Miedo #2

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Espero que les guste~

Nota: Esto me costo más de lo que me hubiera gustado pero al fin quedo xD

Admitir su miedo a su maestro es vergonzoso, puede sentir el nudo firme y apretado en su estómago que se forma por la ansiedad, y aunque su maestro en realidad se muestra compresivo, eso no quita la incomodidad que lo invade.

-¿Qué debo hacer ahora?- su cabeza le duele por el llanto anterior y esta muy cansado, solo queriendo hundirse en su cama para poder dormir una larga y profunda siesta. Observa como los monos parecen compartir una mirada y se siente raro, como si estuvieran teniendo una conversación silenciosa justo frente a él. Aunque, es bueno ver que se llevan mejor ahora. -Déjenme adivinar- bufo, logrando que lo miraran. -Debo enfrentar mi miedo-

-Me temo que si, Bud- Wukong le da una sonrisa ligera, casi como una especie de disculpa.

-Me lo imagine- se paso las manos por la cara. No quería, estaba en negación, pero no tenía muchas opciones. Aunque, eso planteaba algunas dudas. -¿Cómo se supone que voy a enfrentarlo?- enarco una ceja. -Ni siquiera puedo transformarme sin sentir que mi vida esta en peligro- y sinceramente, no tenía ganas de ponerse en peligro a si mismo.

-Meditar podría ser un buen comienzo- el dios soltó, luciendo una sonrisa de oreja a oreja por alguna razón.

-Eso podría servir- el domador de sombras asintió, ligero y pensativo. Era tan raro ver a esos dos de acuerdo con algo.

-¿Meditar?- MK enarco una ceja.

-Se supone que meditar debe ayudarte a sentirte más tranquilo y equilibrado. Ayuda a calmar todos los pensamientos y demás que tienes, debería ayudarte emocionalmente hablando- el domador de sombras hablo, cruzándose de brazos. -Especialmente ahora- 

-¿Y cómo lo hago?- pregunto porque a pesar de que en realidad lo había intentando, no entendía del todo la cosa de la meditación.

-Intenta concéntrate en algo que te relaje- hablo el dios. -No tiene que ser demasiado tiempo, solo...- dudo. -Solo...necesitas encontrar alguna especie de paz entre tu y el "mono"...- hizo el gesto de comillas en el aire con sus manos. No podía terminar de entender del todo la razón por la que su alumno lo llamaba "mono", como si fuera otro ser a parte, pero no estaba dispuesto a preguntar porque no quería volver a meter la pata en la situación. -...quizás puedas lograr perder el miedo en el camino y transformarte sin ningún tipo de dolor-

-Supongo...- aun no lo entendía del todo y eso lo hacia sentirse perdido, como si estuviera en la nada y no supiera por donde se suponía que debía ir. -...que puedo intentar- se encogió de hombros, dispuesto a intentar lo que sea a estas alturas. Noto la mirada esperanzada en el rostro de su maestro, sabiendo que estaba siendo analizado por los ojos dorados del domador de sombras y les sonrío lo más sincero que pudo.

Después de todo, ¿Qué daño podría hacer?

MK no puede decir si la meditación esta ayudando o solo lo empeora. Se toma un momento en el día para intentar lo que le dijeron, sentándose e intentando concentrarse en algo en particular que pueda ayudarlo a calmarse, y aunque en el momento se siente un poco más tranquilo, es un sentimiento pasajero que se va tan pronto cuando vuelve a su loca y apurada rutina. Cree que no lo esta haciendo bien pero las guías de internet tampoco le ayudan.

Por alguna razón, sus pesadillas parecen empeorar. Se sienten más vividas y claras, su desesperación y miedo ahogando todo lo demás mientras ve al "mono" en todo su esplendo, grande y dorado, atacando ciegamente todo a su alrededor y destruyendo todo lo que esta a su paso. Puede jurar que escucha los gritos de sus amigos y eso lo persigue a la conciencia, cuando se despierta con el corazón acelerado y sudando del miedo.

-...déjame dormir...- gime, quejumbroso, mientras se levanta de la cama para ir al baño. Lavarse la cara lo hace sentir un poco mejor pero cuando levanta la vista, se sobresalta con un grito ahogado cuando ve el espejo. La imagen que le devuelve es la del mono, sus ojos dorados mirándolo fijamente y expresión en blanco. -Necesitas dejarme dormir. Somos el mismo ser, este cuerpo no te servirá de nada si esta cansado- sabe que se ve como loco hablando solo y a su reflejo, que obviamente es una alucinación producida por el cansancio pero no hay nadie a su alrededor que pueda criticarlo. No recibe una respuesta, no espera ninguna, pero la mirada fija de su alucinación lo esta poniendo ansioso y nervioso. -¡Agh, ya me tienes arto!- se dio media vuelta y apago la luz al salir del baño, sus pasos grandes y ruidoso mientras se acercaba a su sillón para agarrar un almohadón, dejándolo caer al piso.

Sinceramente, MK estaba cansado de tener miedo y de sentirse tenso. Así se dejo caer de sentón sobre el almohadón, cruzando las piernas, y cerrando los ojos con fuerza, esforzándose al máximo. Ya no quería tener miedo, no le gustaba, y aunque aún no entendía del todo como, sabía que aquello a lo que tanto temía seguía siendo una parte de él. Nunca había meditado realmente, salvo para en teoría calmar su mente y hacer su respiración más profunda, pero no tenía idea de que se suponía que debía a pesar de lo que había investigo. Sintió un tirón, como si algo agarrara su conciencia y tirara de ella para abajo, hundiéndose en la oscuridad.

No lo supo pero sus ojos se abrieron momentáneamente para mostrar un intenso brillo dorado antes de volver a cerrarse lentamente, cada musculo de su cuerpo relajándose y toda la desesperación desapareciendo de su expresión. Lucia casi dormido en una posición poco cómoda, aunque el ligero brillo que lo rodeaba daba la señal de que ese no era el caso.

Así lo encontraron en la mañana.

-¿MK?- Pigsy enarco una ceja, solo para detenerse en seco al verlo, sintiendo una sensación de que ya había visto algo así antes. -Rayos...- paso una mano por su rostro con cansancio, sabiendo que iba a tener que retrasar un poco el abrir su tienda. -¡Tang, hay que llamar al mono!- grita, su voz resonando ligeramente pero llamando la atención de su amigo, pudiendo escuchar sus pasos rápidos acercarse. 

-¿Por qué tendríamos que...?- Tang se asoma, cerrando la boca al instante en el que ve al menor, reconociendo la situación. -MK tiene su número- se adentra por completo en la habitación para agarrar el teléfono del menor dejado en la mesa de luz, buscando lo que necesitaba entre los contactos y esperando con algo de impaciencia mientras el pitido suena en señal de estar llamando y todo sin apartar la mirada de la figura brillante sentada en medio de todo eso, inconsciente de lo que sucede a su alrededor.

~Monkie Kid~ 5️⃣Where stories live. Discover now