Piedra #8

652 104 66
                                    

Espero que les guste~

Nota: Adivinen quien aparecerá en el siguiente ^_^

Nota-2: En esta versión, MK y Wukong tienen una especie de conexión por ser seres tan similares

Nota-3: Dependiendo de la interpretación, muchos dicen que Wukong y Macaque están conectados por ser seres tan similares, casi como dos caras de una misma moneda

Wukong sabía que MK tenía poderes, era difícil ignorar la sensación de poder fuerte y tan familiar que el niño emanaba en oleadas cuando se emocionaba lo suficiente, pero incluso entonces, realmente no lo pensó mucho. El menor no había usado ningún tipo de poder desde su nacimiento y quizás es por eso que en realidad lo olvido, que todos allí olvidaron.

Hasta que la realidad volvió a golpearlos en la cara.

-¿Estas bien, chico?- Pigsy enarco una ceja, divertido por la expresión llena de incomodidad que el menor tenía. La nariz arrugada y los labios apretados mientras parpadeaba rápidamente.

-Me pica la nariz- gruñó con un puchero. La picazón estaba allí, en el interior de su nariz, y parecía empeorar hasta volverse insoportable.

-Deja entrar todo el aire que puedas por la nariz- aconsejo y aunque el niño estaba confundido, obedeció. Inclino la cabeza hacia atrás, pequeñas lágrimas de incomodidad saliendo de sus ojos, y termino por hachar su cabeza hacia adelante repentinamente cuando al fin pudo estornudar. Habían una onda de poder que sacudió ligeramente todo a su alrededor y ante los ojos de todos, con un destello dorado, había un cachorro de león en vez del niño mono.

-Eso fue horrible- se quejo y aunque se sentía un poco mejor, la picazón aun estaba allí.

-...puede transformarse...- jadeo Tang, rompiendo el ligero silencio que se formó entre ellos. Todos lo observaron, quietos. Otro estornudo y ahora MK era una tortuga, una que de alguna manera termino de espaldas. Otros estornudo, y esta vez, era un pequeño oso.

-¿Necesitas ayuda, Bud?- Wukong al fin pudo hablar, viendo al cachorro de oso moverse hasta estar sobre sus patas, sacudiéndose y quedando algo esponjado.

-Creo que no- se concentró y en un destello, volvió a la normalidad, suspirando de alivio. Su nariz se sentía mejor, ya no había picazón.

Resulta que tenía muchos poderes, todos muy familiares.

-Tiene mi poderes- Wukong parecía estar al borde de una crisis existencial. -Todos mis poderes- se paso las manos por el pelaje, un poco brusco por la forma en la que algunos mechones cayeron. -Tiene mi visión dorada ¿Tienes una idea de cuanto tiempo estuve en ese maldito horno? Y puede transformarse, sin necesidad de pasar por el entrenamiento de ese condenado maestro...- estaba divagando pero no había real envidia en sus palabras, ni siquiera estaba cerca de estar enojado pero había tantas dudas acerca del nacimiento repentino del mono. El parecido no lo había sorprendido pero verlo usar sus poderes, darse cuenta que ese niño había nacido con todos los poderes que tenía, eso si que lo había tomado desprevenido.

-Esta en espiral- bufo Pigsy con burla y diversión.

-Y no parece que vaya a detenerse- asintió Sandy sentado a su lado.

-Es tu hijo- señaló Tang, enarcando una ceja ante la mirada escandalizada del mono.

-¡Salió de una piedra!- señaló y pareció decidir agregar algo más. -Además, se supone que esto...- hizo un gesto grosero mientras señalaba su entrepierna, divertido y orgulloso ante las muecas qué se gano con eso. -...no sirve-

-Wukong...- el monje dejo escapar un largo y cansado suspiro, cubriendo por un momento su rostro con las manos.

-Eres un asco- gruñó el cerdo con una mueca, soltando ese sonido típico de su especie que hizo al mono reír.

