salir de mi "escondite" fue él quien se dejó ver. Las palabras no podían salir de mi garganta, la sentía seca al igual que mis labios.

–¿q-que estas haciendo aquí? –tartamudeé.

Me obligue a dar unos pasos hacia atrás cuando Matt empezó a caminar hacia mi. Pero de pronto mi espalda chocó de nuevo con la pared.

–necesitaba hablar contigo.

Habló. Desvíe mi mirada incapaz de mirarlo a los ojos y derretirme frente a ellos.

–estabas llorando. –dijo. Tragué saliva y repite varias veces intentando calmarme– ¿Porqué?

–y-yo hace mucho que no recordada a mi abuela, siempre que lo hago me pongo a llorar.

Matt no desvío su mirada, estaba intentando retarme con ella, y posiblemente la que iba a perder iba a ser yo.

–¿como estraste? –cuestiono para cambiar de tema, él aire empieza a entrar a mis pulmones cuando note que lo había logrado.

–eso no importa. Necesito hablar contigo, Chelsea.

Su voz estaba débil, quizá tanto como la mía, pero no dejaba de ser perfecta. Con ese sonido que te hace sentir segura y te hace desear que te hable y te susurre al oído todo él tiempo.

–lo siento, pero ahora no.

Camine intentando rodearlo. Pero él me tomo de los hombros con firmeza obligándome a mirarlo. Me acerco a él y yo no estaba haciendo nada para impedirlo.

Su aroma me embriagó por completo y me di cuenta de cuanto lo había extrañado todo este tiempo.

–claro que si –insistió. Su aliento chocó contra mi boca y se me hizo imposible no fijarme en sus labios. –. ¡Maldita sea, Chelsea! Necesito que hablemos, por favor.

Poco a poco me fue soltando hasta dejarme en libertad, aunque aun estaba muy, muy cerca de mi.

–por favor.

Solté un pequeño suspiro.

–¿de que quieres hablar?

Matt frunció él ceño.

–¿que de qué quiero hablar? –repitió–. Quiero saber porque no quieres estar cerca de mi. Porque me odias tanto, quiero saber qué fue lo que hice mal para no caerte bien. Quiero saber porque yo si pude sentir cosas por ti...pero tu por mi no.

Oh no...
Las lágrimas empezaron a asomarse.
Él no tenía ni idea...

–Matt, en serio creo que...

–por favor, Chelsea. No sabes como me esta matando.

Caminé hasta el sofá y me senté cubriendo mi rostro entre mis manos. Sentí como el cojín de al lado se hundía, y me di cuenta que era por que Matt estaba a mi lado. 

–no sabes lo feliz que me hacía verte sonreír, aunque fuera con otra persona, siempre te veía y observaba todos los gestos que hacías. Intenté acercarme de ti de otra forma, no sé...una forma mas decente, mas normal, pero no me la dejabas muy fácil –lo miré atentamente mientras hablaba. Sus ojos estaban perdidos en la nada y de vez en cuando se le escapaba una sonrisa–, descubrí que la única manera de llamar tu atención era cuando decía alguna tontería para molestarte. Poco a poco, lo que había empezado por sonreír mientras pensaba en ti y amar tus gestos se había transformado en algo mas fuerte.

Mi corazón empezó a latirme con una fuerza impresionante, como si en cualquier momento se me fuera a salir. 

Hacía mucho que no había sentido esto, mi corazón acelerado, nerviosa, mis manos heladas y mis piernas flaqueando. Tenía una gran suerte por estar sentada. 

–lo supe cuando me besaste –mi pulso se aceleró. Quería hacerlo ahora mismo–, sé que estabas ebria, pero...pero lo hacías demasiado bien como para ser fingido. –suspiró– Y entonces me ilusioné, pensé que tu también podrías estar sintiendo algo por mi.

Agachó su mirada y miró sus manos. Mi corazón se encogió cuando vi sus ojos rojos y cristalizados, iba a llorar yo también.

–pero entonces...después todo se volvió extraño. Te vi besarte con él. –murmuró. Una lágrima se escapó de ojo derecho pero no hice ningún tipo de ruido– Ahora entiendo porque no puedes quererme Chelsea, todavía lo quieres. No sabes cuanto deseo en este momento poder ser como él.

No, no, no.

–Matt...

–lo entiendo. Solo quería que supieras que te necesitaba demasiado cuando estaba en el hospital. Quería que estuvieras a mi lado, que me susurraras algo que me hiciera sentir que me extrañabas.

Si te extrañaba...

Matt soltó un risa sarcástica.

–llegué hasta el punto de soñar que lo hacías. Soñé que llegabas y que llorabas a mi lado, me tomabas de la mano y hablabas conmigo. Lo único que no me gusto fue...que llorabas, llorabas y yo no podía despertar y consolarte, así que empecé a llorar también. Estúpido ¿no?

Abrí la boca sorprendida, eso no había sido un sueño, eso en verdad había pasado. Si, él también había llorado, yo misma sequé la lágrima que había corrido por su rostro.

–de verdad lamento no poder ser el hombre que tu mereces...

No lo dejé terminar, había hablado suficiente, había hablado lo suficiente como para hacerme sentir peor. Tomé su rostro y lo besé con posesión y me subí sobre él. Sus manos acunaron mi cintura y no tardó mucho para seguirme el beso. 

Necesitaba besarlo. Necesitaba sentirlo aquí conmigo. Los días en el hospital había sido un verdadero martirio. 

Su boca se abrió dejándome explorar toda su cavidad bucal, ni siquiera estábamos dándonos tiempo para respirar aunque mis pulmones me lo estaban reclamando. Mi mano estaba en su nuca impidiendo que se alejara de mi, nos separamos para tomar aire pero volvimos a unir nuestras labios. Con mi mano libre limpié las pequeñas lágrimas que se había escapado de sus ojos. 

Mordí su labio inferior incapaz de contener el deseo que corría por mi cuerpo quemándome completamente. 

Matt con un gemido volvió a capturar mis labios. 



El Jefe 2Where stories live. Discover now