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Ya habían pasado dos semanas y Nayeon y D.O. se veían con frecuencia, lo mismo con Jeongyeon y la misteriosa chica de cabello rosado. Ni Jeongyeon ni Minhyuk habían molestado a D.O., como esperaba Tzuyu. Hablando de Minhyuk, la chica a la que consoló al fin regresó con su prometida.

-¡Eres un idiota!

-¿Quien? ¿Mi hermana?- preguntó Tzuyu entrando a casa Im.

-¿Como lo sabes?

-Porque ella siempre te hace gritar así.

-Y espero hacerla gritar así solo por trabajo.- comentó Jeongyeon saliendo de la cocina.

-Está bien... ¿Qué haces aquí?-preguntó Tzuyu.

-Estoy aquí por Jieun, por supuesto. Pero ella no está en casa.

-Mh... Tu madre sospecha en las últimas semanas.

-No empieces, Tzu.

-Vale, vale.- La morena se alisó el pelo. -Entonces, ¿por qué gritas tanto?

-¿No lo ves? Me manchó el café en la falda.

-Fue un accidente. Si hubiera querido hacerlo por correo no hubiera usado café.

-¿Oh, no? ¿Y qué?

-El ácido.

Nayeon puso los ojos en blanco. -¡Jihyo! ¡Hay una cosa para llevar a la lavandería!

-De inmediato, señorita.

-Me voy a quitar la falda. Vigila a tu hermana.

-¿Por qué no te cambias aquí? Todas somos mujeres, ¿no?

-Porque eres una pervertida.

-Contigo no, cariño.- dijo Jeongyeon mientras regresaba a la cocina.

Nayeon subió las escaleras y su amiga decidió seguirla. Tomó unos pantalones cortos cómodos, mientras le entregaba la falda a Jihyo.

-Buen trasero.

-¡Tzuyu!

-Mh... Ya lo he visto en alguna parte.

-Um... ¿Sobre mí?

-Pues sí... Pero normalmente no te miro el trasero.

-Lo estás haciendo ahora.

-Sí pero... Nada, no sé a qué me refiero. ¿Aún tienes ese top rojo?

-No te lo presto.

-Lo intenté.

Las dos bajaron las escaleras y encontraron a Jeongyeon sentada cómodamente en el sofá tomando su café como si nada hubiera pasado.

-¿Vas a ver a D.O. hoy?- preguntó Jeongyeon mirando su teléfono.

-No es asunto tuyo.

-Yo pregunté. Ustedes se ven a menudo. Quién sabe, tal vez te está usando para convertirse en nuestro abogado.

-Él no es ese tipo de persona. ¿No vas a ver a tu novia esta noche?

-¿Novia? ¿Que novis?

-Escuché a Minhyuk hablando de eso.- intervino Tzuyu por primera vez.

-Sí, la voy a ver.

-¿Es algo serio o me equivoco?-preguntó la latina.

-¿Serio? Absolutamente no.

-Pero te gusta hacerla. Más de lo que te gustaba esa rubia.- afirmó su hermana.

-Tal vez... Es buena en la cama, eso es todo. Estamos en sintonía. Estoy convencida de que lo único que hace es pasarse el día fantaseando conmigo.

-¡Eww!- exclamó Tzuyu.

-¿Y quieres decirme que tú no fantaseas con ella?- preguntó Nayeon sentándose a su lado.

-No lo niego.

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-Es la última noche, entonces estarás libre.- le dijo Nayeon a Marilyn. -Ya nadie te hará preguntas, ni siquiera Tzuyu.

-Perfecto. Espero que todo salga bien. Esa chica no se merece nada de lo que tiene.- dijo Marilyn bastante enfadada.

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-¿Por qué la colonia?- preguntó Minhyuk sobre la cama de su amiga.

-¿No crees que lo aprovechaste un poco demasiado? Te dije que podías quedarte unos días, no para siempre.

-Ni siquiera usas esta habitación.

-¿¡Sigue aquí!?- gritó Tzuyu desde el cuarto de baño. -¡Dile a tu amigo que no deje sus bragas microscópicas por ahí!

-Me voy.

-No me respondiste. ¿Por qué la colonia?

-Ninguna razón en particular.

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La llamada "Algodón de Azúcar" se miró en el espejo que siempre llevaba consigo en su cartera. Era la última noche, la última vez que estaría en esa cama, la última vez que estaría en esos brazos, tan hostiles pero también tan familiares. Odiaba a esa persona, pero amaba a la Jeongyeon que vio en la cama. Amaba su estrecha relación porque, sí, había química entre ellas, al menos desde ese punto de vista. Tuvo que admitir que casi quería renunciar a su plan pero, al recordar quién era Jeongyeon y quién era ella, sacudió la cabeza y decidió proceder según lo planeado. Estarían juntas por última vez y luego ella le diría que estaba aburrida de jugar y que quería una nueva víctima, tal vez alguien más interesante. ¿Si esto fuera una mentira? No querer a alguien más a su lado no, querer a alguien más interesante lo era. Sí que lo era. Poniéndose brillo de labios morado en los labios, la chica suspiró. Sería mejor si comenzara a concentrarse totalmente en esa otra persona que giraba alrededor de ella, para que olvidara a Jeongyeon Yoo para siempre. Jamás en su vida hubiera pensado que se acostaría con ella, inicialmente por venganza; nunca que le hubiera encantado cuando sus manos recorrieron cada centímetro de su piel; nunca que soñaría con ella por la noche y mojaría la cama, ciertamente no por miedo; nunca que quisiera tener otro mordisco y otro en su cuello blanquecino; nunca que le gustara la esencia de su perfume sobre ella; nunca que terminaría pensando esas cosas sobre Jeongyeon. Un escalofrío le recorrió la columna.

-Ya llegamos.- le dijo el taxista.

Nayeon se puso la peluca rosa y salió del auto.

¡Aquí vamos! ¡feliz plot twist!
si lo sospechabas, congratulaciones

Business women |2YEON|ESPWhere stories live. Discover now