Capítulo 6: Emociones e ilusiones

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...

Puedo decir que a nosotros nos atrapó la noche arreglando todo desde mi regreso a casa y eran demasiadas cosas que acomodar. La tía Rosa, como todos los sábados, tenía que estar lista para el trabajo de los domingos, y Alan y yo, nos quedamos hasta tarde despiertos. Al darnos sueño él se apoderó del sofá, había mas habitaciones pero por su terquedad decidió hacer lo que le de la gana; vida adolescente.

Realmente no estaba dormida, me encontraba en el mismo rincón de siempre pegada a la ventana de cristal, observando como las pocas estrellas que brillan se perdían detrás de las oscuras nubes. Hubo momentos en que le sacaba fotos al cielo, ya que no veía las estrellas desde el mes anterior y esa noche se veían hermosas.

Alan cuando duerme no hay quien lo despierte, excepto su teléfono o la voz gruñona de Rosa, al mantenerlo dormido era una oportunidad para mí. Era el momento de abrir los regalos del Doctor Steffano y la tía Rosa, sin tener que molestarlo o que el me moleste a mí.

El de Rosa era un vestido negro decorado por flores oscuras en la cintura y unas botas a juego, más la saga de libros de Brujas y Nigromantes de Rachel Brune y Shizein de Gema Vadillo, son uno de los libros que siempre quería leer y la única que lo sabía era ella, la tía Rosa. El regalo del doctor era unos cuadernos de hojas blancas y fotos de todos los pacientes que ayudé, y por supuesto, un regalo de Anna, que eran fotos de ellas con sus amigas, que por cierto las conosco por parte de mi amiga Emma. Después de un rato mirando con cada detalle todas las fotos, me acordé de la nota de Dylan. Busqué entre los papeles de mi escritorio hasta que lo encuentro, tenía una letra cursiva y hermosa, nadie creería que esa letra le perteneciera a un chico.

"Hola Beatrice, soy Dylan, el chico del baño de mujeres, sé que es tonto y perdón por estar allí, pero tú sabías la razón; en fin. Solo quería decirte que el trasplante fue un total éxito, seguí tu consejo y pensé: cuando salga del hospital me gustaría conocerte. Me preguntaba ¿por qué no hacemos que suceda?, quiero darte una sorpresa, me gustaría que fuéramos a la cafetería Coffee Off, si sabes dónde queda nos vemos el lunes a las 3:00pm, quiero dártelo personalmente.
                              Con cariño y amor:       
                                                       Dylan.
¡Que emoción!

Me quería ver, pero es que no puede ser tan emocionante lo que me pasa, me gustaron mucho los regalos de todos y me gustaría saber cuál es la sorpresa que tendrá preparada Dylan. Entonces tuve la loca idea de pegar las fotos y la nota de Dylan en mi pared junto con mis fotos favoritas. La pared era mi diario, tenía fotos de toda clase, desde imágenes de mi niñez junto con Alan, hasta fotos de paisajes lúgubres y ornamentales.

Al terminar de colocarlas miro el reloj sobre la mesa.

"3:00am"

Era demasiado tarde para mantenerme despierta, me quité los zapatos y me cepillé los dientes para después ponerme la pijama, solo era cuestión de segundos para que mis ojos se sintieran pesados y caer dormida en los brazos de Morfeo.

...

Creo que no había pasado ni cinco minutos cuando la voz de Alan gritando mi nombre me despertara.

-¡Beatrice levántate, te has pasado toda la mañana durmiendo, tienes que desayunar!- Grita Alan entrando en mi habitación dejando una bandeja con jugo de naranja y tostadas sobre el escritorio, mientras que yo --y mi cabello despeinado-- me despertaba.

-Alan es muy temprano, déjame dormir un poco más- Suplico media adormilada

-¿Temprano?, son las 10:00am. ¿Qué hora tú crees que era?- Después de estas últimas palabras el sale de mi habitación con rapidez.

Al levantarme cogí una tostada y el vaso de jugo para sentarme en el mismo rincón de siempre, junto a la ventana, donde un nublado día causaba mis ganas de no salir de la casa. Recuerdo una vez que Rosa me decía que era una persona extraña, por la manera de ver cosas donde no las hay, por ejemplo, hace unos años cuando yo tenía 16, siempre me escapaba al jardín del vecino para jugar con Alice Smith, una chica de mi misma edad que no salía para nada de su hogar ni siquiera para el portal del frente. Éramos las mejores amigas, siempre hacíamos las cosas juntas.

Aunque nunca entendía porque no se dignaba a salir de su casa si era una persona agradable y simpática que podía haber hecho muchos más amigos.

Hasta que descubrí, ya un año después, que ella murió décadas antes de que yo naciera, Alice jamás estuvo presente cuando nos divertíamos en su casa con sus vestidos extravagantes, jamás estuvo ahí; lo único que quedaba de ella era una lápida con su nombre en lo más profundo de su patio.

"Alice Rebecca Smith Holmes" "1896-1912"

Era ahí cuando supe que mi mente tiene la capacidad de ver cosas donde no las hay, como dijo tía Rosa. Pero ese no era la única cosa que me pasó Cuando iban pasando los años las ilusiones iban cambiando poco a poco, desde ver mi reflejo moverse sin que yo lo haga, hasta ver personitas del tamaño del dedo índice con las emociones como su personalidad.

Algo bastante infantil, pero extraño. Aún no sabía si era mi propia mente que creaba estas ilusiones tan reales.

-Es increíble que tengas que levantarte tan temprano- El enojo fue el primero en romper el silencio con sus notables gruñidos. El rojo de su rostro mostraba la rabia acumulada.

-Enojo que tiene que ver eso, mira el lado positivo esta despierta para nuevas aventuras- Lo positivo siempre estaba ahí, haciendo su trabajo de ver el lado bueno de mis estresantes problemas o contradecir siempre a todo el mundo que en lo malo hay cosas buenas; su hermano no diría lo mismo.

-¡Estoy tan feliz!- El patético intento de tristeza para que no dejara de llorar era siempre un total fracaso, porque solo nada más decir una palabra, las lágrimas salen desesperadas.

-Tristeza, estás llorando- Lógica siempre abortando sus conocimientos de realismo y ciencia a todos, aunque ya todos lo sabíamos.

-¡Por eso! - Tristeza le responde con un mar de lágrimas y llantos.

- Estoy tan contenta de que Beatrice volverá a ver a Dylan- La alegría no dejaba de dar saltitos de emoción, como lo haría una niña.

-Algo mejor, que no lo vea- Negatividad y su estilo emo no se queda atrás para sacar el lado malo de todo.

-Negativo tiene razón, no sabemos quien es en realidad aquel muchacho. No quiero que a Beatrice le pase algo malo, recuerden el accidente- Miedo era como su nombre, muy cobarde, siempre intentando protegerme, pero no lo haría si seguía escondiéndose detrás de mí cámara. Pero a veces tiene razón, no conozco más allá de él que no sea su propósito médico.

-Pero Dylan le quiere dar una sorpresa a Beatrice ¡¿Acaso no es tan emocionante?!- Dijo alegría.

-Quizás sea una trampa- Susurra miedo.

-Emociones dejemos que Beatrice decida que hará - Ordena lógica.

Entonces no escucho nada, ni los gruñidos de enojo, ni positivo animando a tristeza, ni la alegría ayudando a miedo, ni siquiera la negatividad debatiendo con lógica. Cuando volteo para las emociones, ellas ya no estaban.

Como todas mis ilusiones.

La puerta se abre dejando ver a mi hermano Alan en el umbral, sin entrar en la habitación.

-Beatrice, la tía Rosa necesita nuestra ayuda, termina de desayunar y cámbiate. Vamos a estar todo el día trabajando.

Después de esas últimas palabras, seguí sus ordenes y al salir de la casa ya cambiada, tomamos rumbo hacia el centro de la ciudad, lugar donde se encuentra el mercadito de mi tía Rosa, a ella le había entrado mercancía nueva y necesita ayuda para lo que sea.

Podía decir que este sería el final para esta historia, donde la familia se ayuda entre sí. Pero damas y caballeros, esto es solo el comienzo.

Mi nombre es Beatrice y estoy dispuesta en estas vacaciones descubrir los secretos del mundo...o quizás terminar de leer mi librero completo.

-¡Apúrate! - Grita Alan desde el piso superior.

-¡Ya voy!

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon