Capitulo 22

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Capitulo 22

-muchas gracias por el desayuno Jullie. -dejé el plato en el fregadero y le di el último sorbo a mi taza de café- No lo olvidaré nunca, pero ahora iré a correr un poco.

Jullie empezó a toser extorsionándose.

-¿tú? ¿correr? -rió- ¿desde cuando...? si se puede saber

Sabía que no era un hábito. Nunca lo había sido. Siempre era un poco inútil para esas cosas, me daba cólico en mis costillas a los pocos kilómetros. Pero ahora, me ilusiona un poco poder hacerlo en una ciudad como esta, rodear la playa y disfrutar del aire caliente y el hermoso paisaje del solo sobre el mar.

-necesito despejarme. -resumí.

-no te vayas a tardar. Recuerda que hoy nos probaremos la camiseta -recordó. Lo había olvidado, pero mas que eso me extrañó con el entusiasmo que me lo recordó. Eso me gustaba, le sonreí y salí del departamento.

Al salir del edificio el aire caluroso entró y llenó mis pulmones. No era algo sofocante, era algo que te hacía saber que el día no podía estar mas hermoso. Saqué del bolsillo de mi licra negra mi reproductor de música. Lo abroché en el borde la licra en mi abdomen, lo encendí y puse los auriculares en mis oídos. La música empezaba a sonar en mis oídos cambiándome el humor completamente, mis piernas llegaron hacia donde yo quería llegar, la playa. Corrí por el borde del mar dejando las huellas de mis zapatos en la arena. El sol estaba un poco mas caliente y estaba dándome en la cara haciendo que pequeñas gotas de agua brotaran de mi frente. Era la primera vez que hacer ésto no me fastidiaba tanto, de hecho me gusta, quizá es por la música o es algo mental. La cuenta se me había ido de la mente pero no quería parar, cerré los ojos un momento, una suave brisa golpeaba mi cara, no vi por dónde corría y sentí un fuerte empujón cayéndome sentada.

-¡lo siento, lo siento! -pasé mi mano por mis ojos y finalmente los abrí. Un suspiro de fastidio salió de mis labios- déjame ayudarte.

-¡no! -lo detuve- puedo sola -me impulsé y me puse de pie de nuevo y me sacudí la arena de todas partes de mi ropa.

-lo siento, no te vi -dijo Matt- debí estar mas atento.

-sí, debiste -respondí

-¿porque siempre estás tan enfadada conmigo? -preguntó

-te parece poco haberme tirado al suelo

-¡me disculpe por eso!

-también mentiste sobre tu información aquella vez.

-¡también me disculpe por eso! no iba a secuestrarte Chelsea. Solo quería...

-qué. Ser como todos, mentir y después actuar como si nada pasó.

-claro que no. Lo hice porque yo en verdad quería conocerte, y al parecer tú eras la única que no me conocía y eso me agradó.

-tu modestia es lo que mas admiro de ti. -me burlé. Dejó escapar un suspiro y sobó su frente.

-no es mi culpa que exageres todo y que tengas los pies izquierdos -reclamó con frustración. Lo miré seria.

-¿perdón?

-sí, exageras todo, la otra vez no te mentí de mí, no quería decirte dónde trabajaba es todo. No es para que hayas...actuado así. Desde entonces me odias y ni siquiera sé porqué. La amargura la traes en la sangre.

La sangre ahora solo me estaba hirviendo. Aunque, cuando lo dice así, sí se escucha exagerado.

-está bien. Tal vez exageré, un poco.

Matt alzó las cejas.

-¿solo un poco? -rió- escucha, tengo un trato que ofrecerte.

Fruncí el ceño. Crucé los brazos y cambié el peso de mi pie izquierdo al pie derecho.

-te propongo una tregua.

-¿tregua?

-sí. Ya sabes, unos días en los que tratemos de no pelear. -dijo- Estoy seguro que eres mucho mas hermosa si no te enojaras tan fácil -dijo sonriendo. Puse los ojos en blanco.

-¿qué pasa si la tregua no da resultado?

Se rascó la barbilla pensando y luego centró de nuevo sus ojos en mí.

-la dejamos y, que todo sea como antes. -aclaró- ¿Aceptas?

Puso su mano frente a mi esperando a que la estrechara. Mordí mi labio inferior indecisa. Tal vez un poco de cruzar palabras con él no me haría daño. Me ahorraría muchos síntomas de cáncer. Le estreché su mano y sonrió mostrando su dentadura.

-acepto

-perfecto. Me voy entonces. Te veo mañana en la oficina, hermosa.

Pasó a mi lado rozando su brazo con el mío. Sonreí. ¡Yo! ¡sonreí por algo que Matt había hecho! Tenía que empezar a estar demente. Despejé mi mente y corrí de vuelta al departamento.

El Jefe 2Where stories live. Discover now