Capitulo 2
–muy bien, tomen asiento por favor. – pidió Cooper, Jullie, Ernesto y yo nos sentamos y apoyamos los codos en la mesa. Habían muchos mas empleados, entre ellos una señora de unos 70 años con poco tiempo para jubilarse, mientras tanto; ella quiere seguir trabajando. Todos esperamos en silencio mientras Christopher iniciaba su pequeña charla, que se repetirían todos los días. – Es nuestro primer día en una ciudad como esta, bueno, muchos de aquí es su hogar. Solo quiero recalcar que no importa el lugar en donde trabajemos, siempre será el mismo esfuerzo y el mismo objetivo – se puso de pie y se colocó frente a todos. –, por ahora quiero presentarles a Oliver Cameron, es la mano derecha de quienes quieren unirse a nosotros.
Oliver salió de una puerta que suponía era la oficina de Cooper, estaba de traje y con un portafolios en su mano derecha. Pellizqué a Jullie y le sonreí cómplice.
–que suerte tienes. – murmuré en su oído – Que rápido te alegraron la mañana.
Jullie se limitó a sonreír aunque sabía perfectamente que se estaba muriendo de la vergüenza y tal vez me habría regresado el pellizco o me habría golpeado. Pero fue cuando noté que Oliver de vez en cuando miraba a Jullie con una sonrisa. Solté una pequeña risa pero la ahogué colocándome mi mano en mi boca. Ella lo notó y bajó la cabeza ocultando su cara roja.
Oliver tomó el mando de la charla y se colocó al frente:
–es un honor conocer por fin a los empleados de esta increíble empresa, son las personas que la impulsan cada día a ser mas importante... – dejé de ponerle atención y empecé a mirar como mis manos se entrelazaban sobre mi regazo, Christopher estaba a un lado de Oliver con los brazos cruzados y prestándole atención a todo lo que decía. ¿Qué pasó con nosotros? preguntaba en mi mente, es lo que me preguntaba casi todos los días. Claro, eso fue tiempo atrás. Ahora, me acostumbré a estar alejada de él, hasta puedo asegurar que ya no siento lo mismo por él. Pero seguir pensando que era una persona respetuosa, con esa sonrisa que me volvía loca, como la persona que me dijo muchas veces: "Siempre me preocuparé por ti" se haya vuelto el idiota que no pudo comprenderme cuando mas lo necesitaba y peor aún, el que me haya insultado de la manera mas horrible. Cooper era parte de mi pasado, si, y estoy orgullosa de eso.
–para terminar, quiero agradecerles de nuevo por aceptar nuestra sociedad. –dicho esto, Oliver sonrió y todos nos limitamos a aplaudir– Antes que me olvide, quiero presentarles al jefe de todo este operativo. Bryan Black.
Un hombre alto, delgado pero joven, cabello rubio y un poco largo entró a la sala. Ernesto y Cooper lo miraron con detenimiento. Estoy segura que ellos al igual que nosotros no lo habíamos visto jamás por aquí. Lógico.
–mi nombre es Bryan Black de las empresas "Black" y es un verdadero honor conocer a la empresa mas fuerte en América Latina –dejó su portafolios en la mesa y sacó unos papeles de el. Parecía una persona agradable, creo que no es tan mayor– ,me gradué en la MIT, muchos la han de haber escuchado alguna vez. En la empresa somos tres operativos que nos encargamos de lo más importante. Soy el mayor de los tres, por lo tanto me encargo de las cosas de negocios mas importantes. Mi hermano Ryan se encarga de la estabilidad. Y, finalmente mi hermano Matt se encarga de la oficina. Responde el teléfono y es el jefe de todos los empleados del interior de la empresa. Como verán, nuestra empresa esta excelente formada y equitativa.
No sé porque a él si le estaba prestando atención. No quiero decir que es importante, pero el hecho que una familia, unida, la familia "Black" se dediquen a lo mismo, y trabajen en una empresa de su invención. Cada quien con un puesto igual de importante que el otro.
–supongo que después de esto les haya aclarado de nuestro objetivo. Ser una empresa sola. En donde seremos ahora cinco jefes. –¿una empresa con cinco jefes?– El señor Cooper, el señor Sifontes y yo hemos acordado darles el día libre para que se acomoden.
Sonreí de oreja a oreja, un día libre me vendría como anillo al dedo. Quería recorrer la ciudad sin preocuparme por la hora, ahora que sé que Jullie no me acompañará iré a lugares que siempre soñé visitar.
Al llegar al departamento, me tiro al sofá y resopló un mechón de pelo que estaba en mi cara para que regresara a su lugar. Al instante veo a Jullie entrar seria directo a su habitación. Frunzo el ceño, y decido seguirla, Jullie nota que la sigo y me mira con los ojos entre cerrados y de manera seria.
–¿te pasa algo? –pregunto. Ella sonríe un poco y sigue caminando– sigo pensando que no estas bien.
Jullie se sienta en el borde de la cama por lo que yo hago lo mismo. La veo preocupada, no hablo durante todo el camino de regreso y ahora esta mas seria que de costumbre.
–no pienses lo que no es, Chelsea. –dice. La miro desconcertada, Jullie suelta una pequeña risita y me mira– no es nada malo. Es que de regreso a casa pasamos por una tienda de libros. Allí vi la portada de delirium de Lauren Oliver.
La preocupación se había ido, pero la duda persistía en mi mente.
–he visto el sinopsis de ese libro meses atrás. Y siempre lo he querido. Tal vez es mi oportunidad de comprarlo. –concluyó.
–y...¿el libro te tenía tan pensativa?
negó con la cabeza sonriendo.
–es que el libro se trata de un mundo en donde el amor es una enfermedad. Es un mundo sin sentimientos. –explicó.– Solo pensaba que pasaría si eso pasara en la realidad. Sinceramente pensaba que tú no sobrevivirías –arrastró las palabras a punto de estallar en risa, la mire seria.
–claro que sí lo haría... –contradije. La mire de reojo, sabía que no me creía, en el fondo me costaba aceptarlo pero sé que podría– lo haría si eso fuera malo.
–seamos sinceras. Chelsea no aguantarías ni siquiera una semana –abrí la boca ofendida– ,pero cuando lo compre te lo voy a prestar, lo vas a leer y me vas a decir que tan valiente serías sin un "amor" a tu lado.
Lo tomo como un reto y acepto segura que podría vivir normal sin ningún amor en mi vida.
