26

175 21 0
                                    

-No estoy jugando. Es la primera vez en mi vida que hablo en serio. Tú stás jugando conmigo, Nayeon.

Ella la miró con esos ojos casi inexpresivos, el ceño fruncido, escrutando a la chica que tenía delante.

-No te comprendo.

-Yo tampoco te comprendo. ¿Quién es la chica detrás de la máscara?

-Jeongyeon, de verdad... No te gustaría, créeme.

-No importa. Necesito verla.

-Jeongyeon, créeme-

-¡Quiero conocerla!- gritó con violencia.

Nayeon se quedó quieta, estaba casi asustada. -Júrame que no te enojarás.

-Lo veo difícil. Ya estoy furiosa.- Otra vez ese tono casi apático.

-Al menos prométeme que no le dirás a nadie.

Jeongyeon suspiró. -Bien.

-Jura por tus hoteles.

-Lo juro por los hoteles.

Nayeon tragó saliva y se sentó. -Fue solo una simple venganza, no te gases y no hagas películas mentales extrañas.

-Dime ese nombre.- dijo Jeongyeon sentándose más cerca de ella.

Esas palabras se atascaron en mi garganta. ¿Debería haber mencionado el nombre de Marilyn?¿Debería haber inventado uno?Jeongyeon estaba allí esperándola.

-Soy yo.- Una débil voz salió de su boca temblorosa. No tuvo el coraje de mirarla a los ojos después.

Jeongyeon se quedó en silencio durante unos minutos. Nayeon se sentía tan avergonzada que decidió que era mejor irse. Se puso de pie pero Jeongyeon la tomó del brazo y la hizo sentar en su regazo.

-¿Qué quieres decir con que eres tú?- preguntó mirándola seriamente a los ojos.

-Quería... Vengarme personalmente.

-¿No te disgusté?

-¡Y de hecho es así!

-¿Por qué lo llevaste durante tanto tiempo?

Nayeon miró hacia abajo. -Quería que tuviera más efecto en ti.

Después de todo, Jeongyeon no parecía estar tan enojado. Ella le levantó la barbilla con dos dedos. -¿No estabas saliendo ya con D.O.?

-Sí...

-¿Y renunciaste a algunas citas por mí?

-Bueno... Sucedió. ¡Pero ya te he dicho que no levantes la cabeza!

-Pero la chica que sale con D.O. lo abandonó por mí y ahora está sentada en mi regazo. Sabía que ganaría tarde o temprano.

Nayeon puso los ojos en blanco. -Ahora creo que tengo que irme.

-Lo juro, te odio con todo mi corazón. Puedes irte.

-Eres rara.

-Al menos soy mejor que D.O. Y sé que aún no te he perdonado, Im.

-Viviré sin tu perdón, pero al menos fui honesta contigo.

Habiendo dicho eso, Nayeon se levantó, caminó hacia la puerta y salió.

-Me acosté con Nayeon... Necesito un trago. Hagamos dos.

Mientras tanto, Nayeon había llamado a D.O. para decirle que todo estaba arreglado. De hecho, ella incluso tenía una propuesta para él. Reuniéndose en un restaurante cerca del departamento de Nayeon, los dos se sentaron sin tener mucha hambre.

-Me alegro que hayas logrado solucionar todo.

-Yo también. Tenía un peso que quitarme.

-¿Trabajo?

-Sí.

Después de todo, si Jeongyeon estuvo deprimida durante mucho tiempo, afectaría negativamente su trabajo. Pero sabía que la confesión seguramente la había dejado sin palabras.

-Entonces... ¿Qué me querías ofrecer?

En ese momento llegó el mesero, por lo que los dos optaron por una pizza, y luego volvieron a mirarse.

-El viernes hay una fiesta, cosas de emprendedores. Si vienes, es posible que conozcas a alguien.

-Sería perfecto. ¿Iría como tu compañero?

-Este es el plan.

Quién sabe con quién iría Jeongyeon.

-¿Cómo lo hacemos? ¿Voy recogerte?

-Vendré con mi chofer. Esté listo para las siete y media.

-Está bien. Oye... ¿No es ese Tzuyu?

Nayeon se dio la vuelta y notó a su mejor amiga en una mesa con una chica parada detrás de ella, probablemente su prima.

-Tenía una cita con mi prima.

-Quizás más tarde podamos ir a tomar un helado juntos. Fecha para cuatro.

Nayeon giró abruptamente. -Ya sabes... Es su primera cita, tal vez la próxima vez.

-Oh... ¿Pero podemos ir los dos?

No sabía por qué, pero no estaba completamente convencida. El helado sabía demasiado a cliché, también... Como los niños de secundaria.

-No me gusta mucho el helado.

-Oh, todo bien. Entonces... ¿Te llevo a casa?

-Lo siento, solo ha sido un día realmente agotador.

-No, yo entiendo. Fue agotador para mí también y cuando me dijiste que no íbamos a salir, me quebré.

Nayeon sonrió, una sonrisa genuina después de mucho tiempo. ¿Es posible que ella se haya enamorado de alguien? El pensamiento hizo que su rostro se enderezara de nuevo.

-La Margherita.- dijo el mesero sirviéndosela a Nayeon. -Y la Diavola.

-Gracias.- agradecieron al unísono.

-No esperaba tu invitación afuera.-confesó Sana.

-Lo supuse.

-¿Mina te dejó plantada?

-Te vi estresada, quería distraerte un poco.

-Has estado rara desde mi cumpleaños. Pensé que me odiabas.

Tzuyu bebió un poco de su cerveza. -Yo no te odio. Simplemente no somos tan cercanas.

-Entiendo. Pero no me pareces el tipo de persona que tiene estos problemas.

-Al principio pensé que no te caía bien, no quería molestarte.

-No es así.

-Entonces empecemos desde el principio.

Sana sonrió. -Sí.

Business women |2YEON|ESPWhere stories live. Discover now