Capitulo 13

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Capitulo 13

–quiero éste, por favor –señalé el juguete para Sam. Era un hueso de lazo, de color celeste, elegí el de lazo porque sé que Sam intentará deshacerlo y uno de plástico mas me tardaría en pagarlo que él en arruinarlo todo. La muchacha cajera me sonrió y paso el juguete por la máquina. Era muy joven para trabajar de esto. Se parecía mucho a Chelsea, excepto por su cabello que era rubio y es un poco mas esquelética que Chelsea. Y un piercing en su nariz salía a luz solo con verle el rostro. No se le veía mal. Compré también fruta, para mi, pero Chelsea también come. Por eso llevo fresas, las mas grandes que encontré, naranjas, manzanas y melocotones. Ponerlas en el congelador por un tiempo y comérselas heladas. Son deliciosas. 

La muchacha aún estaba haciendo cuentas por todas las compras. Así que me entretuve viendo la televisión que colgaba del techo. Un plasma negro y delgado, para un supermercado, muy elegante. Tenía un canal de deportes, y fue ahí donde vi el anuncio del partido que Chelsea quiere asistir. Las fotos del estadio no tardaron en aparecer, en verdad era gigante. Bastante iluminado y las personas que están alrededor se dedican a gritar, con las camisetas de su equipo favorito. No se ve tan mal, por las camisetas, pero veremos que pasa después.

–$10.80 –pidió la cajera. Metí mis manos en los bolsillos y saqué mi pequeña billetera, saqué la cantidad justa y tomé las bolsas en mis manos. Agradecí y salí del supermercado. Las calles son preciosas en las noches, todas iluminadas por los edificios, por los autos y la iluminación de las calles que por obligación tienen que tener. 

Caminé por la acera y saqué mi celular para llamar a Chelsea. 

Un tono. Dos tonos. Tres tonos. Atendida.

–Chelsea, estoy de camino al departamento. Llevo un poco de fruta.

–¡que bien! tenía tantas ganas de comer fruta. 

Lo sabía.

–tu tienes los galones de helado.

–¿y que? eso no es suficiente para mi.

Reí.

–esta bien, esta bien. Pero cobro por cada fruta que saques de la nevera. 

A pesar de ser una broma, sentí una presión en el pecho luego de decirlo. Si tan solo ella supiera que la culpable fui yo que Matt se le aparezca. Trataré de convencerla para que no vaya, y si no puedo pues, hice lo que pude.

–deja de bromear y date prisa, que Sam te está esperando ansioso. –puse los ojos en blanco.

–voy para allá.

–bueno, adiós rizos.

Escuché una pequeña risita de parte de ella y cortó la llamada.

Ahora Oliver viene a mi mente. Es imposible aceptar que desde la cena a la que Ernesto me invitó, fue en donde conocí a Oliver. Corrección: me lo encontré. Oliver cuando era un adolescente era una de aquellas personas que con sólo conocerlas no quieres volver a hablar con ellas. Obviamente en ese entonces quien me gustaba era Ernesto, y Oliver era un mas delgado, sin su cuerpo definido como lo está ahora. Estoy siendo sincera, Oliver en la actualidad es mucho mas...buena persona. Ya no es como el estúpido estudiante. Ahora es atento conmigo. Y tengo que admitir que eso es algo que me atrae de él. Reí. "Rizos".  

El Jefe 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora