Capítulo 13: En Aberomth hay gato encerrado.

9 6 6
                                    

Dylan

Estaba por doblar a la izquiera en un callejón, cuando sentí que unos brazos me sujetaban por mis hombros. Era Nicolás y por su expresión estaba furioso. No tuve tiempo de reaccionar cuando él me proporcionó un golpe muy fuerte en la nariz, probocando que ésta sangrara. Si que era fuerte pero no iba a dejar que él me golpeara así como así, entonces con mucha furia ya acumulada, lo golpeo de vuelta.

Nicolás no le agradó mucho de que le haya respondido el golpe y se abalanzó sobre mí. Era constatemente golpe tras golpe, patada tras patada, hasta que llega el momento en que yo estoy en el suelo y él a horcadas sobre mí, mientras me defendía de los puñetazos que me daba.

-¡No quiero volver a verte con mi chica, o sabrás como se sentirán las consecuencias! -Tras decir él estas palabras, me dio una fuerte patada en el abdomen causando que me encorvara de dolor. Nicolás ya se h5c abía ido y yo manchaba mi ropa con la sangre que salía de mi nariz.

Cuando me reincorporo, observo que Anna llegaba corriendo con el teléfono en manos, estaba llamando a alguien.

-Señora Mackenzie, encontré al joven Dylan tirado en el suelo...y sangrando -Anna fue interrumpida.

-¿Qué?- Escuché a mi tía gritar desde el otro lado de la línea. Debe de estar preocupada, no soy de causar alboroto en las calles y de que se esté enterando que ando con una nariz rota sangrando por ahí, tampoco es de agrado.

Me sentía algo mareado, quizás el golpe en el abdomen estaba haciendo efecto y el dolor de mi nariz no ayudaba mucho. No escuchaba a mi tía en el teléfono, pero si a Anna responderle.

Después de un rato hablando, creo que mi tía le ordena cosas a ella, cuelga el teléfono y lo guarda. Anna pasa su mano por la cara y se masajea el puente de la nariz, frustrada.

Anna me ayudó a caminar, colocando mi brazo izquierdo entre sus hombros. De uno de los bolsillos sacó un pañuelo blanco y me lo extiende, yo lo tomo y me lo paso por mi boca para después limpiarme la nariz y detener la sangre, pero ella me detiene.

-Señor Dorian, no debe de hacer eso- me dice.

-¿Qué no debo hacer?- Pregunto confundido.

-Ni se limpie la nariz y evite que salga.

-¿Por qué?- Vuelvo a preguntar.

-Solo puedo decir que si la sangre se acumula, será mucho peor para usted.

Caminamos por otros tipos de calles y llegamos hasta un edificio, no tenía ascensor, ya que se encontraba en en arreglo por lo que tuvimos que subir las escaleras hasta un tercer piso. La sangre seguía desplazándose por mis fosas nasales y desaparecía en mi boca. Saborear mi propia sangre era extraño, era salado.

Anna me recostó enseguida en un sofá al instante de abrir la puerta de su departamento. La veía moverse por la cocina y de una de las gavetas saca una caja roja, el botiquín de primeros auxilios, creo.

-Ahora esta es la parte donde te pregunto cual es la razón de esa pelea, porque un choque de puños amistoso no es - Dice Anna. Saca del botiquín algodón y una botella de alcohol.

-Solo puedo decir que es algo que aparece en una novela - Digo cogiendo uno de los algodones para humedecerlo con el líquido de la botella y acto seguido pasarlo por mis labios.

Arrugo el ceño al sentir el ardor en mi boca.

Anna tomó otro algodón también mojándolo con alcohol y pasándolo con cautela por mis nudillos.

Siento el dolor que provoca el contacto. Dios, si que arde.

-Déjame adivinar ¿Una chica? - Pregunta dudosa Anna.

-Beatrice - Suspiro - Es genial y linda en todos los sentidos. Es amable con todos y siempre saca una sonrisa a cualquiera; es tan inteligente y se ve tan delicada que... No sé como describirlo -Me detengo para pensar. Ella es una chica increíble, le gusta leer y por lo que me ha contado, también le gusta dibujar. Ella es... - Beatrice es como una caja de bombones de chocolante, tan lindo y dulce que no te gustaría comértelo para no arruinar su belleza.

-Señor Dorian es muy lindo lo que dice, pero otros oídos lo podrían interpretar mal -Dice Anna sacando papel desechable y cuidadosamente me lo pone en mis fosas nasales.

-No te voy a regañar por lo que sea que allá causado la pelea, pero conociendo al chico con quien peleabas, diría que hiciste lo correcto - Anna me da unos golpecitos en los hombros. - Gran trabajo desinfectándote tu labio, creí por unos momentos que tendría que hacerlo yo.

La enfermera Anna recoge todo lo que estaba en el suelo y con el botiquín ya en su lugar se dirige a su habitación.

-Señor Dorian, me estaré dando un baño, si necesita algo solo toque tres veces.

Asiento. Ella cierra la puerta pero no por completo, dejando un pequeño espacio. Me levanto del sofa y miro detalladamente el departamento. Era un apartamento sencillo y pequeño. Un sofá color rojo vino ubicado en el centro del salón. Una pequeña televisión de las antiguas, un DVD, varios discos de películas del oeste, una pequeña mesa cerca de la ventana con un cactus sobre ella y un estante ubicado a la derecha del televisor repleto de libros de medicina.

La zona de la cocina era muy simple, refrigerador, un microondas, esos fogones de gas rústico y las repisas llenas de cajas de cereales. Había gavetas por lo que pienso que ahí guarda los cubiertos y aquellos utensilios para cocinar, que en estos momentos no me acuerdo del nombre.

Al frente había un balcón decorado por distintas plantas que se extendían por las paredes. A mi derecha se ubicaba una pequeña mesa redonda de metal con varios papeles sobre ella.

Cogí una silla que se encontraba a mi lado y me senté agarrando una de las carpetas.

El primer expediente que tomo, tenía como título: CASO ANDERSUN. Al abrirlo lo que aparecía era dos fotos. Una mujer castaña de ojos marrones y un hombre azabache de ojos también marrones. Sus rasgos se me hacían hasta familiares.

MUJER:Beth Rodríguez.
ESTATUS: Fallecida.
HOMBRE: klaus Andersun.
ESTATUS: fallecido.

¿Quiénes eran estas personas?

¿Por qué la mujer se me hacía terriblemente conocida?

-¿Qué estás haciendo? - Era Anna. Se encontraba mirandome fijamente en el umbral que dividía el balcón con la cocina.

- Nada - miento.

-¿Qué haces con esa carpeta en la mano?

-Solo la tomé, ni siquiera la he leído - vuelvo a mentir.

Ella que es una chica que radia felicidad ahora desprende una energía tensa, cargada de seriedad. Yo suelto la carpeta y me levanto de la silla de metal oxidado.

-Yo me voy a retirar, mi tía debe de estar preocupada.

Paso por su lado y me dirijo hacia la puerta, de repente ella me sujeta el brazo y siento su respiración en mi nuca, muy cerca de mi oído.

- Escuchame bien, señor Dorian. Es mejor que ponga atención a sus asuntos - Susurra en mi oído. - Y recuerda. Se hizo, lo que se tuvo que hacer

Me saca de el apartamento y me cierra la puerta en la cara.

Ya estoy más que claro que aquí, en Aberomth, hay gato encerrado.

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Where stories live. Discover now