61: Ésa película otra vez...

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—¿Qué?

Fue lo único que logré articular, pues estaba impresionada por la sorpresa de Jack que tuve que colocar la palma de mi mano sobre mi boca mientras estaba en un shock, me sentía alucinada, no por las cosas, si no por el detalle, por la intención, la ilusión con la que hizo todo esto.

Sin duda alguna, nuestro hijo o hija, tendrá al mejor padre.

—¿Te gusta? —preguntó Jack a mi lado izquierdo, rápidamente lo miré y me percaté de la sonrisa en sus labios.

Asentí y sonreí en grande—. Claro, es hermoso.

En la habitación que estaba de sobra junto a la nuestra, Jack se encargó de llenarla de cosas para nuestro bebé. Y más ilusionada no podía estar, me emocionaba tanto que compartíamos la misma ilusión, el mismo deseo por conocer a nuestro hijo.

—Jack, Cassie —nos llamó Lidia. Ambos miramos detrás de nosotros y nos percatamos de que Lidia nos observaba con una sonrisa, su cabeza se asomaba por el umbral y su cabello cobrizo caía como cascada a un lado.

—¿Si? —emití con una sonrisa ladina.

Suspiró y apretó un poco los labios. Cualquier indicio de felicidad ya no era presente en su semblante—. No les había dicho, pero, mañana me voy.

Fruncí el ceño y miré a Jack luego volví a ella—. ¿Qué?, ¿por qué?

Se recargo contra el umbral y se cruzó de brazos—. Ya es hora —sonrió triste.

—Pero, dijiste que...

—Ya lo sé Cassie, surgió algo —me interrumpió algo exhausta y no por mí, sino que desde que nos iba a dar la noticia, se veía desanimada.

Miré a Jack, él parecía comprender la situación a la perfección, sin embargo, yo no, pero tenía que comprender, ella tenía su propia vida hecha, pero algo estaba mal, no la veía feliz y eso me preocupaba.

Lidia se dio la media vuelta y entró a la habitación donde dormía.

—¿Qué le pasa? —le pregunté a Jack en susurro.

Me miró y sonrió de costado, pasó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y suspiró—. Ve con ella —susurró y besó mi frente—. Me ducharé.

Lentamente se alejó de mí, se dio la media vuelta dándome una buena vista de su espalda trabajada, se le marcaba a través de la tela de su camiseta, pocos segundos después, reaccioné mis piernas y me dirigí a la habitación donde se encontraba Lidia, la puerta estaba entre abierta y la escuchaba murmurar cosas mientras iba del closet a la cama, así que me adentré, tenía el entrecejo contraído y los ojos llenos de agua.

—Lid, ¿qué sucede? —me senté en la cama junto a ella.

Me miró y apretó los labios un poco, como si explicarlo fuera difícil—. Mi novio.

—¿Qué tiene? —fruncí el ceño.

—Quiere que ya me vaya si no, terminará conmigo —soltó, sus ojos se llenaron de lágrimas y soltó un suspiro, era como si tuviera la carga encima que se acababa de quitar.

¿Qué?

—¿Qué?, ¿qué le pasa? —pregunté confundida con el ceño fruncido. Pues si algo he odiado desde siempre es esto, esta clase de situaciones en las que las relaciones se vuelven tóxicas y abusan de la vulnerabilidad de las personas enamoradas, porque recuerden que una chica enamorada, es capaz de todo.

Incluso de acabar con sus amistades solo porque un idiota inseguro de sí mismo se lo pida.

—Vio una foto mía con los chicos... se enojó... es muy celoso —pronunció limpiando sus lágrimas antes de que salieran.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now