Capítulo 9: Regalo.

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...

Beatrice

¡YA ES LUNES!

Solo faltaban cuatro horas para ver a Dylan de nuevo y estaba nerviosa, emocionada también, pero más nerviosa. No sé por que, yo no conozco en realidad a Dylan. Pero cuando pienso en él, una sensación de tranquilidad, amor y muchas emociones me dominan. Me hacen recordar a mis padres, aunque no recuerde sus rostros.

Estoy tan emocionada que no sé que le diré cuando lo vea.

¿Es raro verte practicar la manera que saludarás mirándote en un espejo? Si es así, pues soy la persona más rara del mundo. He practicado delante de un espejo como me comportaría cuando lo vea por primera vez. ¿Cómo sería verlo en persona? He visto una foto, pero no se compara con verlo delante de tus propios ojos.

2:45pm

Ahora estoy desesperada ¿Cómo es que el tiempo pasa tan rápido? Al mirar la hora no me quedé quieta, estaba como loca arreglándome. Cepillar mi corto cabello, maquillarme un poco aunque no era necesario, y hasta buscando mis gafas de sol, pero sol no había. Me verán extraña.

¿Saben cuál es el problema de toda chica cuando tiene que ir a un lugar?

-¿Qué me pongo?- Exclamo. Casi un grito.

Escuché pasos acelerados subir las escaleras. Tía Rosa interrumpe mi habitación con una escoba en manos. Miraba a todas partes hasta que se encontró conmigo.

-¿Qué paso?, ¿Qué sucedió? - Mi tía estaba inquieta, aún observaba los pequeños espacios de mi cuarto. - Mi niña, ¿Por qué gritaste?

Yo como toda chica dramática, exageré en todo.

-Tía Rosa que catástrofe más grande. No tengo nada que ponerme para un encuentro - Digo mientras ubicaba mi mano derecha sobre mi cabeza con mucho drama.

- Eso no es verdad, Beatrice. Si es tan especial ese encuentro puedes ponerte el vestido que te regalé - Aconseja. Rosa tiene razón, es muy especial ese encuentro, y no molestaría ponerme el vestido negro de flores. Rosa al ver que no hay monos en la costa, que es muy raro de ella, se marcha de mi cuarto sin decir otra palabra.

Solo faltaban 5 minutos.

...

Eran las 3:30pm y yo sentía que no iba a llegar a tiempo. Al salir de la casa, corrí con todas mis fuerzas, tengo suerte de haber decidido colocarme las botas negras y no un par de tacones incómodos. Cuando ya estaba en la entrada de Coffee off, no me había dado cuenta que andaba distraída y choqué con un chico un poco más alto que yo. En el impacto todas mis cosas que traía en mi bolso se encontraban ahora esparcidas por toda la acera. Me agaché para recogerlas y a la misma vez me sujetaba las gafas del sol.

-Perdón, Perdón no veía por donde caminaba - Dije totalmente apenada. Ésto me pasa por andar distraída en la calle.

-No se moleste, no es su culpa. Yo tampoco veía por donde caminaba - Se disculpó él, para después ayudarme a recoger mis cosas del suelo.

-Otra vez pido disculpas, andaba agitada, estaba llegando tarde a Coffee off.

-¿Tiene una entrevista de trabajo? - Pregunta él. Me extiende mis cosas que recogió del suelo.

-No, me voy a encontrar con alguien - Dije guardando las cosas en el bolso en forma de ojo, regalo de la tía Rosa.

Todavía no había levantado la cabeza para mirar al muchacho, por un poco de vergüenza y porque me vería raro mirarme con gafas de sol en pleno día nublado.

-¿Tú eres Beatrice?- Pregunta.

Ésto parece un déjà vú.

Yo sorprendida de que sepa mi nombre, levanto la cabeza, llevándome con una inesperada sorpresa. Era Dylan, verlo por fin era tan emocionante que siento algo removerse en mi estómago. Su aspecto estaba cambiado, su cabello era un castaño más oscuro y sus ojos eran un esmeralda más brillante. Por supuesto como la foto.

-Sí, soy yo, y tú debes de ser Dylan.

Aunque (Otra vez) eso ya lo sabía.

-El mismo ¿Qué te parece si entramos?

-Dylan me gustaría, pero la cafeteria cierra a las cuatro y apenas son las 3:57 - Digo apenada mientras me arrasco la nuca.

Ambos nos quedamos unos minutos en silencio, sin saber que podíamos decir.

-Ok, entiendo ¿Y si caminamos? - Pregunta, mientra sus manos se acomodaban en los bolsillos de su abrigo.

- Creo que conozco un lugar donde podemos ir - Comento emocionada.

Ambos nos sonreímos. Quizás no era el encuentro que estábamos planeando, pero al tenernos uno al otro, ya es un avance.

Caminamos no tanto, estas calles suelen ser muy pequeñas, pero es por la cercanía que hay el puente hacia las casas. El puente era el lugar a donde iríamos. En Aberomth existe un solo puente: El puente de las almas gemelas. Los habitantes de este barrio cuentan la leyenda de que allí dos hermanos estaban destinados a estar juntos, pero su familia se lo prohibía. Tía Rosa -- cuando yo era pequeña-- contaba historias para que yo durmiera por las noches y el puente de las almas gemelas era uno de esos cuentos.

-La vista es impresionante, por ser un día nublado el horizonte es precioso - fue lo primero que dijo Dylan en el momento que llegamos.

-Sí, es una hermosa vista- Digo colocando mis brazos sobre el barandal del puente.

Era un ambiente tranquilo, emocionante y desolado, de esos que son cómodos. Por la expresión de Dylan en estos momentos, parecía que se había acordado de algo y entre los bolsillos del abrigo saca una caja.

¿Cómo cupo eso ahí dentro? Ni siquiera se notaba.

-Beatrice, seguro no te acuerdas pero escribí en la nota sobre un regalo.

Lo sé, unas de las razones porque quería verlo, era por ese emocionante regalo. No sé si ustedes se hayan dado cuenta, pero a mí me encantan los regalos. Tampoco quiero que piensen que soy interesada, porque tampoco lo soy.

-Sí, y que querías entregármelo personalmente - Digo.

-Exacto, y bueno aquí lo tienes - Me entrega la caja y al abrirla me encuentro con un libro, era ancho y contenía una textura áspera al igual que los libros antiguos. - Espero que te guste.

-Me encanta gracias. Uno de mis pasatiempos favoritos es leer un buen libro. Así que no te pongas triste si pensaste en un momento que no me iba a gustar.

-Ya sé que te gusta leer libros- Dice mientras saca una sonrisa.

-¿Y cómo lo sabes? - Pregunto confundida.

-Anna me lo dijo.

-Esa Anna es muy chismosa.

Ambos soltamos una carcajada, pero no dura mucho ya que Dylan observó por unos momentos su reloj de mano y vio que era demasiado tarde. Él se despidió educadamente de mí y se fue por el mismo camino en que llegamos. Me quedé un rato observando el horizonte, pasar un rato con Dylan era agradable. Él tiene esa personalidad de chico bueno y algo tímido para mi parecer. De repente algo frío impacta con mi hombro desnudo, y seguido de esto miles de gotas de lluvia descendían con furia del cielo. Rápidamente me alejé por el camino contrario para regresar corriendo a mi casa.

Hoy me lo he pasado bien. Espero que se vuelva a repetir.

De camino ha mi casa fue complicado, la lluvia nunca estaba a mi favor pero eso no me interesaba. Ya estando cerca de mi hogar, a tan solo unas cuantas cuadras, siento un peso extraño sobre mi espalda y cuando caminaba escuchaba también a lo lejos varias pisadas, pero cuando volteo no encuentro a nadie. Por miedo, corro despavorida hasta ya en cuestión de unos minutos encontrarme sana y salvo en mi hogar, único hogar.

Beatrice: La Nueva Identidad©( Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora