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Había pasado un mes desde que la misteriosa chica desapareció de la vida de Jeongyeon y la chica nunca parecía ser la misma.

-¡Odio verla así!- exclamó Nayeon. -Nos encontremos y no me ofendió.
Me molesta esto que-

-Sentimientos de culpa.- Tzuyu la interrumpió de inmediato. -Tal vez... Deberíamos decírselo.

Los ojos de Nayeon se abrieron. -¿¡Estás loca!?

-Tal vez a Marilyn le guste en el fondo y empiecen una historia seria.

-Tsk. No creo que Marilyn sea su tipo.

-¿Oh, no? Sin embargo, me parece que es así.

-Cuando descubra quién está debajo de esa máscara la odiará con todo su ser y le dará asco pensar que se ha acostado con ella.

-Está bien... ¿Qué hizo Marilyn para merecer todos estos insultos?

Digamos que Nayeon no estaba hablando exactamente de Marilyn.

-Nada, pero conocemos a Jeongyeon, ¿verdad? Marilyn no encaja en sus cánones.

-Esto es cierto. Le apasionan los libros, es tan aburrida.- Nayeon negó con la cabeza. -Yo sin embargo... No le digamos la identidad de la chica, digamos que era una actriz a la que le pagamos, pero digámosle la verdad.

-Tzu... No lo sé. Jeongyeon ya me odia...

-Lo sé pero así te comerá la culpa, Nay.

-Tsk. Sentimientos de culpa. No sé que son.

-Haz lo que quieras. Ya sabes dónde encontrarme si cambias de opinión.

-¿En la casa de Sana y Miyeon?

La latina le dirigió una última mirada y salió de la oficina.

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-Hola, busco un vestido para una cita.

La chica se dio la vuelta e inmediatamente encontró una cara familiar. -Tzuyu, hola.

-Hola Sana. Entonces, ¿qué me recomiendas?

-¿Qué tipo de cita es?

-Mh... Elegante, diría yo.

-¿Y quién tiene el honor?

-¿Conoces a la que trabaja en lo de Nayeon, Mina?

-Ella también trabaja para mí.

-Bien. Vamos a salire esta noche.

-Ah. Elegante. ¿Qué color estás buscando?

-No sabría. Sorpréndeme.

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-Momo... Voy a ser sincera. No te dije una cosa.- confesó Dahyun sentada frente a su novia en el bar donde se encontraban después del trabajo.

-¿Qué? Me estás asustando.

-No se trata de nosotras dos pero no me gusta guardarme secretos. No le digas a nadie.- susurró Dahyun a Momo.

-¿De qué se trata?

-Está bien... Hace un mes sentí que salía humo de la papelera debajo de la mansión de Nayeon y encontré una peluca rosa. ¿Recuerdas a la chica con la que Jeongyeon solía pasar el rato?

-Ah ah...

-Creo que es Nayeon.

Momo abrió mucho los ojos. -Pero Nayeon está saliendo con D.O. Incluso me envió a comprarle un vestido para la cita de anoche.

-Tal vez Nayeon no quiere admitir que le gusta Jeongyeon y está usando D.O.

-¡Pero eso sería terrible! ¿Qué debemos hacer, Dahyun?- preguntó Momo extremadamente confundida.

-Escucha, así como me quedé callada, tendrás que hacerlo tú. Si Nayeon descubre que lo sabemos, y por alguna razón Jeongyeon descubre la verdad, nos culpará y será nuestro fin.

-Está bien. Ni siquiera me gusta Jeongyeon. Ella se lo merece.

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Jihyo abrió la puerta y, sorprendentemente, no era Tzuyu.

-Buenas tardes señorita.

-Buenas noches Jihyo.

-La señora Im no está en casa.

-No estoy aquí por ella. ¿Nayeon está en casa?

-Sí, la llamaré enseguida.

-No te preocupes, yo me voy.

-Pero si ella sabe que la dejé entrar... ¡Me va a matar!

Jeongyeon casualmente pasó a Jihyo y subió las escaleras. Llegó a la habitación de Nayeon, cuya puerta estaba abierta, y entró sin problemas.

-¿Jeongyeon?

-Tú... Me das asco.

-¡Por fin un insulto! Has estado colgando esa cara durante un mes.

Jeongyeon se rió amargamente. -Puedes dejar de fingir. Tzuyu me contó lo que hiciste. No puedo creer que me enamoré de mi peor enemiga.

El corazón de Nayeon comenzó a latir con fuerza. -Qué-

-Admítelo, Nayeon, te gusto. Siempre te gusté, ¿no?

-Tsk. En tus sueños.

-No, en mis sueños estás sin ropa.- Nayeon estaba casi paralizada. -Pero... Por tu culpa estuve un mes sin comer, estaba envuelto en un círculo vicioso...

-¿Qué quieres decir?

-Que comencé a tomar drogas, Nayeon. Nunca había experimentado todo esto y es absurdo porque ni siquiera sabía quién era la chica detrás de la máscara. Y ahora... Mírame.

-¿Por qué tomaste drogas, Jeongyeon?

-¿Por qué? ¡Por ti y tus juegos! ¡Yo no soy el que deja a las chicas! ¡Ellas están aburridas de mí! ¡Esta es la verdad!

Nayeon abrió los ojos. El reloj dio las dos de la mañana. -¡No! ¡No me siento culpable! ¡Sueño estúpido!¡Condenación!

Golpeó la almohada con el puño y dejó escapar un fuerte grito.

Business women |2YEON|ESPМесто, где живут истории. Откройте их для себя