7: Posesivo.

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—¡No, no puedo creerlo! —exclamé con ojos desorbitados. La pequeña pantalla de mi celular frente a mis ojos mientras le hacía zoom a la imagen una y otra vez sin poder creerlo.

Maldito alcohol.

—Créelo —dijo Zoe riendo como si fuera una situación tan divertida.

La miré y fruncí el ceño, pues la diversión no era mutua—. ¡Zoe, es una foto de Jack y mía, besándonos! —exclamé tirando mi celular sobre la cama.

Se carcajeó mientras recargaba su espalda contra la cabecera—. Se ven tiernos —pronunció riendo mientras colocaban un cojín sobre sus piernas.

Me crucé de brazos y la fulminé con la mirada, ¡es mi amiga!, ¡se supone que tiene que estar de mi lado y no pensar que Jack y yo somos tiernos, joder de pensarlo me dan arcadas—. No.

Eso debiste pensar ayer Cassie...

Cállate consciencia, no te necesito ahora.

—¡Cassie! —exclamó Zoe divertida. Su sonrisa era ancha de oreja a oreja.

Bufé—. ¿Vez esto? —le mostré mis labios.

—¿Si? —pronunció frunciendo el entre ceño. Me acerqué como flash a ella colocándome justo en frente.

—¡Me sacó sangre! —exclamé y bajé mi labio inferior, mostrándole la herida roja que arde como el infierno cuando bebo o como cítricos.

Rodó su par de ojos azules y me empujó con las yemas de sus dedos la frente, ése acto hizo que dejara caer mi cuerpo al colchón boca arriba mientras un puchero se apoderaba de mi rostro—. Son tiernos —pronunció riendo.

La miré, noté su semblante cargado de diversión, su cabello estaba en un moño despeinado y los mechones rebeldes ya rondaban por su rostro—. Consíguete un novio —refuté.

Me sacó su mejor dedo y me lanzó un beso—. No, ahora al punto, ¿Dónde carajo te metiste anoche? —preguntó seria

Hice una mueca de disgusto ante su pregunta. Pues para ser sincera, no recordaba la mayoría de los hechos.

Desvíe la mirada de ella con las mejillas ardiendo y enfoque mi viste al techo—. Creo que... Jack y yo... —arrastré mis palabras, nerviosa. Pues no sabía cómo mierda decirlo.

La miré por un segundo y al ver sus ojos abiertos de par en par, volví la vista al techo para no enfrentarla—. ¡No, no, no! ¿Tuvieron...? —preguntó asombrada.

Me cubrí la cara con ambas manos—. ¡No lo sé, Zoe! —chillé preocupada.

—¡Dios, Dios!, ¡necesito agua ya! —exclamó y sentí como su cuerpo salió de la cama, con mis ojos aún cubiertos la escuché caminar, luego sus manos me arrastraron de los talones—. Tú vienes conmigo.

Protesté y lo hice mucho, pero Zoe Benson cuando se propone algo, lo cumple. Así que me incorporé y me obligué a caminar.

Bajamos a la cocina a paso lento y le serví un vaso con agua, ella lo tomó rápido. Me quedé observándola un buen rato, sus azules llenos de curiosidad atraparon los míos y sus comisuras se elevaron de una manera tan siniestra que deseé no haberla visto.

—Si eso pasó ahora, ¿¡Cómo será más delante!? —preguntó atrevida.

Me auto abofeteé—. ¡Zoe! —reí.

Se carcajeó y dejo el vaso sobre la encimera mientras tomaba asiento en un banco frente a la isla—. Lo siento, soy virgen —pronunció Zoe con diversión y obviamente era un acontecimiento falso.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now