Capítulo 47

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Capítulo 47 | "Antigua Madison"

Madison Blackwolf

No lograba desconectar mi cuerpo en todo el camino de viaje que tuvimos, traté de dormirme, pero mi mente no dejaba de atormentarme, por lo que sólo seguí aferrándome al cuerpo de Kace mientras me embriagaba con su olor hasta llegar a nuestro destino.

Era una propiedad a las afueras de Córdoba, descansaríamos aquí por el día de hoy y luego mañana partiríamos de vuelta a nuestra ciudad.

— El baño de arriba está equipado con todo lo que necesitas — me indicó Oliver, me separé finalmente del cuerpo del pelinegro y fue el rubio quien me ayudó a subir las escaleras hasta llegar al baño que indicó — ¿Estarás bien sola? ¿Necesitas que te ayude?

Negué con la cabeza y no pareció bastante convencido con mis palabras, pero finalmente asintió.

En el interior del baño efectivamente encontré todo lo que buscaba y hasta más, los Blackwolf se encargaron de solicitarle a sus hombres todos los productos de limpieza que tiempo atrás me gustaba utilizar en la ducha, se encontraban todas mis sales de baño, mis cremas hidratantes, shampoo y acondicionador para cabello además de las cremas que utilizaba para darle más brillo y volumen, todo lo que necesitaba estaba aquí.

Me desnudé rápidamente y no perdí el tiempo en entrar a la ducha donde el agua rápidamente se tiñó de un color marrón por el exceso de suciedad y sangre en mi cuerpo, mis heridas tiraron al arder bajo el contacto del agua, pero no podría importarme menos, necesitaba esto, sentirme limpia.

Tomé el jabón líquido que los Blackwolf trajeron para mi junto con la esponja de baño y enjuagué mi cuerpo una, dos, tres veces, las que fueran necesarias, la piel de mi pecho ardía por la fuerza con la que había cepillado dicha zona de mi cuerpo con el objetivo de eliminar las manos de los Corella de mi cuerpo, quería eliminar su rastro, el rastro de las miradas lascivas de los hombres, tomé el shampoo y restregué las veces necesarias para que mi cabello volviera a su tono rubio platinado que conocía y comenzaba a extrañar debido a la sangre y la suciedad.

Luego, me dediqué a consentirme. Necesitaba sentirme yo de nuevo, coloqué la crema de afeitar caliente sobre mi piel y mientras hacía efecto apliqué acondicionador y cremas hidratantes en mi cabello seguido de enjuagar nuevamente, limpié mis orejas y mis uñas seguido de recortarlas un poco, eliminando toda la mugre que se había colocado en ellas luego de tantos días descalza o la sangre que se había filtrado por ellas en mis manos. Cuando me coloqué frente al espejo de cuerpo completo no perdí el tiempo en tomar la pinza y arreglar mis cejas, cepillé mi cabello que caía en hondas tras mi espalda y cepillé mis dientes con fuerza permitiéndome disfrutar de nuevo el sabor a menta en mi boca y finalmente me permití observar mi cuerpo.

Traté de ser la misma chica vanidosa que siempre había sido, mi cuerpo se encontraba perfectamente limpio sin rastro de ninguna mancha de sangre o suciedad y desprendía un olor a vainilla como en el pasado, mi piel brillaba gracias a las cremas hidratantes y no había ningún rastro de vello en mi cuerpo, pero nada de eso ayudó, porque donde quiera que mirara veía las tonalidades moradas y verdosas de los moretones adornando cada espacio de mi piel sin contar que me encontraba con que había perdido peso, mis huesos se marcaban mucho más que antes.

No importaba si ahora mi rostro lucía mejor con mi cabello rubio de nuevo ni mis cejas perfectamente arqueadas, mis ojos seguían sin el rastro de brillo que me caracterizaba y los rodeaban unas profundas ojeras, los moretones también marcando mi rostro.

Mis ojos cayeron a mis pechos, donde no importaba cuánto hubiera restregado, las marcas de las manos de Alessandro seguían ahí, el rastro de su corrida y la de su hermano seguía en mi cuerpo sin importar cuánto lo limpiara, cerré los ojos con fuerza cuando el reflejo de mi cuerpo desnudo me asqueó, igual que en el pasado.

As de CorazonesWhere stories live. Discover now