Capitulo 20
Pasé la tarjeta por la abertura y la llave de la puerta se abrió instantáneamente, abrí la puerta y la cerré lo mas rápido que pude. El silencio inundó mis oídos, había tanto silencio que era casi como el ruido mas molesto que había escuchado. Puse la tarjeta en el recipiente y empecé a buscar a Chelsea.
–¡Chelsea! ¿donde estás? –la busqué en la sala, la televisión estaba apagado y todo estaba en su lugar. En la cocina, todas las luces estaban apagadas. Mis ojos se fijaron en unas almohadas que estaban tiradas en el suelo del pasillo que lleva a su habitación. Fruncí el ceño y seguí el camino de almohadas. Al llegar al marco de la puerta la cola de Sam me tranquilizó un poco. Me adentré mas y veo a Chelsea acostada en su cama con muchas almohadas cubriendo su cara, Sam estaba a su lado. Por un momento pensé que estaba dormida, pero los suspiros y los sollozos me preocuparon. Su rostro se levantó y me miró. Sus ojos estaban mojados al igual que sus mejillas, lágrimas le corrían por sus mejillas y los ojos rojos decían que había llorado demasiado tiempo.
Corro hacia ella y toco su espalda para consolarla. Aunque no sé de que la tengo que consolar. Pasé mi mirada por todo su cuarto, las cortinas estaban cerradas, todo estaba oscuro, su cama estaba desordenada y las almohadas tiradas por todo el piso. Sam no se movía de su lado. Al menos no estaba completamente sola. Se dio la vuelta quedando boca arriba. Nunca la había visto así. Toda su cara estaba mojada. Hasta las almohadas.
–¿que paso? –susurré. Chelsea cerró los ojos con fuerza liberando una lágrimas mas.
–¿soy tan fácil de olvidar? –preguntó alterada poniéndose de pie. La miré extrañada sin saber de que me estaba hablando.
–tienes que explicarme que fue lo que pasó, Chelsea tienes que decirme porqué estas llorando –pedí.
Se sentó de nuevo al borde de su cama de nuevo con sus ojos cristalizados. Me senté frente a ella.
–Cristopher... –murmuró en un suspiro, fruncí el ceño y me acerqué mas a ella para indicarle que siguiera hablando– él...ya tiene a alguien más a su lado.
Con sus manos se tapó la cara y se limpió las lágrimas que seguían derramando sus ojos.
–¿dónde lo viste?
–es una cadena de farándula. Todos aquí hablan de eso, y ni siquiera lo conocen –murmuró– el punto, es que ella es muy linda. Salieron en muchas fotos juntos. Creo que es de aquí.
Sorbió por su nariz e hizo un intento por sonreír, pero no pudo hacerlo. La empujé hacia a mi y la rodeé con mis brazos.
–ahora veo que te sigue importando... –murmuré– ¿sigues interesada en él?
Chelsea se separó y bajó la mirada. Negó.
–eso creo, es que, yo hubiera jurado que así era. Es más, podía decir que le guardaba un poco de resentimiento pero...no sé, la noticia fue como si me estuvieran oprimiendo el pecho. –dijo– . Y es que por un momento, pensé que él había sentido algo por mi. Pero veo que no.
El silencio inundó de nuevo todo el lugar. No me gustaba verla así, ella no era así. Pero...¿cómo puedo hacerla sentir mejor? no puedo ilusionarla, Cristopher tal vez nunca sintió nada por ella. Y si lo hizo, lo convirtió en un sentimiento del pasado. Dejé que siguiera llorando, tenía que desahogarse, ella había actuado tan normal cuando pasó todo que por un momento llegué a admirarla tanto. Pero somos humanos, y cuando las personas nos fallan nos duelen hasta el alma. La miré, sus manos temblaban y su nariz estaba completamente roja. No me gusta ver llorar a las personas, me hacen llorar a mi también. Pero esta vez, necesitaba darle fortaleza a Chelsea, y que se diera cuenta que no está sola, no necesita a Cooper para ser feliz.
–¿quieres un té? –negó– ¿...un café? –negó– esta bien, bebidas no...¿ensalada? –negó– ¿...alguna sopa? –negó– Chelsea, tienes que comer algo. ¿Un helado?
Sonrió. Sí, le había dado en el blanco.
–vamos entonces, me vas a ayudar. Luego arreglaremos el tiradero ¿esta bien? –asintió y nos fuimos a la cocina. Sam fue detrás de nosotras. No sé como le haría, pero Cooper me va a escuchar.
