Capítulo 14-El mal ha vuelto.

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—¡Mejor hazle caso al niño raro! -empieza a soltar carcajadas — dice que su padre es Nathan West y él nunca la ha buscado, aleja a la rubia de aquí Thompson o quieres que mi hermano te deje un ojo morado como tu padre lo hizo —la morena Jasmine había llegado al extremo, meterse con ella y su amigo le colmo la paciencia —, larguense de aquí,tontos —dice dándole la espalda. Elizabeth hace lo inevitable.

Se tira encima de Jasmine para golpearla, ella no era de golpear pero cuando se metían con él no le importaba ensuciarse la ropa o ir a castigo por las personas que en verdad quería.

Ni siquiera Mattias podía detener esa furia dentro de Liz. Solo la directora podría.

***

—Esto que hizo la niña West es totalmente prohibido en este colegio, tenemos una ética que proteger —dice la directora mirando a la niña que tenia la cabeza gacha —, sus donaciones a nuestro colegio son muy importantes para nosotros, por eso, solo pediré que se lleve a la niña y hablen sobre lo sucedido hoy. —la gran cantidad de dinero de Nathan le había evitado una expulsión.

—Hablare muy fuerte con Elizabeth hoy,no se preocupe, muchas gracias directora —se levanta de su silla para irse.

Ya afuera, la pequeña ve a su amigo que está viéndola.

—Vendré mañana Matt —pone una amplia sonrisa en su rostro para dejarle claro que todo estaba bien.

Caminan hasta llegar a un parque, su abuela no quería preguntarle nada hasta que estuviera mas tranquila, ya era la segunda vez que su nieta se metía en problemas con esa niña.

—¿Qué fue lo que sucedió allá, Liz? †cruza los brazos y la mira molesta —, te hemos criado bien para que des golpes de esa forma.

—¡MAMÁ LILIA!

—Necesito una muy buena explicación, Danielle.

—La hay, esa niña se estaba metiendo conmigo, no quería hacerle daño hasta que tocó el tema del padre de Mattias, dijo que le diría a su hermano mayor para que lo golpeara como su padre lo hace —a Lilia se le encoje el corazón al escuchar a su pequeña nieta hablar, ella no era hija de Nathan pero se parecían tanto, como cuando su hijo se metía en problemas por proteger a sus amigos.

—Mi pequeña —la abraza fuerte —, sé que no querías hacerlo, pero nunca mas lo hagas, ¿Vale? —la niña sonríe creyendo que no estaba en problemas —, no creas que te has librado del castigo, mañana le contare todo a tu padre.

—Mami, ¿puedes ir a comprarme un helado? —dice apuntando la tienda con dibujos de helados pegados.

—Bien, vamos —habló pero Liz no se quería levantar.

—Queda ahí mismo, ve tú, ¿sí?

—No Danielle, no te dejare sola, vamos.

—Porfi,no quiero caminar.

—Iré yo, no te muevas de aquí y no hables con nadie.

—Si mami.

—¿Chocolate? -ella asiente, era su sabor preferido. Liz ve caminar a su abuela a la tienda que no estaba tan lejos, estaba cerca y podía verla desde ahí mismo. Un hombre se sienta a su lado, vestía de negro y usaba lentes. Liz sonríe y recuerda lo de su abuela, sobre no hablarle a nadie.

—Hola, soy Andrés Feckman. ¿Cómo te llamas pequeña? —dice y Liz no le responde. —, al parecer no te gusta hablar, no soy un chico malo, ¿cómo te llamas princesa?

—Soy Elizabeth West.

Lilia ve como Andrés se acerca a su pequeña nieta, Nathan le había contado de él y de sus amenazas, también sabia lo peligroso que era. Cuando está por salir de la tienda y gritarle a Liz que corra dos hombres altos la detienen.

—Si gritas, torturamos a la niña y luego la matamos frente a tus ojos —habló uno con frialdad. A Lilia le recorren algunas lágrimas al ver como su niña corría peligro, los hombres con una pistola apuntando su espalda la alejan de la niña, cuando están alejados y frente a un arbusto empiezan a golpearla dejándola inconsciente en el suelo.

—Mi mami dice que no puedo hablar con desconocidos.

—Pero tú sabes mi nombre y yo el tuyo, ¿eso no nos hace conocidos? —ella pensó que tenia toda la razón. —, yo conozco a tu papá y a tus tíos, incluso vienen conmigo, ¿quíeres verlos? -pensó por unos segundos, no sabía que hacer.

—Le diré a mi mami que voy contigo.

—Vamos,será rápido y antes de que venga tu mami ya estarás aquí —sonríe.

—Esta bien, pero rápido Andrés —dijo para tomar la mano de aquel hombre.

Andrés estaba suelto y tenía a Elizabeth y ahora Nathan no estaba para proteger a su pequeña de aquel hombre que tanto daño les había hecho en el pasado.

My little sunshine.Where stories live. Discover now