Piedra #2

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Espero que les guste~

Nota: Me encanta Ao Lie xD

Nota-2: No duden en dejar sus ideas para el siguiente cap :3

La obsesión de Wukong con esa rara piedra sacada de quien sabe donde era notable y un poco preocupante.

Era bastante obvio para todos que esa cosa era su nueva prioridad. Claro, aun hacia pequeñas travesuras y chistes malos, hacia grandes acrobacias y tonterías pero por sobre todo, se aseguraba de que la piedra estuviera intacta y a salvo.

Era raro verlo por momentos quieto en sus descansos, simplemente sentado a la sombra de un árbol mientras contemplaba la piedra con expresión pensativa. Era sorprendente verlo ser tan cuidadoso, sus manos amables mientras tomaban la piedra entre sus manos y la dejaba en su regazo con toda la delicadeza del mundo para tener las manos libres para comer o solo hacer grandes gestos para las historias. Era un poco escalofriante verlo dormir tan quieto cuando todos allí sabían que era un durmiente inquieto, simplemente acurrucado alrededor de la piedra, como si la estuviera protegiendo de todo a su alrededor.

Estaba poniendo a algunos ansiosos.

-No entiendo la obsesión de ese mono con esa cosa- gruñó Pigsy entre dientes.

-¿Quizás sea una cosa de monos?- sonaba más como una pregunta que una afirmación pero Sandy estaba igual de confundido de todos allí.

-Tranquilos- Tang se acercó, su expresión tranquila como usualmente siempre tenía pero ellos podían notar una ligera tensión en su postura.

Estaban preocupados, era difícil negarlo. Temían que una batalla se acercara y Wukong se quedará atrás para proteger algo que ninguno de ellos entendía. Además, estaban molestos por la falta de respuesta y explicación, solo recibiendo un encogimiento de hombros cada vez que preguntaban sobre aquella cosa. Ni siquiera el mono parecía entender su propio cariño por la piedra pero tampoco lucia desesperado por encontrar respuestas o siquiera buscarlas.

Ao Lie era el único entre ellos que parecía extrañamente encantado con toda la situación. En sus descansos, cuando abandonaba su forma de caballo y podía moverse con libertad, no dudaba en acurrucarse al lado del mono, ambos cautivados por la piedra. El dragón era el único capaz de acercarse sin que el demonio se tensara y el único que podía tocar la piedra sin recibir un gruñido, ambos compartiendo grandes sonrisas que solo confundía aun más al resto de los integrantes.

Era raro, muy raro.

Y más adelante, el destino decidió que su viaje había estado muy tranquilo y decidió darles un poco de aventura en forma de un demonio grande, con mucho musculo, que sostenía un gran mazo en una de sus manos y les rugía, exigiendo al monje. Por el sonido de fuertes pasos adicionales, no iba solo.

-Que mala suerte- Tang no pudo evitar fruncir ligeramente el ceño, habían estado muy bien durante unos días, ya sabia que había sido mucha paz. Golpeó el suelo con el extremo de su bastón, un aura dorada rodeándolo y llevándolos un poco más lejos de donde habían estado, pudiendo escuchar aun la voz de aquel demonio que se estaba quejando como una especie de niño mimado.

-¡Yo me encargo!- Wukong hizo el amague de lanzarse a la batalla pero se detuvo en seco, bajando la vista para ver la piedra que acunaba con tanto cuidado. Si peleaba, podía romperla pero si la dejaba, estaría desprotegida. Ninguna de las dos cosas le gustaba.

-¡¿En serio estas dudando por esa porquería?!- el cerdo estaba furioso, aparentando sus puños y luciendo dispuesto a dar un paso para golpear a su compañero pero alguien se adelanto.

-No lo molestes- Ao Lie se paro frente suyo, luciendo tan serio que hizo que el demonio se congelara y retrocediera. El dragón era sonriente y tranquilo, prefiriendo mantenerse al margen a menos que lo necesitarán realmente, así que su expresión los tomo a todos por sorpresa, incluyendo al monje. -Wukong...- su expresión se derritió cuando se volteo a ver al mono, tornándose amable y dulce, algo a lo que estaban más acostumbrados. -...yo lo cuidaré- se acerco, sonriendo cuando los ojos dorados lo miraron. El mono se desinflo con un suspiro, aliviado.

-Gracias, hermano Lie- Wukong acortó la distancia entre ambos, inclinándose para golpear ligeramente sus frentes juntas, gesto que hizo que el de ojos verdes riera con diversión y cariño. El mono fue cuidadoso al entregar la piedra y el dragón fue igual de cuidadoso al recibirlo, abrazando aquello contra su pecho, quedando ligeramente oculto por las mangas de su ropa. -¡Yo me encargo!- con las manos ahora libres, saco su fiel bastón y se alejo con un destello dorado.

Los presentes miraron al de ojos verdes, curiosos. No tenían idea de que edad tenía pero suponían que era un ser algo antiguo y eso los hizo preguntarse si él no sabía más de lo que aparentaba.

-¿Sabes algo que yo no?- Tang hablo apenas Wukong desapareció de sus vistas, pudiendo escuchar sus burlas mientras peleaba, suspirando ante la carcajada que le siguió a eso.

-Nop~- tarareo, tranquilo y casi divertido, acariciando ligeramente la superficie tosca de la piedra como si fuera una especie de mascota.

El monje miro la piedra con expresión pensativa y por primera vez desde su extraña aparición, sintió algo, retrocediendo un paso ante la sensación de ser golpeado de lleno. No lo había notado, quizás por no haber podido ver la piedra con mayor detenimiento, pero así, podía sentir el aura de poder puro que emanaba la piedra.

Había algo raro y que no podía explicar en esa piedra.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora