Capítulo 45

779 33 0
                                    

Abro los ojos y me encuentro en una cama familiarmente ajena. Mierda. Estoy en el apartamento de Christian. En mi calabozo-habitación de sumisa.

—Levántate. La doctora Greene está aquí.

Christian está al pie de la cama, tan bello como siempre.

—¿Qué hago aquí, Christian?

—Te traje porque tu amiga amenazó toda la noche con llamar a la policía. Pero con el pequeño incentivo económico que le dí, dudo que hable.

Taylor aparece de la nada.

—La doctora Greene está aquí, Sr. Grey.

—Tráela a la habitación de la señorita Steele.

¡La habitación de la señorita Steele!

—Estoy tan feliz que estés aquí. No puedo esperar a tenerte desnuda.

Entonces aparece la ginecóloga, acompañada de Taylor. La doctora Greene es alta, rubia e impecablemente vestida con un traje azul marino. Me recuerda a las mujeres que trabajan en la oficina de Christian. Debe tener unos 40 años.

—Sr. Grey —dice, sacudiendo firmemente la mano de Christian.

—Gracias por venir en tan poco tiempo, doctora. Esta es...

—Anastasia Steele. Vaya. Es un placer conocerla —interrumpe, mirándome fijamente y sonriendo.

—Hola —saludo tímidamente, mordiendo mi labio.

Nos damos la mano y noto que es una de esas mujeres que no toleran a los hombres... tontos. Me recuerda un poco a Kate. Me gusta de inmediato. Le da una mirada mordaz a Christian, pero él parece impasible.

—Puede esperar afuera, Sr. Grey —dice, al ver que no ha pillado la indirecta.

—Pagaría mucho dinero por mirar.

—Estoy segura que sí, Sr. Grey, pero este es un asunto estrictamente femenino.

¿Qué? ¿Una mujer ha rechazado a Christian?

—Voy a estar abajo —gruñe frunciendo el ceño y se marcha dando un portazo.

La doctora Greene parece satisfecha y su mirada se clava en la mía por varios segundos.

—Tiene bonitos ojos, señorita Steele.

Me sonrojo y muerdo mi labio.

—Bueno. El Sr. Grey me está pagando una pequeña fortuna para atenderla. ¿Qué puedo hacer por usted, señorita Steele?

—N-no... no lo sé. Nunca me había atendido un ginecólogo.

—Oh, ¿así que es su primera vez? Tranquila, seré suave. Por favor, desvístase.

Nunca me había desnudado para nadie más que para Christian. Me quito el pantalón y la ropa interior. Estoy temblando.

—Oh, y la blusa también. Este es un examen completo —dice.

¿Qué? Me parece algo extraño, pero no puedo opinar nada. Es mi primera vez con una ginecóloga.

—Ahora separe las piernas —dice, acercando sus manos a mi... cosa de abajo.

—¿No va a usar... guantes?

—Me temo que se ha quedado en el siglo XX, cariño. Ya no usamos guantes. Así podemos, eh, sentir mejor...


50 sombras de Grey: La versión de InciclopediaWhere stories live. Discover now