14: Alta bipolaridad

4.3K 270 13
                                    

Era de tarde la hora que normalmente acostumbramos comer. Jack estaba frente a mí se veía enojado, pues su entre ceño estaba contraído, sus labios un poco apretado y su respiración constaba de frecuentes exhalaciones.

—¿Qué tienes? —pregunté de una buena vez mientras dejaba los cubiertos de lado.

—Nada —respondió sin mirarme.

Siendo sincera ya me estaba cansando de esta situación, quería paz. Y ya era hora de dejar mi maldito orgullo a un lado. Pues desde el día que llegamos de París no hemos tenido una conversación normal. Él mismo me lo pregunto.

¿Por qué no nos comportamos cómo los adultos que somos?

Pues ahora tengo la respuesta correcta para esa pregunta y es sencilla; somos igual de orgullosos.

—Jack —agarré su mano en un arrebato que ni siquiera pude controlar.

Su mirada pasó a nuestras manos y se mantuvo ahí—. Son cosas de trabajo —suspiró.

Asentí y chasqueé la lengua—. ¿Puedo saber? —fruncí el ceño.

—¿Por qué despertaste tan curiosa? —rebatió y quitó su mano rápidamente.

—No lo sé, ¿por qué despertaste tan malhumorado? —debatí y me crucé de brazos.

Su mirada intensa por fin se conectó a la mía. Sus verdes olivo estaban entornados en los míos de una manera tan cruda—. No necesito darte explicaciones —musitó y sonrió sin muchas ganas.

No me vas a derrumbar Jack. Deja de intentarlo.

—Ah entonces yo menos —le sonreí en grande.

Se levantó de la mesa de mala gana ocasionando un estruendo de los cubiertos cayendo sobre el plato de cristal. Lo entorne con el ceño fruncido.

—Me voy al trabajo —espetó.

—Yo voy contigo —emití rápidamente levantándome.

—No, no te necesito —refutó negando con la cabeza.

Bufé, exhausta, esto de pelear veinticuatro siete es una pereza y es desgastante.

—Jack, quiero preguntarte algo y quiero que me respondas ahora mismo antes de irte —pronuncie poniéndome enfrente de él. Le sostuve la mirada desafiante, imponente y depredadora.

Inclinó la cabeza al lado izquierdo observándome detalladamente—. No podré contestar si no te apresuras.

Apreté un poco los labios antes de hablar—. ¿Por qué eres tan malo conmigo? —pregunté.

Una de sus cejas se elevó—. Tú eres igual conmigo —emitió y sonrió con frialdad.

Fruncí el ceño—. Es diferente, me contestas de lo peor, sé que me odias, pero... —fui interrumpida.

—No te odio, no odio a nadie. Es algo complicado —explicó y suspiró.

Apreté los labios e incliné mi cabeza a la derecha, observando su rostro con atención—. Dime qué es Jack. Estoy harta de peleas.

—Nos vemos en la noche —pronunció de manera monótona.

—¡Agh! —grité.

Comencé a caminar por toda la casa, escuché un ruido en la cocina y me dirigí rápido. Pues morir, no estaba en mis planes, no hasta que Jack Johnson me explicará que mierda pasaba por su cabeza. Al entrar a la cocina me frené en seco al ver a una mujer.

—¿Quién eres? —fruncí el ceño.

Se giró sobre sus talones y me dio una sonrisa de lo más cálida—. Soy Alma, soy su nueva mucama.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Onde histórias criam vida. Descubra agora