Epílogo

587 39 339
                                    

Carla

Una vez escuché la teoría de que todos somos un mosaico creado a partir de trocitos del alma de las personas que impactaron en nuestra vida.

Y aunque a través de los años he tenido la oportunidad de confirmarla una y otra vez, esta nunca fue tan cierta como hoy cuando Laura me regaló esa sonrisa que fue capaz de dejarme sin respiración lo que provocó como efecto colateral que mi mente repasara uno a uno todos los detalles que llevaba tatuados por la morena y que en los últimos meses me habían transformado en la mujer más afortunada del planeta.

Los cuales no solo eran físicos como agregar el chocolate favorito de la productora a mi lista de compras mensual o siempre poner una taza extra para ella incluso en los días en que no estaba porque me había acostumbrado a siempre resguardarle un asiento seguro en mi mesa.

Sino que habían otros más profundos como lo era diferenciar cada latido de mi corazón dependiendo de la sonrisa que ella me regalaba porque no todos eran iguales o dormir siempre al mismo lado de la cama ya que me había acostumbrado a que Laura se acurrucara entre mis brazos con su rostro oculto en mi pecho como si ella no fuese mucho más alta que yo.

Y así podía pasar horas hablando de todas esas cosas puntuales que de a poco había incorporado en el vitreal que iluminaba nuestra casa de la playa porque cada trocito que la música me había regalado lo había atesorado en mi mosaico personal y lo había transformado en luz.

—Entonces, ¿qué opinas? —pregunté dándome una vuelta para que pudiese apreciar mejor el traje de vestir negro que me había comprado para la entrevista que tenía el lunes porque me habían escogido como la representante de la facultad de artes lo cual no solo era un honor por ser la primera mujer que la hacía, sino que también lo era porque escultura siempre había sido la especialidad más infravalorada y al fin se le estaba dando el mérito que merecía y sobre todo se estaba comenzando a invertir en mejores recursos y más oportunidades de intercambio—, ¿no es muy formal? —inquirí mordiendo mi labio nerviosa antes de alcanzar la mirada de la morena la cual por unos segundos solo pudo repasarme anonadada como si no pudiese creer lo que estaba viendo.

Por lo que sonreí encantada, ya que las expresiones de Laura eran tan naturales y sinceras que no necesitaba de sus palabras para confirmar que algo le gustaba o no porque solo me bastaba ver la ilusión detrás de sus irises y la forma en que siempre mordía su labio cuando no sabía qué decir y eso fue exactamente lo que descubrí hoy, provocando que me perdiera entre la brisa de sus pestañas y el borde fronterizo de sus emociones causando que mi corazón se paralizara por unos segundos porque nunca me había sentido tan amada.

—No sé si debería dejarte ir a esa entrevista —bromeó antes de posar sus brazos sobre mi cuello mientras su mirada cargada de amor no dejaba de observarme como si fuese lo más maravilloso que había visto jamás—, no me parece bien que vayas enamorando a todos los que te ven así, es que wow —manifestó tan maravillada que fue imposible no sonreír tiernamente ante ello—, Carla, por favor estás preciosa —comentó antes de que sus manos acariciaran suavemente mis hombros para luego pintar estrellas entre mis brazos mientras su mirada no dejaba de posicionarse frente a mí como la constelación más próxima a mi universo y también la más brillante y deslumbrante.

—Gracias —susurré sin saber qué decir ya que lo único que estaba en mi mente era la forma en que la morena me miraba, la cual era diferente a cualquiera que alguien me haya ofrecido anteriormente porque esta no solo estaba cargada del color más puro del amor y la admiración sino que en aquel cuadro coexistían miles de tonalidades diferentes de pasado, presente y futuro.

Es por esto que fue imposible no quedarme suspendida en aquellos ojos marrones que sin saberlo me estaban entregando esa calma que siempre deseé pero jamás creí ser tan afortunada como para merecerlo.

Amar en tonos grisesWhere stories live. Discover now