Capítulo 33

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Capítulo 33 | "Colombia"

Connor Blackwolf

El silencio reinó luego de la declaración de la rubia, la apretujé más a mi pecho queriendo poder transmitirle todas mis emociones confusas.

Porque eso era lo que hacía la rubia conmigo, no podría ponerle un nombre a las cosas que ella ocasionaba en mí, lo único que sabía era que odiaba la idea de pensar en ella con alguien más que no fuera con nosotros, despedazaría a cualquiera que intentara alejarla de nuestro lado, le sacaría los ojos a cualquiera que la mirara de mala manera y le arrancaría la lengua a quien osara insultarla.

Madison despertaba en mí una obsesión y posesividad alarmante, era mía, era nuestra, no sabía de qué manera retorcida eso podría asemejarse a quererla, pero era mi manera de hacerlo, era mi oscura manera de quererla porque no sabía hacerlo de otra forma.

Algo así les pasaba a mis hermanos, lo supe con sólo dedicarles una mirada mientras analizaban las palabras de la rubia de hace unos minutos, la cual estaba completamente relajada sobre mi cuerpo y su respiración era compasada, se había quedado dormida.

Por el contrario, yo estaba completamente despierto mientras en mi cabeza las palabras "los quiero" retumbaban con fuerza en cada espacio de mi memoria, nos quería, maldición.

Era un maldito egoísta, porque sabía que mi forma de querer y la de mis hermanos no era la que las chicas normalmente buscaban. Mi forma de querer dolía, venía con sangre y lágrimas, pero joder, no pensaba dejar escapar a la rubia tan fácil. La idea de que su dulce corazón albergara aprecio hacia mí me hacía querer alzar la frente con orgullo.

Luego de una hora en que nadie dijo nada Kace consiguió que alguno de nuestros hombres nos trajera algo de ropa para la rubia, así que luego de conseguir despertarla Oliver consiguió ayudarla a vestirse con un pantalón holgado y una camisa negra, la ropa era lo bastante ancha para ocultar que no poseía ropa interior, fue lo que pudimos conseguir en el bar de mamá que estuviera limpio y no revelara nada.

De esa manera Oliver la cargó hasta una de las camionetas donde Madison consiguió dormir de nuevo, nuestro vuelo salía mañana para Colombia por cuestiones de contratiempos y negocios.

Estábamos frente a Francisco Díaz, líder del Cartel de Cali en Colombia con quien frecuentábamos en negocios, era nuestro mayor productor de droga. Un negocio sencillo y fácil, ellos nos proporcionaban la droga y nosotros la distribuíamos por todo Estados Unidos de la mano con mamá, y ahora también en España.

No sólo éramos un buen negocio, éramos socios prácticamente, manteníamos una amistad con Francisco desde años atrás cuando apenas éramos unos aprendices de Antonella, mientras que el capo de Cali era aún aprendiz de su padre.

Ahora era diferente, no sólo ahora Francisco lideraba el Cartel de Cali, ahora nosotros liderábamos nuestra organización con sede en España.

Habíamos hecho favores a Francisco eliminando algunas amenazas para su negocio en territorio tanto Español como Estadounidense, de igual forma, él nos había ayudado eliminando unas cuántas amenazas en territorio Colombiano.

Y si hubiera que sumarle algo más a nuestra hermosa sociedad, Francisco aborrecía a los Corella con todo su ser, así que por eso estábamos aquí, información.

— Así que los malditos italianos están dándoles problemas de nuevo — argumentó el colombiano.

— Hemos escuchado que tienes la información que necesitamos. — argumentó Kace sin despegar la mirada de la rubia.

As de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora