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↳ No fuiste antes ni después, fuiste a tiempo, a tiempo para que me enamorara de ti. — Jaime Sabines
El amor puede estar compuesto de muchas cosas como, gustos, ideas, miradas, pensamientos, sexo, y mucho más. Pero Enzo y Julie estaban compuestos de dos almas que estaban perdidas, lo único que buscaban era un romance, dos tipos de ojos de color diferentes, unos marrones y otros verdes, estaturas extrañamente decentes, voces distintas. Todo muy alterno a ellos.
Julie pudo dormir demasiado bien esa noche, la fragancia de Enzo se había quedado plasmada en sus fosas nasales llevándola a dormir con tranquilidad, amaba cuando un hombre olía de esa manera, pero Enzo, Enzo estaba a otro nivel, no podía creer que esa fragancia podía existir en un hombre, mucho menos en alguien como lo era Enzo.
Por otra parte, el chico pudo dormir de igual manera que Julie, solo que el, antes de dormirse se sintió obligado a volver a adivinar los ojos preciosos y verdosos que ella portaba, eran unas canicas luminosas, no podía dejar de pensar en ellos.
Los chicos no tardaron en subir, para así poder descansar de todo.
A la mañana siguiente Julie se duchó, poniéndose us blusa de tirantes color blanca, un pantalón de algodón negro y una sudadera gris la cual no abrochó ya que estaba haciendo algo de bochorno, el sol se asomaba tras las nubes, el frío viento corría por las calles.
Agarró su cabello con una pinza, salió de la habitación y cogió el elevador para ir directo al comedor del hotel en donde estaban hospedados.
Mati🤍 Apestosa, buenos días, estamos en el comedor, te he pedido unos panqueques para desayunar, se que te gustan mucho.
Mientras iba en elevador ella leyó el mensaje que le había mandado el chico, le respondió enseguida.
Julie🎀 Dale Mati, allá voy, muchas gracias niño.
Mati🤍 Ajá y te he guardado un lugar a lado de Enzo.
Julie 🎀 Dale, no hay problema.
Se abrieron las puertas, guardo su móvil y en cuanto salió sintió el fresco aire de los pasillos del hotel y el aroma hundió sus fosas nasales, olía demasiado bien.
Pasó por el comedor, a lo lejos escuchó varias risas las cuales pudo distinguir a la perfección, pues una era muy evidente y era la de Juani, ella no pudo evitar reír mientras se acercaba a ellos.
— ¡Vamo! ¡Julie ya ha llegado! —exclamó Juani tras ver el cuerpo delgado de la chica, ella iba sonriendo.
Todos se giraron para mirarle y saludarla en cuanto la vieron, ella les saludó de vuelta y se sentó entre Fran y Enzo, quienes estaban desayunando lo mismo que ella, hot-cakes.
