Capitulo 39: Desastre en África (3).

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En algún lugar de Etiopía.
Prototipo de tanque de batalla.

Levantando las arenas del desierto con una gran velocidad un solitario tanque del GEV (Grupo de Fuerzas Expedicionarias, por sus siglas en ruso) que había logrado escapar del asalto de los separatistas de Eritrea había estado alejándose constantemente de la zona de peligro después de que la ciudad portuaria de Massawa se convirtiera en el infierno.

Las órdenes eran resguardar ese tanque específicamente, debido a que se trataba de un prototipo del llamado 'super tanque' que la Unión Soviética estaba diseñando para enfrentar a los diversos carros de combate que las naciones de la OTAN estaban produciendo. La razón de llevar un objeto de gran valor como ese radicaba era probar el prototipo en un combate real contra insurgencias y guerra asimétrica, y dadas las circunstancias actuales no había posibilidad de rescate por las fuerzas del GEV que se habían replegado hasta el centro de la ciudad.

El tanque ya había recorrido varias decenas de kilómetros antes de quedarse sin combustible. Los tres tripulantes se habían quedado en medio de la nada con un tanque de casi 50 toneladas de peso y con algunas tribus rebeldes acechando el vehículo de combate soviético. El valor que podría alcanzar en el creciente mercado negro era un gran motivador para que por lo menos intentaran capturar semejante bestia de acero

Por fortuna aún contaban con la mayoría de sus proyectiles, una ametralladora Kord 12-7 con varias cajas de munición, sus fusiles de asalto personales y raciones de comida y agua para algunos días. La radio captaba frecuencias militares ocasionalmente por lo que naturalmente lanzaban mensajes de emergencia en la frecuencia del ejército soviético que también se usaba en el GEV (Pese a que dicho grupo militar reunía voluntarios de varios países).

No obstante, el vaivén de las señales hizo imposible poder comunicarse de manera efectiva con las tropas aliadas que seguramente ya estaban buscándolos.  

Cayó la noche, los militares soviéticos se turnaron para vigilar mientras los otros dormían. Cuando ellos vigilaban podían apreciar en esos momentos como a lo lejos se escuchaban los animales corriendo, las aves cantando ocasionalmente y los insectos volando y haciendo sonidos espeluznantes.

El ambiente de África era en extremo diferente a las llanuras ucranianas o a los fríos bosques rusos, quizás había sido mala idea aceptar aquella oferta de pertenecer al GEV, pero sus familias ya estaban en una posición mucho mejor que antes así que, que más daba hacer el sacrificio.

El soldado soviético que estaba vigilando atentamente comenzó a fumar un cigarrillo mientras observaba el cielo estrellado.

A lo lejos, ocultos a la vista, varias personas lo observaban con cautela. Algunos armados con fusiles de baja calidad y algunos otros con pistolas antiguas.

Se trataba de una tribu dominada por caudillos y traficantes que a menudo usaban a los jóvenes como carne de cañón para su beneficio económico, como en ésta ocasión en especial.

Si capturaban a ese tanque lo podrían vender a la CIA por varios millones de dólares o a otro postor que les ofreciera esa millonada. Si el destino era piadoso con ellos podrían dejar de vivir en la miseria, sus familias ya no pasarían hambre y no morirían por enfermedades del agua sucia.

Aunque también cabía la posibilidad de que el jefe tribal se negara a compartir parte de las ganancias, estaban pensando en como matarlo y apropiarse de todo si eso pasaba. Al fin y al cabo, ¿Qué más daba arriesgarse por un futuro mejor?.

Guardaron el secreto y regresaron, armaron su plan para el día siguiente. Querían asegurarse a toda costa tener éxito sin importar que mataran a gente que no conocían ni tenían nada que ver con su situación.

Rezaron antes de dormir, los jóvenes que tenían entre 10 y 18 años rezaban a diario a su Dios que según su biblia les daría su bendición para salir de la carencia.

Mientras tanto los soldados soviéticos fueron cambiando de turno para vigilar y descansar como correspondía. Al amanecer comenzaron a moverse, recorrieron algunos cientos de metros a la redonda para dar una suposición de dónde estaban, su conclusión fue: No tenemos la más jodida idea de dónde estamos.

Quizás el mapeo que tenían no era del todo exacto después de todo, si no supieran leer mapas dirían que es un mapa de Afganistán o de Bolivia por el relieve.

El medio día llegó y se refugiaron en la sombra del tanque tapando la escotilla con una playera para no sofocarse con el calor.

Mantuvieron la vigilancia con las visiones ópticas experimentales del tanque, cambiaban constantemente de óptica para hacer anotaciones en su bitácora e informes.

En cierto momento comenzaron a jugar a los naipes para matar el tiempo, comenzaron a cantar las canciones que se les viniera a la cabeza y hacer idioteces que se les viniera en la mente.

Quizás ésta situación era necesaria para reforzar la camaradería y poder conocer mejor el tanque que tenían en sus manos.

[Continuará...]

Oriente: La Unión Soviética.Where stories live. Discover now