Capítulo 35

875 30 3
                                    

Miércoles. Hoy es el gran día. O la gran noche. Kate me presta dos vestidos, uno para esta noche y otro para la graduación, que es mañana. El vestido color ciruela que escojo para esta noche tiene un escote hasta el ombligo y una falda que va apenas dos dedos debajo de mi trasero, pero no me importa. Sé que a Christian le gustará tanto como me disgusta a mí. Complemento mi disfraz de puta con unos tacones de aguja color púrpura, pese a que nunca en mi vida había usado zapatos de tacón.

Me baño, depilo mis piernas, mis axilas, mi bigote y mi entrecejo, lavo mi cabello, me peino, me aplico algo de brillo labial y máscara de pestañas. Nunca antes me había maquillado, me intimida. Mi heroína literaria, Bella Swan, nunca tuvo que lidiar con el maquillaje.

—¿Y bien? —le pregunto a Kate, mordiendo mi labio.

—Luces como toda una zorra —responde sonriendo con aprobación.

Me ruborizo.

—Pero quiero verme recatada y seria.

Kate se parte de la risa.

—Deséame suerte.

—¿Qué? ¿Necesitas suerte para una cita con tu novio? —dice, perpleja.

Oh, Kate. Si supieras...

Son las 6:30. Camino a trompicones hasta Wanda, mi querido Volkswagen verde del '34. Una vez adentro, respiro profundamente y me preparo mentalmente. Planeo llamar a Christian desde allí para saber a dónde dirigirme para que me recoja, pero cuando estoy marcando el número, una mano sale del asiento trasero y me cubre la boca.

—¿Por qué no esperaste a que te recogiera? Las mujeres no deberían conducir.

Christian. Lo observo, aterrorizada, por el espejo retrovisor. Está vestido con su tradicional traje gris y su cabello está tan alborotado como siempre. Desde luego luce magnífico, más que hermoso. Incluso con los ojos llenos de ira e inyectados de sangre como en este momento.

—¿Así que un vestido, eh? Lo apruebo. Pero, ¿por qué no me esperaste?

—Mmmh mmmhh.

—Calla. Conduce hasta el Heathman.

—¿Mhh hmm?

—Está bien, pero date prisa.

Me quito los zapatos, perforo el piso y conduzco con mis pies, como si fuera un troncomóvil. Es la única forma de llegar al hotel Heathman antes que el gruñón Christian Grey pierda la paciencia.

Llegamos a las 7 en punto. El aparcador del hotel mira mi auto con incredulidad cuando le entrego las llaves para que lo estacione. Nos dirigimos a la barra del hotel. Christian me toma muy fuerte del antebrazo y me arrastra hacia la mesa que reservó para nosotros. Camina con gracia y elegancia, mientras yo lucho por no fracturarme los tobillos por culpa de los malditos tacos altos. Mantel de lino, copas de cristal, cubiertos de plata. Yo no me puedo sentir más fuera de lugar. Hago un esfuerzo supremo por no morder mi labio.

Ordena una botella de Sancerre y dos porciones de ostras.

—¿Tienes hambre?

Ay, no... otra vez con la comida.

—No.

—¿Has comido hoy?

—No —susurro.

No le gusta mi respuesta. Me mira con severidad, casi con odio.

—Te he dicho que tienes que comer. ¿Te gustan las ostras?

—Nunca antes he probado una.

—Come. Podemos comer aquí o en mi suite.

—Prefiero estar en terreno neutral, en público.

—¿Crees que eso me detendría si quisiera hacerte algo?

Sonríe sarcásticamente con una cara de pervertido muy sensual e intimidante.

—Bien, vamos a lo nuestro. ¿Has leído el contrato?

—Leí las primeras 5 páginas y después me salté al final. Era demasiado denso y tenía palabras que no entiendo... ¿Qué es un butt plug?

—Anastasia, quiero que seas mi sumisa. ¿Por qué le das tantas vueltas al asunto? Si no firmas el contrato, no me volverás a ver nunca más.

—La última vez que dijiste eso me secuestraste de un bar...

—Esta vez será diferente. Probémoslo durante tres meses.

—¿Tres meses? No sé si podré...

—Hay una línea muy fina entre el placer y el dolor, Anastasia. Son caras de la misma moneda, el uno no existe sin el otro. Puedo mostrarte lo placentero para mí que será tu dolor. Ahora no me crees, pero debes confiar en mí. Si no te gusta, adiós al Sr. Grey, adiós a las cenas elegantes, adiós a los paseos en helicóptero...

—¿Por qué no puedo tocarte? ¿Acariciarte? ¿Por qué no podemos ir al cine y subir fotos vergonzosas a Instagram como lo hacen las parejas normales?

—¿Te parece poco que te folle y te azote? ¿Qué más contacto físico quieres? Simplemente no me gusta que me toquen y punto.

—¿Entonces por qué no contratas una prostituta?

—Eso hago.


50 sombras de Grey: La versión de InciclopediaWhere stories live. Discover now