46: Te amo, papá.

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—Que tengas buen viaje.

Mi voz fue un susurro cargado de desánimo. Él sin pensarla dos veces me atrapó en sus brazos fuertemente. Mis brazos rápidamente rodearon sus hombros y sus brazos alrededor de mi cintura estrechándome contra él, elevándome un poco mientras inhalaba profundamente mi aroma y yo pasaba las manos por su pelo.

—Voy a volver —susurró.

Probablemente estamos haciendo esta situación más dramática, pero así es esto con nosotros, en esto nos convertimos, pasamos de ser dos personas que no podía ni verse porque ya queríamos asesinarnos, a ser la pareja que no quiere estar separada del otro. Lo amo, y estoy tan acostumbrada a mi vida con él, a compartir mi lado izquierdo de la cama con él, a sentir su respiración tranquila y a comer su comida deliciosa. No habíamos estado tanto tiempo separados desde la boda, y eso fue hace ocho meses.

—Ya lo sé —susurré contra su cuello.

Me bajó con lentitud y besó mis labios. Acaricié sus mejillas y sostuve su rostro entre mis manos por unos segundos más, su rostro atractivo, sus ojos intensos, su cabello caramelo, sus labios carnosos y rosados.

—Te amo —susurré—. Te va a ir genial y lo vas a lograr, porque eres Jack Johnson y no existen los límites para ti.

Me sonrió de una manera genuinamente bella y besó mi frente—. Te amo.

Y dicho eso se separó de mí para tomar su mochila del suelo, miró a Archie y Jules quienes le hicieron un movimiento de cabeza, pues ya tenían que subir al avión. Me acerqué a él y besé sus labios de manera rápida, su mano atrapó mi cintura y me volvió a besar, pero ahora era un besó húmedo, lento y cargado de afecto. Era uno de esos besos que decían de todo sin la necesidad de decir algo.

—Te llamaré cuando aterricé —susurró sobre mis labios, y con los párpados cerrados, asentí.

—Cuídate mucho —susurré—. Aquí estaré, estaré bien, no te preocupes —besó mi frente y abrí los ojos—. Te amo —susurré alejándome de él a duras penas.

—Te amo —pronunció mientras retrocedía. Le sonreí y me despedí una vez más de él con la mano moviéndola de derecha a izquierda.

Y así se fue, a superarse una vez más y salir de su zona de confort.

Jamás pensé en sentirme tan extraña sin él, me acostumbré a Jack de una manera hermosa.

No lo llamaría tóxico porque entre nosotros nos sanamos, convivimos igual que siempre con nuestros amigos, salimos a divertirnos y los momentos a solas en los que charlamos de cosas cotidianas cómo las cosas hacen falta, ya sea el shampoo o mis toallas femeninas se hacen más divertidos, los malos chistes en los que nos morimos de risa con ése sentimiento que te reinicia la vida. Las películas dejaron de ser simples películas, ahora tenía recuerdos de ellas con Jack, las charlas profundas sobre su trabajo, su historia y las cosas que odia resultan más interesantes que cualquier otra cosa. Verlo ejercitarse es satisfactorio, es su manera preferida de liberar estrés. Y ni hablar de cómo me muero de risa cuando baña a Ruffy y éste parece bañarlo a él.

—¿Cassie, estas bien? —me preguntó Zoe colocando su mano en mi hombro mientras que con la otra sujetaba el volante.

La miré rápidamente y asentí—. Sí, sí. Solo me quedé pensando algo.

—¿En qué? —frunció el ceño.

Iba a contestar, pero esa sensación asquerosa de instaló en mi estómago, sentí que mi cara se quería volver verde y como me comenzaba a marear.

—Para el auto —le dije a Zoe tocándola con mi mano izquierda.

—¿Qué? —frunció el ceño. Retuve el vómito y la miré con los ojos de par en par, rápidamente frenó en media carretera.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora