The Collector #3

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Espero que les guste~

Nota: ¿Cómo creen que reacciones los demás?

Pigsy va a ser sincero y decir que le dejo un día libre a su único trabajado, además de dinero extra, solo para ayudarlo a relajarse y fingir una relativa normalidad que le habían arrebatado cuando se convirtió en el sucesor de un dios. Tenía la intensión de que se divirtiera, que se mantuviera lejos de los problemas o peleas para variar, pero verlo con un niño que obviamente era de otro mundo, eso era lo último que esperaba.

-MK...- esta cansado pero resignado, agradeciendo ya no tener cabello porque a estas alturas, esta seguro que ya tendría los mechones completamente blancos del estrés.

-Hola Pigsy- sonrió el chico, caminando con toda la tranquilidad del mundo y con ese niño vestido de pijama siguiéndolo de cerca.

-¿Te divertiste ayer?- Tang enarco una ceja, luciendo divertido ante la expresión del chef.

-¡Muchísimo!- rio, emocionado. -Había mucha gente pero igual pudimos subirnos a muchos juegos, ¿verdad Collector?- miro al niño.

-¡La montaña rusa fue lo mejor!- exclamó con una gran sonrisa, contento de ser incluido pero sin alejarse del chico que había sido amable con él. -Y el algodón de azúcar era tan dulce~- se relamió ante el recuerdo. -¿Podemos comerlo otra vez?-

-Más tarde quizás, tanto azúcar no puede ser bueno para nadie- hablo Pigsy, bufando con diversión cuando el par lo mira con un puchero. -Ahora, hay que limpiar, abriremos en unos horas-

-¡Si, señor!- se apresura a obedecer pero el niño aun lo sigue, divagando de todo lo que habían hecho el día anterior y con el chico escuchando, dando sus propias opiniones. Es extraño, porque Collector no se ve como un niño común y corriente, pero deciden no preguntar por el momento, dejando al par estar en su burbuja de emoción infantil.

Todo se prepara rápidamente. El suelo ya esta barrido, las sillas abajo y las mesas limpias, con el ligero aroma a comida ya flotando y la puerta abierta con su cartel correspondiente enfrente, con algunos clientes tempraneros ya acomodándose.

-¡MK, almuerzo!- iba a darle de comer antes de que los pedidos se volvieran demasiados.

-¡Ya voy!- se apresuró a sentarse, respirando profundo y dejando escapar un suspiro de dicha ante delicioso aroma.

-¿Puedo comer yo también?- se paro de puntas de pie, recordando la regla ajena de "sin magia" mientras estuvieran en el restaurante.

-Claro~- movió la silla qué estaba a su lado y alzó al niño para sentarlo allí, moviendo el plato humeante de fideos para que este frente suyo. Se levantó solo para buscar y traer una cuchara, notando la mirada confundida del niño hacia los palillos.

-¿Cómo lo uso?- se veía tan genuinamente confundido que ninguno de los presentes pudo decir con toda seguridad si estaba fingiendo o no.

-Solo sumerge...- hundió suavemente la cuchara en la sopa, elevándola suavemente. -...y a la boca- Collector abril la boca, recibiendo el bocado, destellos emanando de su pequeño cuerpo ante el sabor que inundaba su boca. -Ricos, ¿verdad?-le entrego la cuchara, dejándolo comer por si mismo. Había una cierta torpeza en la firma en la que sujetaba el utensilio y comía pero nadie se quejo, más centrados en la felicidad del niño. -¡Pigsy hace los mejores fideos de la ciudad!- sonrió con orgullo puro, contento de ver al pequeño de pijama disfrutar de la comida cálida y cacera.

-Aquí, come chico- Pigsy no se quejo, porque alimentar a todos era su principal prioridad, y se apresuró a servir otro plato para colocarlo frente al castaño.

-Gracias- MK se apresuró a llenarse la boca, quejándose entre dientes ante la sensación de quemazón, pero disfrutando de cada bocado, el teléfono sonando apenas termino. -Es hora de entregas~- tarareo, levantándose para prepararse mientras el chef se encargaba de cocinar y empacar los pedidos hechos.

-¡MK!- se apresuró a acercarse, algo preocupado al verlo moverse tanto, como si estuviera a punto de irse. -¡Álzame!- levantó los brazos, impaciente. -...por favor...- recordó agregar después de unos segundos.

-Awwww, lo siento, tengo que trabajar- se siente mal pero alza al chico, riendo ante su expresión. -...pero Mei-Mei esta disponible- Collector se queja un poco cuando es empujado a los brazos de alguien más, algo sorprendió ante la suavidad con la que es sostenido.

-¿Volverás?- no me importaba sonar suplicante y esperanzado, mirando a su nuevo amigo con ojos brillantes.

-¡Claro que si!- le saco el gorro solo para despeinar su cabello blanco, ganándose quejas y débiles intentos de alejarlo. -Y nos divertiremos mucho después~- sonó tan seguro que Collector decidió confiar en su palabra y asentir, acomodando su gorra y suspirando con tristeza mientras ve a su amigo alejarse con apuro. Decidió a entretenerse, porque así el tiempo paraba más rápido, decidió prestarle atención a quien lo sostenía.

-¿Mei-Mei?- la miro con confusión, relajándose ante la mirada amable qué brillaba en los ojos verdes ajenos.

-Técnicamente, soy Mei...- sonrió, creyendo que el niño de pijama era adorable. -...pero te daré el beneficio del apodo~- uso su índice para tocar la nariz ajena, ganándose una carcajada. -¿Quieres ver videos de caídas?- se movió para sacar algo de su bolsillo.

-¿Qué son?- se dejó acomodar, curioso ante el aparato que ella sostenía frente a ambos.

-¡Oh, te van a encantar!- rio, presionando reproducir en uno de sus videos favoritos.

Las carcajadas y brillos que vienen del niño llama la atención de muchos pero ninguno se queja, sonriendo, su alegría y diversión contagiosa al parecer por la forma en la que muchos se ríen.

~Monkie Kid~ 5️⃣Onde histórias criam vida. Descubra agora