Capítulo 5: Hogar, Único Hogar.

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Como ya dije antes, son la minoría de veces que sale el sol, pero no soy de las personas que se emocionan cuando el sol aparece, al contrario de otras personas que les encanta. Ya era el día y el momento indicado para que Alan y la tía Rosa me llevarán a mi casa. Me había levantado recientemente cuando la puerta de mi habitación se abre, dejando que una chica de mechones rosados apareciera con una radiante sonrisa.

-Beatrice, te traigo unas buenas noticias- La dulce voz de Anna y la emoción de su rostro, dejaba en claro que estaba emocionada por saber la razón de tan buen humor, aunque la verdad Anna siempre está de buen humor cuando su trabajo como enfermera no era muy estresante, pero esta vez ella se veía diferente.

Anna después de unos eternos segundos de emoción constante, abrió la puerta dejando que dos personas notoriamente familiares entraran con una sonrisa más amplia de la que traía la primera.

-¿Y cómo está mi hermanita querida?- Alan parecía un niño pequeño que acaba de recibir un regalo de cumpleaños, tanta alegría, siempre me a gustado la sonrisa de Alan, era sincera como claramente la de un infante; siempre comparo a él con un pequeño ya que constantemente se comporta como uno.

La tía Rosa se encontraba detrás de él, también radiante de alegría y felicidad.

-Beatrice, mi pequeña niña, te trajimos un regalo y nosotros lamentamos no venir a buscarte en los últimos días- Tía Rosa era la persona más amable y considerada de todo Aberomth, yo hasta la considero una madre para mí y para Alan.

Fue la persona que cuidó de mí cuando apenas era una cría después de que mis padres murieran, ya apenas me acuerdo de sus rostros.

-Los perdono tía Rosa, siempre los perdono- Digo.

Nos consideramos una familia de tres desigual. Tía Rosa es aquella persona que ve el lado bueno de la gente mala; amada y querida por todos, siempre respetada y aunque cometiera errores todos la perdonamos. Alan es el chico soñador que se toma demasiado enserio su sacrificio por lograr las cosas; estudia medicina, es un buen compañero y excelente chef, además de fantasioso. Para los ojos de los demás él es un chico de honor y confianza. Por otro lado estoy yo, la bipolar, la que un día estoy bien y al otro estoy mal; soy muy confusa para todos y casi nadie me entiende, pero soy una persona que me consideran divertida y algo sociable. Dato curioso: algunos me consideran rara por mi obsesión con el dibujo, la lectura y la fotografía. Aunque eso no lo veo raro.

-Bueno tía Rosa, le ayudo con las cosas de Beatrice- Dice Anna mientras sus manos se posan en los hombros de mi tía, dedicándome una sonrisa.

Alan me contaba que mis cosas las llevarían al auto que se encontraba en la entrada esperándonos. Al no encontrarse Rosa o Anna, Alan se acerca con el enorme regalo violeta, que por cierto es de mi color favorito.

-Dime Alan,¿Qué hay en el regalo?- Pregunto con desespero, tomando el regalo y agitándolo.

-Eso tendrás que averiguarlo querida hermanita- Dice con una sonrisa burlona.

-Alan déjate de ilusionarte tanto- Sonrío con ironía para después mirarle con superioridad- Yo soy la mayor.

-Pero soy más alto que tú.

-Eso no cuenta -Me defiendo. -La altura no tiene nada que ver con la edad.

-Diga lo que digas, yo siempre te veré como mi pequeña hermanita.

Después de unos minutos hablando fuimos interrumpidos por la enfermera Anna, la tía Rosa y el Doctor Steffano, quien debo agradecer por cuidarme y creer en que sobreviva ya que gracias a él sigo viva, creo.

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin