Capítulo 14: Era su secreto.

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Beatrice

Como todos los miércoles y lunes, la tía Rosa y Alan se quedaron en mi casa para una cena familiar. Una tradición que decidimos inventar. Como siempre Alan nos deslumbraba con sus deliciosas recetas de chef profesional o como diría mi tía: Todo un hombre. Nunca dejamos de decirle que podía sacar un buen partido con su don en la cocina, pero siempre responde que solo lo usa como hobby y que su interés es la medicina. Para serle sincera, su extraña "Pasión por la medicina", se incrementó al conocer a Anna Vancel, la enfermera que me trató en mi estancia en el hospital.

-¿Qué les gustaría ver chicos? -Nos pregunta Rosa.

Después de una exquisita cena para un triángulo familiar, siempre tocaba un maratón de series y películas hasta quedarnos dormidos en el sofá.

-Un par de temporadas de "Punk Rock Devil" y que al final la protagonista se enamore de mi rubio de ojos azulados -Dictó Alan sacando un recipiente lleno de palomitas de maíz, para acto seguido lanzarse al sofá, figuralmente.

-Yo quiero mi saga "The Raven", estoy cansada de que siempre halla sangre o desmembramiento de cuerpos; además esa serie la has visto miles de veces y si Liam te escucha, se lanzará sobre ti, literal - Digo tomando un par de palomitas para después llevármelas hacia la boca.

Liam es mi mejor amigo y es gay, pero eso a mí no me importa. Le encanta joder a Alan, dice que él podría ser su tipo. Pero cuando hablan de personajes ficticios es como una bestia, fiel a sus protagonistas.

-Le faltan sal - Agrego.

-¡Mentira!- Exclamó asustado. Él tomó un par de palomitas y se las come. - No le faltan sal, me has engañado -Suspira con alivio.

Esto es lo que más me gusta de las noches en familia. Todos reunidos aunque seamos solo tres. Alan tomó el mando e indaga entre carpetas hasta hallar una en específico: The Umbrella Academy.

-Alan ya he visto esa serie -Le digo mirándolo confundida.

Su sonrisa se amplío con maldad.

-Lo sé, pero yo no lo he visto todavía, así que nada de spoilers hermanita -Alan deja el mando en el suelo, lejos de mi alcance, y se recuesta en el sofá con el recipiente de palomitas en su regazo. Yo no tardo en imitarlo, sin antes de tomar un puñal de palomitas en mi mano y comerlas una por una.

Entonces empieza el capítulo 1 de la serie, lo mismo de siempre. Una muchacha mirando a un chico, entonces ella se va a nadar en la piscina y de repente sangre. La muchacha estaba embarazada y a punto de nacer un bebé. Después una voz locutora narrando la historia: 43 mujeres embarazadas dieron a luz el primero de octubre, lo curioso, ninguna estaba embarazada al comienzo del día.

Un resumen de su introducción. Nada del otro mundo.

Ya ha pasado un par de horas y Alan ya se encontraba durmiendo con medio tazón vacío. Creo que estamos en el capítulo 7 de la serie. Tía Rosa aún se mantenía atenta a todo lo que sucedía en la trama dramática de la academia Umbrella y de repente, el timbre suena.

El sonido causó un eco en toda la casa y ocasionó que mi cuerpo se estremeciera. Deben de ser las 2 de la mañana y nadie en Aberomth está despierto a esa hora, a excepción de nosotros.

¿Quién sería?

La tía Rosa y yo nos miramos, buscando una respuesta de la otra.

-¿Esperas a alguien Beatrice?- Pregunta pausando la escena del programa. Yo niego a su pregunta.

Un segundo timbrazo se presenció y después un tercero, y un cuarto. No era necesario un quito, mi cerebro lo estaba reproduciendo en mi cabeza, causando una inquientante molestia.
¿Pero quién sería tan loco de visitarnos a estas horas?

Luego pensé. Tal vez sea la vecina del frente. Una anciana que vive sola en una enorme casona, quienes sus hijos le regalaron en su aniversario 56. Esa anciana siempre era reclamándonos que no dejáramos la luz encendida para ahorrar electricidad, no subir demasiado el volumen para no molestar a vecinos como ella. A veces empezaba hasta hartarme de su voz chillona.

Otro timbrazo causó. una tensión en mi interior.

-Iré a ver quién puede ser -Susurra mi tía para no despertar a Alan. Si no lo despertaron los timbrazos, nada será. Rosa se iba a levantar pero yo la agarro del codo y la detengo.

-Yo iré quien puede ser, quizás sea Soledad -Rosa asiente y toma el tazón de palomitas para llevárselo hacia la cocina.

Suena nuevamente el timbre.

Me levanté del sofá y con pasos decididos, me dirigí hacia la puerta. Algo en mí despierta, una sensación de miedo tal vez, pueden ser los nervios. Me acerco con cautela hacia el cerrojo de la puerta y siento como si una descarga eléctrica no permitiera acercarme. Escucho como algo es colocado en el suelo y después ruidosos pasos alejándose. Entonces es ahí cuando abro la puerta.

Nada.

Solo una caja como similar al de los zapatos se encuentra en el portal.  Alguien, quien fuera, la había dejado allí y alejarse sabrá Dios donde. Era una caja negra y sobre ella había una nota que no dudo en leerla:

En lo más profundo del bosque...

Después del lago Silence...

Guiado por un camino plateado...

Atravesando la transparencia...

Se encuentra el recuerdo, de una desgraciada historia de amor....

Se encuentra la verdad.

La confusión seguro estaba reflejado en mi rostro. Ninguna de las palabras tenía sentido "Un camino plateado", "Atravesando la transparencia". Nada tiene sentido. Tomo en mis manos la caja negra y sin importar para quien es enviado o de quien lo envió, lo abro.

Mis ojos se abren de sorpresa y detallo cada objeto.

Dentro se encontraba una foto vieja, algo estrujada pero se podía apreciar su contenido. Era un grupo de personas, con trajes extraños y encima de ellos el típico logo de un ojo. Habían muchas caras de personas desconocidas pero solo había un rostro que aunque pasara el tiempo, sabría quien era.

La foto era en blanco y negro, pero sabía que esa muchacha de pelo rizado y con sobre peso era nada más ni menos que mi tía, Rosa.

Mantenía su característica sonrisa y aún transmitía esa felicidad.

Se encontraba en el medio de una pareja de recién casados y ellos (como Rosa) sonreían. La mujer acariciaba su barriga ya formada, estaba embarazada de quizás 3 meses. Algo que me llamó la atención de la señora es que en su cuello colgaba un collar idéntico al que tuve de pequeña. Mi mano se acuna en mi cuello agarrando ese colgante, el único recuerdo de mi familia, y por supuesto, de mi madre.

Entonces es allí cuando me doy cuenta.

-¿Quién era Beatrice?- La voz de mi tía se hizo acto de precencia en mi silenciosa confusión.

-¿Tía, conociste a mis padres?- Pregunto.

Entonces soy yo quien ve en su arrugado rostro la sorpresa. Sí, ella los conocía, sabía muchas cosas. Eran sus secretos.

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