-¡por supuesto que no! ¿puedes decirme a dónde fuiste a medianoche?

-si me dejaras pasar creo que sería mas sencillo decírtelo que estando aquí afuera.

-está bien -se hizo a un lado para dejarme pasar.

Me senté en el sofá y encendí la televisión.

-bien. Cuéntame.

-Sara me llamó para decirme que Matt estaba ebrio, entonces lo fui a traer para llevarlo a su casa -dije sin dejar de mirar la televisión.

Sentí que Jullie se sentó a mi lado.

-ya entiendo porque saliste con tanta urgencia -la miré seria-, y ¿qué pasó?

La miré y sonreí.

-Matt no me dejó venir cuando empezó a llover. Sinceramente se lo agradecí mucho...los truenos estaban horribles.

Jullie me miró sorprendida.

-¿¡y te quedaste a dormir con él?! -gritó- ¡Dios, Chelsea!

-¡no! por supuesto que no. Quiero decir si dormí en su casa pero no pasó nada de lo que estás pensando.

Ella sonrió.

-por un momento pensé que te habías revelado.

Solté una risita.

-¿eso quiere decir que ya están bien?

Suspiré.

-supongo que sí...ahora somos...amigos.

-¿amigos?

Asentí. No quería ser solo su amiga, pero todo este tiempo en el que él solo me ignoraba, creo que me puedo conformar solo con su amistad.

-pero tú no lo quieres como amigo, y él a ti tampoco...¿porqué lo hacen mas difícil?

-Jullie...¡ah, es complicado!

-¡son ustedes quienes lo complican!

Decidí quedarme callada.

No valía la pena hablar de algo que quizá no era algo imposible pero que estaba muy lejos de poder suceder.

En la televisión apenas estaban empezando las noticias, subí las piernas al sofá y las abracé con mis brazos. Cerré los ojos.

->>al parecer tenía un bar en donde prostituía a las mujeres y explotaba a sus empleadas. Tiene un cargo de lavado de dinero...<<

-oye Chelsea...¿ese señor no es el dueño de bar en donde trabajabas antes?

Abrí los ojos rápidamente y recuerdos pasaron por mi mente. Definitivamente era él, viejo, gordo y arrugado del rostro.

Pude haber pasado mucho tiempo sin verlo pero por él tengo muchos recuerdos totalmente desagradables.

-sí. Sí es él. -le subí volumen a la televisión.

->>ahora la policía asegura que este sujeto estará mucho tiempo en la cárcel<<

Sonreí.

-se lo merece.

Un sonido en mi recámara llamó nuestra atención, era mi celular. Me levanté y caminé hasta él. La pantalla se iluminaba y un número desconocido terminó por desconcertarme. Lo tomé en mi mano y respondí.

-¿hola?

-Chelsea. Soy Cristopher.

Mi ceño se frunció. Aún no era mi hora de entrada.

-¿se le ofrece algo? -pregunté de un largo silencio.

-en realidad sí -suspiró-. Necesito que vengas a mi casa.

-A-A ¿su casa? Pero ya casi es hora de entrar a la oficina.

-no hay problema si está conmigo, recuerda que trabajas para mí.

Puse los ojos en blanco.

-bien. Deme la dirección -hablé-, voy enseguida.

* * *

Hola, hola. ¡He vuelto!

El Jefe 2Where stories live. Discover now