51: El cielo está de fiesta.

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Siempre he creído que dejar ir es difícil, no existe dolor más agudo, asfixiante y arrollador que el de perder aquellas personas que te dieron la vida, era pequeña cuando experimenté aquella perdida, pero el dolor no disminuyó, no fue más llevadero. Tuve apoyo que me ayudó asimilarlo.

—Ahí está mi papá —me susurró Jack, quien sostenía mi mano con firmeza, llevaba un traje negro con una camisa blanca, un par de gafas de sol que cubrían su mirada cansada, rota e hinchada.

El cementerio estaba absorto en murmullos, llantos y suspiros de aquellas personas que la recordaban, el día era de un gris tan triste y vacío, no dudé ni por un segundo que la lluvia se dejara venir.

Miré en dirección al hombre elegante de traje, observaba el ataúd cerrado con el cuerpo que su esposa con una adoración nostálgica, se veía destrozado y se le notaba que amor que tenía por ella.

—Ahora vengo —solté su mano, pero él la tomó de nuevo rápidamente. Busqué su mirada rápidamente. Sus ojos rojos y las ojeras pronunciadas debajo sus hermosos verdes ocultos tras las gafas de sol no me impidieron ver su dolor—. Voy a darle mi pésame a tu papá —susurré, sonreí sin dientes.

Él asintió y me soltó. Con mis botas de tacón resonando contra el asfalto caminé en su dirección, mi vestido negro volaba con el aire frío y un escalofrío recorrió mi cuerpo, llegué hasta el señor Johnson. Su espalda frente a mí.

—Suegro —susurré, toqué su hombro.

Él volteó a verme rápidamente.

—Cassie —susurró su mirada era deprimente.

—Lo siento tanto —lo abracé—. Tiene todo mi apoyo —le dije al oído.

—Gracias, Cassie —me soltó—. Roselen me contó que te enteraste de su enfermedad y que fuiste una visita que le subía por completo los animos...

Le sonreí apretando sus manos suavemente—. ¿Cómo se siente?, ¿necesita algo? —pregunté.

—Triste —intentó sonreír—. Pero sé que mi mujer está bien, ellos están bien —y eso me hizo perder el equilibrio un poco. Sabía que se refería a mis padres, ellos cuatro eran mejores amigos—. Están felices y de seguro bromeando —sonrió con tristeza y sentí mis ojos arder, conectó su mirada verdosa con la mía y aprecié el parecido entre Jack y él—. El cielo está de fiesta, Cassie. La vida es así, siempre tendremos que pasar por esto, hay que ser fuertes.

Sentí una lágrima gruesa escapar de mi ojo—. Tiene razón, ellos están felices —susurré sintiendo el nudo en mi garganta. El recuerdo de ellos riendo hasta que les dolía el estómago, haciendo sus comidas de cada domingo. De quién no recuerdo nada es de Jack, hablaban de él, pero no recuerdo haber convivido con él, pero mi papá siempre aseguraba que cuando Jack visitaba nuestra casa, éramos inseparables ¿por qué no lo recuerdo? —. Tendrá eternamente a su mejor amiga llamándola bomboncito de caramelo —recordé con una sonrisa triste—, y a su cómplice por cubrir los desastres que mi madre y usted hacían.

Eso le sacó una sonrisa junto a un par de lágrimas—. Ella le dará el mensaje a tu padre —susurró.

Fruncí el ceño—. ¿Mensaje?

Me sonrió de costado, echó un suspiró y me observó—. Eres idéntica a mi mejor amigo, Cassie. Eres tu papá en cuerpo de mujer y más bonita —y no pudimos evitar reír un poco—. Mi viejo amigo analista, vio en ti y en mi hijo una química impresionante. Y me llena de alegría que Jack y tú estén juntos y sean felices, me llena de paz ver cómo nos estás apoyando y que luzcas feliz. Roselen le dará el mensaje a tus padres que eres lo que ellos siempre soñaron para ti, la preciosa Cassie Clark es feliz, fuerte y bondadosa. Un poco testaruda, pero tienes más fortalezas que debilidades. Tanto tus padres, Michael y yo que te vimos crecer, estamos orgullosos de ti y de tu enorme corazón. Tienes las facciones de tu padre, la belleza de tu madre, la inteligencia y compasión de tu papá y el coraje y valor de tu madre. En ti los veo siempre, Cassie.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now