38: No me iré, Jack.

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Amaba la sensación de la brisa marina golpeando mi cara, como mi cabello volaba y la resaca desaparecía poco a poco. La mano de Jack entrelazada con la mía, el silencio entre nosotros siendo interrumpido únicamente por las olas del mar. Era el bellísimo atardecer, en esos tonos rosados y naranjas, después de haber dormido casi todo el día, estábamos aquí, en la orilla del mar refrescándonos.

—Me gusta tu perforación —susurró en mí oído mientras que sus brazos rodeaban mi cintura y me unía a su cuerpo, me envolvía en su calidez divina.

Sonreí y sentí como su mentón se posaba sobre mi hombro.

—Pero la del ombligo, aunque te vez muy... —siseó de una manera que sentí como mi piel se erizó por completo y la sangre subió a mis mejillas—, sexy, pero me da miedo que te de alguna infección —agregó.

Lo miré, su perfil recto e imponente me hipnotizo, joder este hombre me gustaba tanto—. No te preocupes —reí y posé mi mejilla contra la suya—. Me lo quitaré, a mí no me gusta y créeme que me duele como el maldito infierno.

Sentí sus labios presionados contra mi piel y solté un suspiro, joder, qué paz, cuanta paz siento y cada vez confirmo más que esto necesitábamos Jack y yo, un respiro, una manera de conectar así, y sin duda alguna, estás han sido mis vacaciones favoritas. Un recuerdo hermoso, en la playa.

Pero, en ese instante mi celular comenzó a sonar en el bolsillo de los shorts de Jack, me lo entregó raídamente y me percaté del nombre de Edwin en la pantalla, Jack y yo compartimos la misma mirada confundida antes de que respondiera de inmediato.

—¿Están disponibles para una rápida sesión? —preguntó Edwin en cuanto respondí sin darme un momento para siquiera decir algo, y la rapidez de sus palabras me hizo sonreír.

—¿Qué pasó? —reí y deseé que me repitiera las cosas con un poco más de calma.

Entonces soltó un suspiro y tomó una bocanada de aire—. Lo siento muchísimo, sé que son vacaciones para ustedes, pero le comenté a Doryan lo bien que se ven, lo mucho que nos encantó Miami y surgió la idea de sacarles unas cuantas fotografías.

Y me era complicado procesar todo porque, por la mañana se habían despedido de nosotros para irse al aeropuerto—. ¿No se han ido? —cuestioné para confirmar.

—No, me llamó Doryan y le conté lo genial que la pasamos y lo maravilloso que es y.... —suspiró de nuevo—, como te digo, surgió la idea, pero respetamos su decisión si no quieren, qué imprudentes somos por interrumpir su momento de relajación y...

—Está bien —solté interrumpiéndolo, con una sonrisa de oreja a oreja mientras que Jack me observaba curioso y deseoso por saber qué pasaba—. Vayan a la habitación.

°°°

—¿En ropa interior? —pregunté con las mejillas ardientes, pues sé que era algo normal, pero la idea de lo provocadora que resulta la lencería de la línea de Doryan, sigue acalorándome.

John y Edwin se veían divertidos y entretenidos, bueno, en especial Edwin, pues John no dejaba de teclear en su laptop ni de comunicarse con Doryan, manteniéndolo al tanto de cómo sería la sesión y qué usaría. Mientras que Jack, estaba recostado en la cama, escuchándolo todo y mirándome con esa jodida sonrisa socarrona y juguetona.

—Sí, ten esto —emitió Edwin mientras se acercaba a mí y me daba una pequeña maleta.

Con los labios aplanados y las mejillas acaloradas, tomé la maleta y me dirigí al baño sin más qué protestar y sin demostrar cuan afectada me tenía una sesión con lencería. Me desvestí por completo y saqué los atuendos, observándolos, fascinada, enamorada e hipnotizada y todo lo que terminara en -ada-.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz