27: Zoe, ella es mía.

3.7K 209 8
                                    

Al verlo salir por la puerta, tome aire, incline mi cabeza hacia arriba y solté un grito de frustración. Pues sí, una queriendo hacer las cosas bien y él negándose, o quizás yo me negué desde un principio, pero tenía mis razones, fue grosero e inmaduro. Volví la vista al frente y miré a mi izquierda, me percaté de que había olvidado el celular sobre la mesa junto al ordenador.

Entonces éste comenzó a vibrar y la pantalla se encendió, era una llamada, ¿y quién creen que era?

No, no adivinaste.

Era Annie.

Bufé con los labios apretados y tomé el celular entre mis manos, tenía que escuchar lo que ésta zorra diría y así que, con todos mis ovarios, respondí.

—¿Hola? —emití tratando de hacer la voz como la de Jack, pero güey, ni yo me la creo solo estoy quedando como estúpida.

—¿Hola, con quién hablo? —preguntó con su chillona voz exasperante.

—Jack —mi voz es un asco.

—¡Jack, cariño! —chilló de felicidad. Y tengo mis teorías, o ella esta medio sorda o yo soy muy buena fingiendo—. Te llamo para avisarte que ya estoy en Londres, me muero de ganas por verte, vi tu mensaje, ¿por qué estás triste?, ¿todo va bien?, me preocupa que sea algo de mamá, sabes que si quieres hablar estoy aquí...

Mi mandíbula se desencajó y mis ojos se abrieron de par en par. ¿Esto es real?, ¡mil veces mierda!

—Me-me tengo que ir —corté la llamada.

Dejé el celular justo donde estaba, me dirigí a la mini cocina que poseía el cuarto de hotel, las lágrimas inundaron mis ojos, estar mal con él me hace sentir pésima.

Pero me hace sentir aún más que él se enoje cuando yo tengo la razón. Pero me llena de rabia que ésa siempre va a estar en nuestras vidas, quizá deba resignarme en que él y yo podamos tener una relación. Yo siempre seré la que saldrá herida. Nunca podemos estar bien porque tenemos el mismo carácter.

Me dirigí al baño y preparé un baño de tina. Entré a ella, suspiré y me acomodé, relajé todos mis músculos y eché la cabeza hacía atrás, el agua tibia me relajaba mucho.

Pero entonces la puerta se abrió de golpe ocasionando un gran estruendo. Di un saltito y de repente sentí la garganta seca y las piernas como gelatina. Y no sé si por desgracia o fortuna, yo estaba en el baño. Pero mi desventaja es que no le coloqué seguro a la puerta.

Empezamos mal.

—¿Cassie?

Me quedé en silencio, no iba a gritar y revelar mi ubicación, me estoy duchando, capaz y venían al baño y me hacían algo, la voz a esta distancia suena distorsionada. Mi corazón estaba latiendo como loco y estaba a nada de comenzar a hiperventilar, las piernas no me respondían y me estaba desesperado.

—¿Cassie?, soy Jack.

Alivio.

Fue lo primero que sentí, cerré los ojos y comencé a respirar con tranquilidad para bajar mi ritmo cardíaco el cual estaba como loco.

—Emh, estoy ocupada —emití en voz alta y temblorosa, pues sí me cagué de miedo.

—Tengo algo que decirte —pronunció algo desesperado y ahora se escuchaba más cerca.

—Me estoy duchando —espeté de la misma manera fría con la que él se despidió de mi hace media hora.

—Perfecto —pronunció y segundos después, abrió la puerta. Lo miré rápidamente y me cubrí el cuerpo con mis manos mis pechos y arrastré mis piernas para ocultar mi feminidad.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now