44: Me tienes a tus pies, Cassie Clark.

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Me subí a horcajadas en su regazo cuando nos transferimos a la sala de estar para ver una película y llevar acabo mi reposo, pero yo tenía en mente otras cosas, y el reposo no estaba en mi lista. Sus manos descansaron en mis caderas y de dedicó a mirarme, de una manera única y diferente. Algo había cambiado, algo estaba mejor y lo podía sentir. La manera en que me miraba, la manera en que me hablaba, me sentía única y amada.

—Soy muy feliz, no tienes idea —susurré y recargué mi frente contra la suya.

Sus manos ascendieron subiendo mi vestido con lentitud, sus labios atraparon los míos de una manera lenta y exquisita, cómo si deseara que el tiempo corriera más lento. El roce de nuestros labios era de manera paulatina, su lengua acariciaba la mía y sentía como el deseo incrementaba, mi vestido llegó a mi cintura y sus manos acariciaban mis carnes, mis manos acariciaban su nuca con delicadeza y sus suspiros me confirmaban que lo estaba disfrutando.

Succioné su labio inferior y lo arrastré hacia afuera entre mis dientes, ésa sensación excitante, ese toque lacerante pero excitante, sus manos ágiles bajaron la cremallera de mi vestido, mis manos desabotonaban su camisa negra, su pecho ardía y subía y bajaba con una pesadez excitante. Mi vestido salió volando por mi cabeza y mi torso se impactó contra el de Jack, emanaba un calor exquisito, sus manos acariciando mi cintura, jadeé sobre sus labios al sentir su erección contra mi zona sensible, bajé mis besos a su cuello y sus manos ascendieron a mi espalda buscando desabrochar mi sostén mientras besaba la piel de mi pecho.

—¡Cassie!

El grito de Zoe desde afuera de la casa hizo a Jack gruñir, y descansar su frente contra mi hombro.

—¡Agh! —se quejó Jack, echó la cabeza hacia atrás y se pasó la mano por la cara, aproveché para bajar de él.

Me reí por su frustración, caminé hasta mi vestido y le grité a Zoe que ya iba, me puse el vestido y me acerqué a Jack, quien ya había abotonado su camisa, se puso de pie y le di la espalda para que subiera la cremallera de mi vestido, pero sus manos atraparon mi cintura y me pegó a él.

Su respiración cálida contra mi oreja me erizó la piel y ese simple acto, encendió todos mis deseos—. Más tarde terminaremos esto —susurró con un toque de lujuria.

Y dicho eso se separó lentamente y subió la cremallera, me giré y besé sus labios una vez más antes de ir abrirle la puerta a mi mejor amiga. Una vez que la abrí su gran sonrisa apareció en mi campo de visión.

—¡Oh Clark! —gritó Zoe y me abrazó fuerte.

Reí.

—Me estás lastimando —me quejé.

Me soltó—. Lo siento —rio—. Te extrañaba en casa tontilla.

La miré con sarcasmo y fue inevitable que una risa brotara de mis labios, no había pasado ni dos días, pero apreciaba su preocupación.

—¿Y qué hacían? —preguntó lamiendo sus labios y cruzándose de brazos.

Jack apareció detrás de mí y no pude evitar reír a carcajadas por su cara de pocos amigos.

—Interrumpiste algo —se quejó Jack con una sonrisa.

—¿Qué cosa? —preguntó con desinterés y adentrándose a casa.

—Íbamos a jugar a algo —emitió Jack con diversión.

Se detuvo en seco y se giró para encararnos—. ¡Oh!, ¿puedo jugar? —preguntó con una chispa de emoción.

—No, no me gustan los tríos amiga —reí mientras negaba con la cabeza y cerraba la puerta.

Su cara pareció comprender el sarcasmo de Jack, por lo que su rostro de torno en una mueca de asco arrugado su nariz—. ¡Ew! —gritó.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now