Capítulo 28 : Fuego para el oro

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Despierto y lo primero que veo es el techo de mi habitación, bueno, de la habitación dentro de la mansión Wayne.

Observo a mi alrededor, las cortinas se encontraban cerrandas y permitiendo que la luz no traspasara la ventana. El ambiente estaba solitario, sin duda ya es algo monótona en mi vida sentirme rodeada de este tipo de contexto. Me siento algo incómoda rodeada de este abatimiento, decido moverme y levantarme de esta cama pero un fuerte dolor en mi muslo no me permitió hacer mucho esfuerzo.

Levanto las sábanas y dirijo mi vista hacia esa zona que se encontraba vendada.

¿Qué había pasado? Si no más recuerdo estábamos huyendo de personas armadas y uno de ellos estaba decidido a disparar a Alan, pero yo me interpuse y...

El sonido de un disparo se reproduce en mi mente.

Entonces eso fue lo que pasó, fui herida intentando salvarlo. Aunque no entiendo porque cuando Alan y yo llegamos a la mansión y estuvimos rodeados de personas ¿ Por qué no continuaron disparando? Aquí hay gato encerrado.

Escucho algo impactar en el piso y veo como en el suelo se encuentra uno de las tantas cremas de maquillaje. Una extraña brisa choca en mi cuerpo, impactando su frigidez con mi rostro. De la nada, entre las sombras dos circulares ojos blancos me miraban con muchísima atención.

Su cuerpo estaba encorvado como de costumbre, las manos estaban suspendidas a cada lado de su anatomía, aún llevaba ese pantalón oscuro como su piel, pero al visualizarlo mejor, me doy cuenta de manchas rojas como si fuera salpicaduras de sangre. De su cabeza sobresalía dos cuernos y su rostro no contenía ni una boca, ni una fosa nasal.

Esta criatura sin nombre alguno empieza acercarse hacia mí.

Beatrice...

Beatrice...

Sorprendida, miró a la silueta. Es la primera vez que intenta comunicarse conmigo pero ¿Cómo? No tiene boca ¿Acaso habla a través de mi mente como lo hacen aquellas sombras?

Debes escuchar con antelación. El fin se acerca.

¿De qué hablas? ¿De qué fin estás hablando?

Todo volverá a iniciar, otra vez.

Él se acerca cauteloso hasta que su rostro ya se encontraba a centímetros de mi cara. Sus ojos blancos empezaron a parpadear como un bombillo en mal funcionamiento.

"Del polvo surgimos y en polvo nos convertimos"

Mis ojos se agrandan del asombro. Esa frase, ya la había escuchado antes, mi padre la decía muchas veces cuando era pequeña, pero ¿Qué significado tenía?

Parpadeo un par de veces y un rato después noto que aquella criatura había desaparecido. Suspiro con alivio. Al rato la puerta de la habitación se abre, dejando entrar a dos personalidades.

Tamara y Agatha Wayne.

Agatha traía en sus manos una bandeja con comida, mi estómago de repente empezó a rugir, y me pregunto desde cuanto tiempo no he probado un bocado.

- Beatrice, me alegra que estés despierta - Dice la señora Wayne con una risa encantadora. - E incluso te trajimos un aperitivo.

- No sabíamos si estarías despierta o no, pero igual quería traerte algo para alimentarte - Susurra Agatha, ella deja la bandeja sobre la mesita de noche que se encontraba al lado de la cama.

- Gracias - Digo.

Ellas tomaron asiento a los lados del colchón y empezamos a entablar una conversación bastante animada, hablábamos de anécdotas de nuestras vidas y cosas también para pasar un poco de tiempo. Agatha en un momento se levantó y corrió las cortinas, dejando que la luz de un intenso mediodía se dejará ver.

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora