6: Ambos podemos jugar el mismo juego.

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—Lo hicieron excelente, chicos —nos felicitó John con una sonrisa satisfecha.

Lo enfoqué, su cabello castaño corto, sus ojos marrones que se protegían detrás de dos cristales, su barba a medio crecer, su cuerpo esbelto y medio alto—. Gracias —sonreí.

—Mañana hablaremos del comercial —informó tomando su maletín.

—Bien —respondió Jack.

°°°

—Jack —pronuncié por primera vez en la noche desde que terminó la sesión y hasta ahora que recién llegamos a casa. Metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

—¿Si? —respondió cerrando la puerta de nuestra casa a sus espaldas y observé como le ponía seguro.

Me aclaré la garganta medio incomoda por lo que estaba por decirle, pero la realidad era que deseaba saber con qué intensiones me dijo que me veía hermosa—. ¿Por qué me dijiste eso? —pregunté.

Sus verdes se encontraron con mis azules y sonrió—. ¿Qué dije? —rio.

Mil veces mierda.

—Que... —musité nerviosa—. Ya sabes, que me veía hermosa —emití desviando la mirada algo apenada.

—Ah —rio recordándolo—. No te asustes no significó nada, solo... Fue para que te motivaras.

Ok, modo perra: activado.

—¿Estás diciendo que soy mala? —pregunte algo indignada, arqueando una ceja y cruzándome de brazos.

—Amh... —musitó girando sus ojos.

Fruncí el ceño, molesta—. ¿Y tú qué sabes de modelar si solo eres un empresario? —ataqué cabreada.

Un destello de diversión atravesó su mirada—. Umh, mucho —pronunció riendo.

Gruñí, con el ceño fruncido y la respiración agitada—. No lo creo.

Se sonrió—. Se supon que debes de expresarte, digo, moverte suave. Natural —colocó sus manos sobre mis hombros y me movió con suavidad de lado a lado.

—¿Dices que soy un plástico? —pregunté ofendida.

Alejó sus manos de mi escondiéndolas en los bolsillos de sus pantalones, y desdeñoso, respondió: —. Sí —afirmó indiferente.

Maldito estúpido.

—Wow —reí elevando ambas cejas. Y sí, sí me dio en el ego—. Lo dice el chico más grosero.

Bufó y me esquivó—. Vamos Cassie, sólo es... La verdad —soltó caminando hacia la cocina.

Arqueé una ceja irritada—. ¿La verdad?, ¿qué insinúas?, ¿traumarme? —pregunté mientras le seguía el paso.

Me miró por sobre su hombro y meneó la cabeza negándolo—. Nada de eso, la verdad es que... Dejé a mi novia por esta tontería —y por lo visto cambio el tema.

Resoplé—. ¡Yo dejé a mi novio! ¿Crees que fue fácil? Te defendí una vez, le dije una mentira para mantenerte a salvo.

Se frenó en seco haciendo que mi cara se estampara contra su espalda, me alejé un poco y él se giró encarándome—. ¿Qué mentira? —arqueó una ceja.

Apreté los labios y avancé a la alacena para tomar un vaso, su mirada seguía cada uno de mis movimientos y yo odiosa, solo se daba largas. Llené mi vaso de agua fría y lo miré—. No usé precisamente las palabras, <<amo a Jack>>, pero obviamente me di a entender eso —solté. Se quedó mudo y observándome. Tomé toda el agua y solté un suspiró sonoro, dejé el vaso sobre la encimera y le sonreí sin dientes.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now