The Collector #2

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Espero que les guste~

Llamaban la atención, no solo por ser Monkie Kid, sino por el pequeño de expresión asombrada y vestido de pijama que caminaba a su lado. Agradecía que, a pesar de todas las miradas fijas, ninguno de los presentes tuviera la suficiente valentía para acercarse.

-Tantos juegos~- jadeo, obviamente fascinado con todo lo que veía, pequeños destellos emanando de su cuerpo.

-Genial, ¿verdad?- sonrió. -Soy MK- ahí fue cuando se dio cuenta de que no se había presentado, demasiado entretenido en divagar sobre juegos en el camino hacia allí. -¿Cómo te llamas?- nl va a negar que esta algo avergonzado de preguntar recién pero mejor tarde que nunca.

-Ellos...me llamaban "Collector"- respondió, dudoso y pensativo.

-¿"Collector"?- enarco una ceja, decidido a no preguntar quiénes eran "ellos". -Bueno, es un placer conocerte- la ojos rojizos lo miraron, con tan asombro ante esa sola frase que algo se retorció en su interior. -Y por ser tu primera vez aquí, puedes elegir nuestro primer juego- agregó, ganándose una gran sonrisa.

-¡Quiero subir allí!- señaló con entusiasmo hacia el juego que tenía sillas voladoras.

-Hagamos fila- empezó a caminar hacia la fila, mostrando una gran sonrisa ante los niños que se voltearon a verlo con sorpresa y admiración. Podía escucharlos susurrar con sus padres pero volvió a mirar a su pequeño acompañante al escucharlo quejarse.

-¡Esto tardará mucho!- soltó un gemido largo y exagerado que lo hizo reír. -Lo arreglaré~- levantó su mano, una sonrisa traviesas e infantil dibujándose en su rostro.

-Nop- tomo suavemente la mano ajena, justo a tiempo para evitar que chasqueara los dedos. -Nada de magia aquí-

-¿Por qué?- se veía tan confundido que era tierno pero él se abstuvo de hacer un comentario. -Puedo hacernos aparecer frente a todos- hizo un puchero.

-Quizás puedas...- asintió, hundiendo la curiosidad que tenía sobre los poderes del niño para más tarde. -...pero eso no sería justo para lo demás...- señaló hacia la gente. -...quienes estuvieron esperando durante un tiempo-

-...supongo...- no parecía entenderlo del todo pero, a pesar del puchero ahora presente, lucia pensativo.

Incluso con la larga espera en algunos juegos, el niño los amaba, sus ojos brillantes y la gran sonrisa siendo la simple prueba. Los adoraba a todos, incluso si pensó que el carrusel era muy lento o las sillas voladoras eran muy bajas.

Aunque, sin ninguna duda, la montaña rusa era lo mejor de todo.

-¡Este es mi favorito!- jadeo, gorro en mano y el cabello despeinado, soltando una carcajada mientras se balanceaba muy ligeramente.

-¡El mío también!- rio alegremente, su cabello despeinado y la bandana colgando flojamente alrededor de su cabello.

-¡Otra vez!- salto, al parecer dispuesto a hacer la fila una vez más pero MK se apresuró a detenerlo, riendo ante su entusiasmo.

-Comamos algo antes- señaló hacia los puestos de comida presentes. -Ya es hora del almuerzo-

Quizás tanta comida chatarra y azúcar era poco saludable para el niño que no sabía del todo qué especie era pero se veía tan feliz y animado que no tuvo el corazón para negarle probar lo que sea.

Sin duda alguna, el algodón de azúcar fue su favorito pero también adoro los bocados de pollo, supuso que eso era bueno.

Era de noche cuando empezaron a volver, caminando a paso lento y tranquilo, agotados después de toda la diversión.

-MK...- llamo, deteniéndose, luciendo ansioso cuando el mayor lo miró. -...quiero mostrarte algo- un chillido ahogado y agudo salió de la boca del sucesor cuando de repente, cayó de espaldas sobre una superficie sorprendentemente blanca y cómoda, quieto mientras era elevado de manera rápida y cerrando los ojos ante el ciento que choca contra su rostro, solo abriéndolos cuando el movimiento se detuvo. Estaban sobre aquella estrella azulada que antes había visto, flotando por encima de los edificios de la ciudad.

-¿Qué...?- observó con asombro como el niño hacia un gesto con las manos, su sorpresa en aumento cuando las luces de la ciudad se atenuaban hasta que el cielo nocturno queda más visible, para luego alzar las manos y empezar a mover los dedos, soltando una carcajada con sorpresa cuando las estrellas se movieron con facilidad. -¿Cómo lo haces?- había el comienzo de una imagen firmada por las estrellas.

-¡Soy un niño de las estrellas!- rio. -Esto es fácil~- sonaba orgulloso, la punta de su lengua asomándose en señal de concentración. -¡Termine!- exclamó y ahí es cuando MK vuelve a ver el cielo, jadeando con asombro al poder ver su rostro y el del niño dibujado con las estrellas presentes.

-Es...asombroso...- verlo es increíble, aunque también aumenta su enorme curiosidad respecto a los poderes ajenos pero cuando se volteo a a verlo, quizás para preguntar, lo encuentra bostezando ampliamente. -¿Estas cansado?- sonrió, divertido al verlo luchar por mantener los ojos abiertos.

-...no...- parpadeo lentamente, volviendo a bostezas. -No quiero dormir...- murmuró con tono triste, luciendo como si estuviera por llorar. -...todos se van cuando me voy a dormir- a pesar de sus palabras, la estrella desciende lentamente.

-Vamos, de seguro ya paso tu hora de dormir- se baja de la estrella apenas están cerca del suelo y estira los brazos, agarrando al niño para poder alzarlo, dejándolo dormitar en su hombro y se dispone a seguir su camino, ya estaban cerca de su casa. Puede escucharlo murmurar, aunque arrastra demasiado las palabra como para entenderlo del todo. Puede entrar por su balcón, solo por seguridad, y prende la luz de noche, mirando a su alrededor. No tiene donde poner al niño. -¿Collector?- llamo suavemente, sonriendo ante el ligero y casi gruñón sonido que recibe como respuesta. -¿Puedes hacer aparecer otra cama?- el niño se endereza de mala gana y mira a su alrededor con los ojos apenas abiertos, analizando su entorno, antes de alzar su mano y chasquear los dedos. No hay muchos cambios pero MK no puede evitar sentir que su departamento es un poco más grande de alguna manera, otra cama apareciendo al lado de la suya y con una lámpara plena de estrellas en la mesa de luz que esta en el medio. -A dormir~- mueve las sábanas, divertido ante el patrón oscuro con estrellas y lunas, acostando lentamente al niño que apenas se mantiene despierto, sacándole los zapatos para dejarlos a un lado y tapándolo, viéndolo acurrucarse, ese pequeño conejo de peluche apareciendo entre sus brazos con un destello de color. -Dulces sueños- le desea antes de ir al baño a cambiarse para poder acostarse cómodo en su propia cama.

Mañana va a ver lo que le dice a su jefe y a todos los demás, por el momento, solo se va a ir a dormir.

~Monkie Kid~ 5️⃣Where stories live. Discover now