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Ese sueño ni siquiera tenía sentido. Tzuyu no podía decirle a Jeongyeon quién estaba debajo de la máscara porque Tzuyu no sabía que "Marylin" era en realidad Nayeon. Sin embargo, la idea de esa pesadilla la había estado torturando durante un par de días.

-Entonces, vas a salir con D.O. esta noche?- preguntó Dahyun, quien había ido a verla.

-Sí, creo que sí.

-Te debe gustar mucho ese chico.

-Supongo que sí.

-Creer, suponer... ¿Por qué sigues saliendo si no estás segura? Ha pasado más de un mes, deberías haberlo descubierto.

-¿Desde cuando me sermoneas?

La chica puso los ojos en blanco. -Disculpe, suma Im Nayeon. ¿Hay alguien más que te confunda?

Nayeon puso los ojos en blanco. Que Dahyun la molestara era lo último que quería. -No, es que somos adultos, hay que tomarse las cosas más en serio. Si tú también lo hicieras, no estarías con Momo en este momento.

-Buenas noches.- dijo Tzuyu entrando en la tienda de Sana y Miyeon.

-Tzuyu, nunca nos volvimos a ver... ¿Cómo fue la cita?

-No sé, todavía tengo que hacerla. ¿A que hora sales?

La chica de Los Ángeles la miró confundida. -A las ocho.

-Entonces te paso a buscar a las nueve.

Miyeon, que había escuchado todo, corrió hacia Sana con cajas en la mano. -Vete a casa, yo me encargo de todo.

-Pero tuvo que salir con Mina.

-No creo que esté interesada en Mina. Te gusta Tzuyu, ¿no?

-No, bueno...

-Todos lo dicen. Ve a prepararte y cuéntame todo mañana.

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-Bro, ¿no tenías que salir con tu novia?

-Uno: no es mi novia, todavía; dos: tenía que hacerlo.

-¿Y?

D.O. se sirvió un vaso de agua. -Dice que no puede por un compromiso repentino.

-Mh... ¿Y no dudas que estás viendo a alguien más?

-Incluso si lo fuera, no estamos juntos, puede hacerlo.

-Como quieras, hermano. Te aconsejo que tengas cuidado.

-Estamos aquí, señorita.

-Gracias, Richard.

Nayeon salió de su limusina y se detuvo temerosa frente a ese edificio. No podía creer que había renunciado a la cita con D.O. para eso. Por suerte, Tzuyu no estaba en casa, había salido a cenar con Sana. Entró gracias al portero, que la conocía bien, y subió al piso donde se encontraba el apartamento de Jeongyeon y Tzuyu. Respiró hondo y llamó. Tuvo que esperar unos minutos para que Jeongyeon abriera.

-Oh, eres tú.

-¿Estabas esperando a alguien?

-Pensé que Minhyuk olvidó sus llaves.

-¿Puedo entrar?

-Pasa.

Nayeon entró en la casa y cerró la puerta detrás de ella. -Maldición... Este lugar es una pocilga.

-Es lo que pasa cuando no tienes a nadie en casa que te cuide. Tzuyu siempre está afuera y Minhyuk se ha mudado aquí.

-Te puedo enviar a Jihyo. Mi mamá estaría encantada.

-¿Qué estás haciendo aquí?

Nayeon retomó su expresión seria y se sentó en el sofá. Jeongyeon se paró al frente.

-La chica... Del club.

-¿Cómo sabes eso?- Nayeon tragó saliva. -Minhyuk, ese hijo de-

-No me lo dijo él, yo ya lo sabía. Es mi culpa. Quería vengarme por cómo tratas a las demás y usé la misma medicina que tú. Y honestamente, por muy malo que seas, puede que haya ido demasiado lejos.

-¿Has exagerado? Esa chica me dijo que me usó. Nunca he tratado así a las chicas con las que he estado. Dejé claro desde el principio que no iba a haber nada serio entre nosotras.

Nayeon miró sus zapatos Chanel. -Sí, lo sé.

-¿Quien era? Ya no importa. Entendí que ella era una prostituta.

-¡Ella no era una prostituta!

-Alguien a quien le pagas para follar a otro es una z*rra.

Nayeon apretó los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos. -No importa quién sea. Importa que sepas que nada de lo que pasó es cierto.

-Tal vez no significó nada para ella, tal vez fingió, pero yo no estaba fingiendo. Fue el mejor sexo que he tenido en treinta años.

-No creo que estuviera fingiendo.

-Pagaste por eso.

-Tal vez le gustó de todos modos.

-Bueno, obtuviste lo que querías. ¿No tenías una cita esta noche?

La chica arqueó una ceja. -¿Como lo sabes?

-Tzuyu me dijo.

-Sí, la tenía, pero desistí para venir a decírtelo en persona. No actúes como si yo fueras la única mala aquí porque ese no es el caso.

-Bueno, las dos somos pedazos de m*erda, ¿eres feliz? Ahora, ¿por qué no desapareces de mi casa?

Nayeon se puso de pie y se alisó la falda. -Bien, tengo tiempo para ir a la D.O. Te enviaré a Jihyo mañana.

-Tsk. Qué hizo para ser el chico más popular de la escuela?

-¿Sigues con esta historia? Eras la segunda más popular.

-Exactamente, la segunda.

-Bueno... Es amable, simpático, educado, trata bien a los demás, es excepcional...

-Y sin embargo, estás aquí conmigo.

Nayeon miró hacia abajo. Era cierto, tuvo varias oportunidades de estar con D.O., pero se negó para ir al club de Jeongyeon. Era para el piano, dijo, pero una parte de ella en ese momento solo quería ser tocada por esas manos hostiles pero familiares. Esas manos que, sin embargo, no sabían que conocían de memoria el cuerpo de aquella mujer.

-Tengo un poco de vino y algo de pizza en la nevera.

-¿Me estás pidiendo que cancele mi cita para comer sobras y beber vino contigo?

-Me siento sola, es lo mínimo que puedes hacer.

-Tsk. No juegues conmigo, Yoo.

-No estoy jugando. Es la primera vez en mi vida que hablo en serio. Tú estás jugando conmigo, Nayeon.

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Business women |2YEON|ESPWhere stories live. Discover now