Capitulo 10

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Capitulo 10 

De un manotazo apago la alarma que desde rato no ha parado de sonar. Giro bajo las sábanas restregando mis ojos con las manos. Sin querer mi brazo toca el libro delirium de Jullie, sí, lo estoy leyendo, me lo presto hace unos días y por la noche lo pasé leyendo hasta donde mis ojos me lo han permitido. La verdad es un gran libro. Me identifico mucho con Lena, es la protagonista de la historia, supongo que soy de las personas que hacen las cosas como las personas quieren que las haga, es como un miedo que siempre lo he tenido, miedo a equivocarme y me digan te lo dije. Aunque, al aparecer Álex en la historia, para la vida de Lena será un gran cambio. Claro no he avanzado demasiado. El amor es una enfermedad. El libro dice: el amor te afecta tanto cuando lo tienes como cuando no lo tienes. Voy en la parte en la que Lena conoce a Álex. En donde lo ve riendo, echando su cabeza hacia atrás, y como su mirada se centra en ella y luego le guiña el ojo.

Sin querer, sin siquiera planearlo mi mente recordó a Matt Black. Él me había hablado un poco del libro aquel día en la librería. Abro los ojos molesta conmigo misma por haberme traído a la mente a Matt. No es que tenga algo contra él, es solo que, no me agrada. 

Me senté en la cama y me puse mis pantuflas, recordé que Sam también estaba por mis pies durmiendo. Ahora me ve atento moviendo su cola. Sonreí. 

–Buenas días amigo. –saludé. Caminé al baño para sacar mi ropa. –Hazme un favor y ve a despertar a Jullie. A ti te hace caso a la primera.

Como si me entendiera, sus patas tocaron el suelo y corrió hasta su recámara haciendo sonidos con sus pesuñitas. Sonrío. Me acerco a la ventana con un puñado de ropa en mis brazos. El clima está precioso, el suave viento mueve las palmeras de la playa y mucha gente ya está en las calles, de seguro a mi mama le encantaría ver esto. Era de aquellas personas que les gustaba viajar pero a lugares que casi nadie optaba por ir, muchas veces mencionó las pirámides de Egipto, otras veces a España solo para conocer los estadios de los partidos de fútbol. Recuerdo que cuando era niña le prometí muchas cosas. No me acuerdo mucho de mi familia, pero en ocasiones, los sueños me aclaran muchas cosas. Cosas que al pensarlo sé que pasaron en realidad. 

–¿porque mandas a Sam a despertarme? –la voz de Jullie llenó la habitación, la miré, estaba con el cabello un poco despeinado. Bueno, despeinado no. Muy despeinado. Más de lo normal. Reí.

–¿porque tienes el cabello así? –pregunté. 

–bueno, tu sabes que me cuesta un poco levantarme. Sam empezó a agarrarme del cabello –explicó. Mi mirada bajó a Sam que estaba sentado escuchando toda la conversación. Reí.

–lo lamento. –me disculpé. Jullie trató de esconder la sonrisa en su rostro, pero no pudo. Sonrió así que yo lo hice también. 

Parecía mentira que hace días, o semanas, nos mudamos al país de mis sueños. A lo que las personas llaman "el sueño Americano". Tal vez no era mi sueño, pero sí uno de ellos. Hace unos días que íbamos camino al trabajo, en un poste eléctrico estaba un anuncio de un partido de basketbol NBA. Me llamó la atención y leí la información, a diferencia de Jullie solo pasó de largo. Es dentro de 3 días, a las 3:00 de la tarde. Lakers vs Bulls. Ambos equipos son buenos. Pero apoyaré a Los Ángeles. Lakers. Tengo planeado pedirle la tarde día a Cooper y asistir al juego. Siempre he querido entrar a esos estadios gigantes bien construidos y bien iluminados. Ya tengo todo lo que necesito para apoyar. 

–Chelsea tenemos que irnos ya. –dijo Jullie golpeando la puerta. –¿Qué estas haciendo? –cuestionó. Tenía en mis manos aún la ropa que estaba arreglando. Estaba en las nubes. Julieta ya estaba lista, peinada y arreglada. ¿Y yo? – si no te das prisa llegaremos tarde. 

El Jefe 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora