Capítulo 25: Archivo secreto.

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Después de aquella cena de bienvenida, la mansión Wayne se ha tornado desolada. Tanto que quedarme en una habitación no era la mejor forma de pasar mis vacaciones, y más si estoy sola en una gran casona.

La familia Wayne habían salido hace unos momentos a un restaurante lujoso, según Agatha tenían una reservación desde hace unas semanas, antes de que empezara todo el desastre.

Pasado unos minutos ya desesperados por no tener nada que hacer, salgo de la habitación.

En mi casa siempre me encontraba sola y nunca salía de mi cuarto, pero aún así hacía cosas productivas. Tanto podía leer un libro como dibujar en mis cuadernos, también junto a mi cámara tiraba fotos del paisaje fuera de la ventana de mi habitación. De vez en cuando bajaba a la cocina y me preparaba algo delicioso para sentarme a ver mis series favoritas en las sala. Pero ahora no podía hacer nada de eso.

Ya no estoy en mi casa y mucho menos estoy en mi vieja habitación. No tengo mis cuadernos ni mis libros, tampoco sé donde se encuentra mi cámara. Recuerdo haberla recuperado segundos antes de que la casa explotara y antes de caer inconsciente aún la traía en mis manos.

Ya fuera del cuarto que Agatha me brindó, camino por los pasillos lentamente.

Es difícil para mi caminar por estas grandes paredes y enornes esculturas sin determe a apreciarlas con detalle. Cada pieza era de una gran cálida y de vez en cuando de oro. Las paredes estaban pintadas de negro y con diseños plateados, siempre con el logo de la familia MW. 

Sigo andando por ahí sin lugar específico al que llegar, pasando por el gran comedor y por la entrada de la mansión. Abro una puerta y noto que era la cocina.

¿Dónde estarán los empleados? ¿Acaso hoy tubieron día libre?

Ahora que lo pienso es muy difícil que una sola persona se dedique de cuidar esta gran casona. Si me mandaran a limpiar todo de seguro me demoraría un año en que todo quedara limpio. 

Camino paso por paso, habitación tras habitación y sin señales de encontrar algo que me quite el aburrimiento. Que soledad.

Al pasar por otro de los largos pasillos, me doy cuenta que una de las habitaciones se encontraba con la puerta abierta. Decido echarle un pequeño vistazo pero la curiosidad me dominó por completo, sin darme cuenta ya estaba dentro del cuarto.

Era como un tipo de oficina de trabajo. La mesa de madera estaba repleta de papeles encima y de una laparita de noche. Los lapiceros estaban correctamente ordenados en un resipiente pequeño y había un diminuto cuadro con la fotografía de la familia Wayne (Al parecer) en tiempos de explendor. Allí se apreciaba una familia más que feliz. Los abuelos Wayne también estaban allí, trasmitiendo una gran alegría a sus nietos que también sonreían, hasta Nicolás. Quien diría que ese chico mentiroso y mujeriego sería antes un niño desbordado de amor e inocente, él estaba abrazando a sus abuelos.

Los demás sigue igual. Tamara abrazaba a sus dos pequeños, Nick y Nicky también la estaban abrazando. El señor Mason cargaba en sus brazos a una hermosa bebé de ojos azules y por la expresión de su rostro, estaba orgulloso.

El resto de la oficina es simple.

Una pared repleta de libros de millones de páginas y en la otra pared un estante con reliquias antiguas de seguro con mucho valor.

Camino hasta quedar de espaldas al escritorio disfrutando de una explendida vista que me brindaba la enorme ventana, era la parte trasera de la mansión; un hermoso jardín repleto de flores bellas y al fondo de él, una extraña puerta de madera que llevaba más allá de este patio.

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Where stories live. Discover now