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-Buenos días Nayeon, yo—

-Ahora no, Sana.- dijo la chica que pasaba junto a ella.

-Pero tengo mi ropa lista—

-Llévaselos a Chaeyoung.

-Ya los dibujó.

La chica se detuvo y se dio la vuelta. -Gran trabajo, de verdad. Llévalos al equipo de abajo o dáselos a mi secretaria. Los veré más tarde.

-Bueno. ¿Pasó algo?

-Minhyuk viene, mi mejor amigo.

-¿No es tu ex?

-También.

Nayeon se encerró en su oficina y dejó su bolso en la silla junto a la de ella. Se preguntaba de qué quería hablar Minhyuk con ella y en cinco minutos el chico se encontró entrando acompañado por su secretaria.

-Gracias Dana.- Minhyuk entró y Dana cerró la puerta. -¿No había otra secretaria?

-Está embarazada.

-¿Le dijiste a tu madre?

-Soy una mujer libre, ella se enterará con el tiempo.

Minhyuk se sentó. -Mi padre dijo que está decepcionado de mí y de mi madre que al menos podría haber dicho antes que era gay. Aparte de eso, todo está bien.

-¿Eres homosexual?

-No. Pero mi mamá cree que solo una persona que no se siente atraída por las mujeres puede dejarte ir.

Nayeon asintió. -Cómo culparla.¿Entonces por qué estás aquí?

-Oh... Sí... Se trata de Jeongyeon.

-¡No! ¡No volveré contigo!- gritó Nayeon.

-Pero que-

-Tenemos que hacer creer a los demás que viniste a pedirme que volviéramos a estar juntos.- susurró Nayeon.

-Bien... Sobre Jeongyeon... Ella es muy extraña y Tzuyu también lo notó. Me preguntaba si podría hablar con ella.

-¿¡Estás loco!? ¡Nunca haría eso!

-¿Se trataba de volver a estar juntos?

-No, por los dos. Nunca en mi vida iría a disculparme con ella.

-Oh no, no tienes que hacerlo. Solo desearía que le dijeras que no quisiste decir lo que dijiste o al menos que le hicieras saber que la consideras una mujer.

-¿Y cómo? ¿Dandole un bikini?

-Al menos trata.

-¡Minhyuk! ¡Fuera de aquí!- El chico se levantó de inmediato. -No en realidad no.

-Oh. ¿Entonces? ¿Qué vas a hacer?

-No hablaré con ella, lo siento.

-Está bien... Buen trabajo entonces.

-Tú también.- El chico se levantó y abrió la puerta. -¡Y nunca volves!

-Está bien, perra.- dijo Minhyuk mostrándole el dedo medio por detrás.

Nayeon se rió entre dientes. Mientras tanto, cuando salió Minhyuk, Dana y Sana fingieron que no habían oído nada. Oh... Ahora que Dana lo sabía, todo el edificio lo sabría.

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-Hasta mañana.- dijo Sana.

-¿Adónde vas?

-Tengo una cita con Tzuyu, tiene que mostrarme una casa.

-Oh... No me lo dijo. Entonces vas.

-Adiós y... No te estreses demasiado.- dijo la chica antes de irse.

Nayeon solo tenía el control de un pedido y luego bien podría haberse ido a casa. No fue un día particularmente ocupado. Cuando terminó, se puso de pie y, diciéndole a Dana que tendría que cerrar con llave, se subió a su limusina.

-Perdón por la demora, no pude encontrar un taxi.- le dijo Sana a Tzuyu frente a un edificio.

-No te preocupes. ¿Nos vamos?- Empezaron a caminar. -Tu apartamento está en el piso cincuenta y uno. Sé que no es muy alto—

-Está bien.

-Bien entonces. Estás cerca de la casa de Nayeon y de la mía también, aunque en realidad es como di vivo en casa de Nay.

Esperaron a que el ascensor llegara al piso cincuenta y uno y luego entraron en lo que habría sido el apartamento de Sana. Ya tenía muebles y adornos, la chica solo tendría que traer su ropa allí. Tenía una gran sala de estar, dos baños, tres dormitorios y una gran cocina.

-Es tan grande que sería un desperdicio para una sola persona. Por suerte viene Miyeon.

-¿Miyeon?

-Ella es mi... Amica y colega. Viene a vivir aquí y dirige mi negocio aquí en Nueva York conmigo.

-Básicamente trabajas tanto con Nayeon como para tu marca. Te gusta ganar dinero, ¿eh?

-No, solo me gusta mi trabajo.

-A mi no, pero se gana bien.

El ruido de los tacones resonó en todo el club. Las chicas detrás del mostrador se sorprendieron al verla allí. La chica le tocó el hombro suavemente, solo para estar casi asqueada por lo que hizo.

-Bridgette, ahora no.

-Sé que preferirías a esa rubia con dos tetas del tamaño de dos cohetes, pero aquí estoy.

Jeongyeon se volvió hacia Nayeon confundida. -¿Qué estás haciendo aquí?

Nayeon se sentó en el taburete frente a ella. La noche aún era joven y había tantos clientes que ya nadie prestaba atención a su presencia.

-Quise decir que no es cierto que no seas una chica. Tú lo eres para todos los efectos y propósitos.

-¿Qué pasa? ¿Te envió Jieun?

-Mi madre no tiene nada que ver con eso. Solo pensé que deberías saberlo.

-¿De verdad me estás pidiendo disculpas?

-¡No! Te estoy evitando la skincare, te estoy salvando. Deberías agradecerme.

-Oh Tzuyu... ¿Quieres un trago?

-¿De verdad me invitas a un trago?

-No, lo pagas tú misma.- Nayeon le pidió a la chica detrás del mostrador una margarita. -Excelente elección, no porque el lugar sea mío, pero aquí sirven excelente alcohol.

-No podía esperar otra cosa de una amante del alcohol como tú.

-Igual que no puedo esperar verte con una falda pasada de moda.

-Recuerda que yo hago moda.- Nayeon tomó un sorbo de su margarita recién servida. -Nada mal.

-Tsk. Nunca has tenido uno como este antes.

-Esto es lo que piensas. Minhyuk tiene una gran piña colada.

-Bien por él, entonces. Me dijo que seguían siendo amigos.

-Siempre lo hemos sido.- Miró la hora en el reloj que colgaba detrás del mostrador. -Mañana tengo una cita con la colega de Sana. Será mejor que me voy.

Nayeon pagó con su tarjeta negra y bebió lo último de su bebida.

-¿Enemigas como siempre?

-Enemigas como siempre.

Nayeon se levantó. -Eres una perra.-Dio media vuelta y se alejó.

-¡Y tú una p*ta!- Tomó un sorbo de su ron y la vio desaparecer detrás de la puerta.

uno de mis capitulos favoritos
Preparase para los siguientes

Business women |2YEON|ESPWhere stories live. Discover now