Capitulo 15

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Capitulo 15

–¡Jullie! ¡Jullie! –gritaba una voz. Levanté la vista buscando a quien le pertenecía, y mi mirada se detuvo en la puerta de la oficina, Chelsea venía corriendo llamando la atención de todas las personas, no pude hacer más mas que reír, le importaba muy poco las miradas de las demás personas sobre ella. Al contrario, podía ver que lo hacía con mas libertad, a los minutos se encontraba frente a mi escritorio recuperando en aire– mira, son las entradas del juego. 

Puso dos cartones rectangulares en mi mesa. Los observé, las letras NBA estaban en grande con el efecto de al moverse cambiar de color, de muchos colores. Con la fecha y el lugar, en una esquina de la ficha se podía observar un pequeño código de barras para autenticar la ficha. Miré a Chelsea de nuevo. 

–¿porque tan pronto? –cuestioné. En mis planes era hacer todo lo posible para que Chelsea no fuera al juego. Aunque en el fondo sabía que conociendo a Chelsea eso no iba a ser posible. Pero no quería creerlo– aún faltan días. Bueno, unos pocos días.

Chelsea rió y asintió.

–sí, pero las entradas se agotan. Y no quería arriesgarme. –aclaró. ¡Claro! eso es cierto, muchas personas compran estas cosas a última hora pensando que encontrarán. Si Matt todavía no las ha comprado, puede ser que no encuentre y no pueda ir. ¿Porque no solo se lo digo a Chelsea? porque estoy segura que me mataría. ¿Porque no solo simplemente en el momento cerré la boca? nunca quise decírselo, solo salió. No lo hice con mala intención– esta es la tuya. –señaló sonriente– y tengo algo más para ti...

Dijo con voz sumamente feliz. Supongo que es porque es la primera vez que salimos a compartir algo las dos. De una bolsa color café sacó dos camisetas amarillas un poco grandes. La miré extrañada.

–y esto...es lo que usaremos. Para apoyar, la camiseta de los Lakers. –animó. Sonreí.

–¿no se te ocurrió que yo quisiera apoyar al equipo contrario? –pregunté. Eso es algo que ni yo me creería, ni siquiera recuerdo quien era el equipo rival. Solamente quería ver su reacción.

–las entradas las compré yo. Por lo tanto yo te diré a quien apoyarás.

Abrí la boca sorprendida. ¿Esa era su teoría? Hasta suena un poco egoísta. 

–solo estaba jugando. 

aclaré. Chelsea asintió satisfecha y guardó de nuevo todo lo que había comprado.

–por cierto, un pregunta, pequeña. ¿De dónde conseguiste el dinero para comprar todo esto? 

Ella se limitó a encogerse de hombros. 

–Cooper me pagó ayer. Tenía que invertirlo en algo que valiera. 

Reí. 

–al menos me hubieras invitado a un helado. 

–¡lo haré! pero cuando te vea con esta camiseta, y tenga una foto tuya. –mi sonrisa desapareció. Las fotos no eran algo que me gustaran mucho, no lo considero un habito importante. Aparte que no era necesario una foto para que ella pudiera invitarme a un helado, aunque sea un chiquito. 

–una foto no. Si lo haces te aseguro que al día siguiente encontrarás tu cámara hecha pedazos en la acera de la calle. –Chelsea abrió los ojos y sonrió. 

–sabes que no lo haré. Las fotos tampoco son lo mío. 

Mi mirada se desvió a la entrada y noté un figura corpulenta, alta y rubia caminando hacia acá. Y Chelsea no lo había visto. Los pasos poco a poco se fueron haciendo sonoros hasta llegar al frente de mi escritorio, justo al lado de Chelsea. 

–buen día, señoritas. –saludó Matt. Le sonreí y le respondí copiandole en la frase, pero Chelsea puso los ojos en blanco y ni siquiera se molestó en mirarlo. –Bueno, noté que hay solo una señorita aquí, así que, señorita Julieta ¿puede hacerme el favor de llevarme con su jefe Cooper? –preguntó. Estaba apunto de decirle que Cristopher no me tocaba a mí. Pero Chelsea se adelantó.

–para hablar con el señor Cooper es conmigo. Aviso porque hay personas que carecen de lógica. –soltó Chelsea cruzándose de brazos. Me tapé la boca para evitar que una carcajada se saliera de mis labios. Matt sonrió satisfecho y se volvió con ella. ¿Chelsea no veía que él la molestaba para acercarse mas a ella? 

–¿entonces es contigo? entonces regresaré mas tarde, no quiero tocar con personas que no son señoritas. –dijo Matt sonriendo. Chelsea lo miró enfadada y estaba a punto de irse, pero su pie se enredó con la pata de mi escritorio, ella hubiera caído si es que Matt no la hubiera tomado en sus brazos– ya veo porque no eres señorita, tus pies izquierdos no te lo permiten. ¿No es así...pies izquierdos

Chelsea se soltó de su agarre y articuló la palabra "sigame" entre dientes. Matt pasó al pasillo hacia la oficina de Cooper sonriente. Cuando Chelsea pasó a mi lado murmuré en su oído.

–trátalo bien, pies izquierdos.

El Jefe 2Where stories live. Discover now