Capítulo 17: Gilda Mackenzie.

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...

-Buenos días mi pequeña- La dulce voz de Rosa. Era el perfecto despertador que todos necesitamos. Tan dulce, que hasta me da miedo.

No me mal interpreten, adoro la dulzura de mi tía Rosa, pero con los últimos acontecimientos, no sé en quien confiar. Desconfío de Rosa, aunque no me gustaría. Ella me había cuidado desde que mis padres murieron en el accidente. Ella y Alan eran mi única familia. A veces he llegado a pensar que toda esa dulzura, es por tenernos lástima.

Rosa deja el desayuno sobre el escritorio, como siempre ha sido.

-Hoy quiero que conozcas a alguien - Dice Rosa con su característica sonrisa en los labios. Traía ese brillo en los ojos cuando le emocionaba algo...o alguien.

-¿Y puedo saber quien es?- Pregunto ladeando una sonrisa.

-Tendrás que averiguarlo después porque ahora tienes que desayunar, no quiero que te desmayes por tener el estómago vacío.

Ella se marcha de mi habitación dejando la puerta abierta. Me levanto de la cama y me siento a comer mi desayuno en el escritorio.

Rosa ha salido últimamente de noche con la misma excusa de que tiene que ver a alguien, pero jamás nos dice quién. Quizás hoy será el día indicado para conocerlo o conocerla. Mi tía se la pasa comentando de que quiere que conozcamos a alguien muy importante para ella, pero por unos minutos he llegado a pensar que mi tía tiene una relación con alguien del pueblo, pero por los detalles que Rosa iba soltando de la persona desconocida, no creo que sea su pareja a quien nos vaya a presentar, sino a alguien más, mucho más importante.

-Oye Bea, ¿Rosa te comentó de alguien a que ella le gustaría que nosotros conociéramos? - Alan se encuentra recostado en el umbral de la puerta de mi habitación. Tenía esa expresión en su rostro, una mezcla de seriedad con confusión.

-Si Alan, Rosa me comentó que conoceremos a alguien, pero no dijo nombre si es lo que te interesa - Le respondo para después dar un mordisco a mi tostada.

-¿No te dijo nada?- Pregunta desconcertado.

Yo aún comiendo, niego a su pregunta. Alan da pequeños golpes de frustración hacia la pared. Tanto misterio lo aturde. El pobre, cree saber todo de Rosa, pero lo que él no sabe, es que ella oculta más secretos que una ardilla ocultando bellotas para invierno.

-Tranquilo Alan, no hace falta que te vayas alterando.

Tomo un pequeño sorbo del vaso de jugo.

-Tienes razón, Bea, quien quiera que fuera esa persona la conoceremos a medianoche cuando todos estemos reunidos- Alan no tenía idea de la información que me estaba brindando, ahora yo estoy sorprendida, lo suficiente para que mi reacción fuera casi escupir el jugo que segundos antes me había bebido.

¿A qué se refería Alan cuando dijo: Cuando todos estemos reunidos ? ¿Quiénes éramos todos?

-¿Todos? - Le pregunto.

-¿Acaso Rosa no te lo ha dicho?

-Si me lo hubiera dicho, 1: No hubiera casi escupido mi jugo y 2: tampoco te lo estuviera preguntando. Ahora responde mi pregunta ¿Quiénes son todos?

...

8:49pm

-¿Pero me quieres matar por ahogamiento o quieres ayudar?.

Alan se encontraba sentado en el sillón vestido con un traje de hombres de negocios, movía el pie izquierdo desesperadamente, era porque pronto conoceremos a la persona que tanto Rosa le gustaría que conociéramos.

-No te muevas o será mucho peor...- Amenazo a Alan. Yo me encontraba sentada sobre él, colocándole la corbata, que según Alan, era de buena suerte. - Y listo. No fue tan difícil.

-Claro como no, repítelo hasta que te lo creas.

-Hay no seas amargado, ven ayúdame a elegir mi ropa.

-Te advierto, tengo mal gusto - Dice Alan acomodando su saco, el traje era de un color rojo vino.

-Si tuvieras mal gusto, Rosa y yo estuviéramos comiendo la basura que nos preparas.

Yo tomo de la mano de Alan y lo arrastro hacia mi habitación, donde sobre la cama se encontraban tres conjuntos de ropa. El primer conjunto es un vestido negro con un alargado escote. Alan en el momento de verlo niega rápidamente.

-Te estas exhibiendo, es una reunión no un burdel.

Tiene razón, no soy de tener mi piel tan expuesta, sin contar que mi cuerpo esta algo cicatrizado, y tampoco soy de usar vestidos. El segundo conjunto era otro vestido pero color agua marina, la falda me llegaba sobre las rodillas. Alan lo examinó por unos momentos, no tenía escote, pero para él, la falda es muy corta.

-Me gusta el color lo voy a admitir, pero no es el indicado.

Entonces nos queda el tercer conjunto. No era un vestido, eso me alegraba. Era un traje parecido al de Alan, pero hecho específicamente para mujeres. Tenía un lindo color piel, muy bonito el encaje negro en el área del pecho, el traje iba acompañado por unos tacones negros. Miró a Alan enseguida, él me observa y sabe que le estoy pidiendo a gritos que ese conjunto no, bueno, el conjunto puede pero los tacones ni en sueños.

-Bea, a mí no me mires, para lucir hay que sufrir.

Le lanzo una mirada fulminante y él por tenerme miedo desde pequeños, sale corriendo de mi habitación.

-¡Que te jodan, Alan! -Le grito y como respuesta recibo una escandalosa carcajada.

...

-¡Beatrice!- Grita Alan. Ya casi terminaba de colocarme los incómodos tacones. Mi hermano abre la puerta con fuerza y entra a mi habitación con la respiración acelerada.

-¿Alan, qué sucede? -Le pregunto.

-Ya llegó- Dice mientras tomaba bocanadas de aire.

-¿Quién llegó?- Vuelvo a preguntar.

-La persona que tía Rosa quiere que conozcamos.

Alan ya más calmado toma mi mano para ayudarme a levantar de la cama. Con un poco de dificultad, camino hacia las escaleras donde bajo lentamente. Ambos nos encontramos observando a una multitud de personas que no parecían de ser de Aberomth. Esas personas lucían demasiado extravagantes con adornos muy brillantes y caros, y entre toda esa gente, se diferencia nuestra tía, quien lucía muy sencilla y simple.

Ella estaba conversando animadamente con otra mujer que no parecía de sonreír mucho. Rosa nota nuestra presencia y detuvo su conversación para prestarnos atención a nosotros.

-Chicos ambos se ven muy elegantes- Halaga Rosa. La señora que se encuentra a su lado tose con falsedad para llamar la atención de mi tía. -Perdón, yo y mis olvidos. Chicos quiero presentarle a Gilda Mackenzie, mi hermana.

Alan y yo nos quedamos en shock.

Gilda Mackenzie, la persona misteriosa de la nota. Por fin la veo de frente y aunque dicen que la primera impresión de alguien es errónea, está señora no me daba buena espina.

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Where stories live. Discover now