-¿Y cómo estás tan seguro de eso?- el de piel azul enarco una ceja, extrañamente curioso y ganándose un golpe en la nuca de parte de su compañero de al lado.

-Erlang Shen dijo que los duraznos sagrados de la inmortalidad te dejaban estéril- tarareo, llevando una mano a la barbilla en una pose pensativa. -...aun no sé si eso es mentira o no...- murmuró, aunque termino por encogerse de hombros.

-¿Qué es estéril?- se sobresaltaron, todos volteándose y encontrándose con el pequeño mono que los miraba con confusión y curiosidad. Era silencioso al moverse, incluso al mono le costaba escucharlo en momentos. Todos allí se miraron de reojo, ninguno parecía querer contratar realmente.

-Es cuando no puedes tener bebés- hablo el monje, decidiendo hacerlo lo más corto posible.

-Oh...- MK tarareo, asintiendo ligeramente pero eso parecía haber planteado otra duda. -¿Cómo se hacen los bebés?- ladeo la cabeza, genuinamente curioso. Otro silencio, tenso e incómodo.

-Cuando un macho y una hembra de quieren mucho pero mucho, mucho...- Sandy y Pigsy parecieron ponerse de acuerdo, empezando a hablar ambos al unísono pero Wukong se apresuró a interrumpirlos, agarrando unas manzanas que había recolectado y metiéndolas en las bocas ajenas, contento de callarlos.

-Nop, eso no va a suceder- se levantó, enganchando sus manos bajo los brazos del menor para alzarlo y apretarlo ligeramente contra su pecho, escuchando su risa suave y sus pequeñas manos aferrarse a su ropa. -Ya tuve esta charla una vez, no necesito una repetición- se dispuso a alejarse. -Y tampoco creo que él la necesite, es muy pequeño- declaró con firmeza. Camino, dejando al niño caer sobre el regazo del dragón para luego a volver a donde estaban los demás, decidiendo deprimirse un poco más.

-Hola~- Ao Lie sonrió, suave y dulce, inclinándose para dejar un pequeño beso contra la frente ajena.

-¿Cómo se hacen los bebés dragones, Lili?- preguntó, acurrucándose contra los brazos del mayor, contento con el cariño y la calidez.

-Salen de huevos, unos muy especiales- sonrió.

-¿Y cómo se hacen?- frunció ligeramente el ceño, curioso.

-Pues...cuando una pareja decide unirse y tener una familia, hacen un ritual muy especial para que crear un huevo, en donde su futuro bebé se desarrolla durante meses- no era completamente cierto pero era la historia que se le contaba a los niños hasta decidir decirles la verdad entre su especie.

-Oh...- tarareo, pensativo. -Yo también fui un huevo- tenía recuerdos vagos que mayormente volvían en sueños, recuerdos de voces que le hablaron durante ese tiempo.

-Uno de piedra, si- asintió, tranquilo. -Aunque no sé como fuiste creado- agregó antes de que el menor pudiera preguntar.

-Yo si, me creo la dama- sonrió, riendo ligeramente.

-¿La...dama?- engancho sus manos bajo los brazos ajenos para poder alejarlo y mirarlo a la cara, curioso ante lo que escucho. -¿Qué dama?- ladeo ligeramente la cabeza.

-No sé, nunca pude verla...- se encogió de hombros, su cola moviéndose de un lado al otro. -...pero recuerdo que ella siempre estuvo ahí...- recuerda su voz, femenina y amable, hablando del mundo que él iba a poder explorar en el futuro. Su momento favorito era en las noches, cuando le cantaba una melodía. -...hasta que ya no estuvo- si se esfuerza mucho, puede recordar estruendos fuertes que lo habían asustado, la voz de ella negándose a entregar algo y luego...silencio. Ahí fue cuando se sintió solo y asustado, logrando llamar al mono después de algo de esfuerzo.

Aunque, si se concentraba mucho, puede sentir otra conexión presente.

~Monkie Kid~ 5️⃣Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora