Después de que Mikhail Gorbachov fuera destituido del gobierno en 1987, la Unión Soviética tendrá que enfrentar nuevos retos para la recuperación económica y social y así garantizar su victoria en la Guerra Fría.
Moscú. Unión Soviética. Edificio del Comité Central del Partido Comunista.
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"Iniciamos en éste momento la sesión extraordinaria para la elección del nuevo Secretario general del Partido Comunista".
Tras confirmarse la destitución de Mikhail Gorbachov, rápidamente se procedió a la junta entre los miembros para la elección de su nuevo líder, y no sólo el líder del partido, sino que también sería el líder de toda la Unión Soviética.
De antemano se sabía que habían pocos candidatos, la mayoría no eran conocidos a excepción de uno: Gennady Ziuganov.
Las facciones ortodoxas se habían puesto de acuerdo en proponer a Ziuganov como su candidato y gracias a que las campañas de difamación en contra de las facciones más liberales fueron un completo éxito y la intervención de Gennady en el Soviet Supremo lograron un importante apoyo masivo.
Hasta ahora más de la mitad del partido estaba de acuerdo en que Ziuganov asumiera su rol como Secretario general del PCUS y, por tanto, de la URSS.
Los debates que se habían iniciado a las 17:00 horas (05:00 PM) llegaron a su punto más álgido cuando Gennady finalmente pasó a dirigir su discurso.
"Camaradas del partido, se que todos en éste momento tienen sus respectivas opiniones acerca de quién debería ser el Secretario general; sin embargo no tenemos tanto tiempo para divagar de manera inútil, no sería exageración que lo que salga hoy determinará la existencia de la Unión.
Ya hemos visto que desde que la facción más céntrica ascendió al poder con Krushev no fue capaz de mantener una línea de delimitación acerca de nuestros rivales en Occidente. Con Breznhev si bien logramos estabilizar nuestra posición en el mundo nos estancamos económicamente; fue aún peor cuando murió Breznhev, damas y caballeros, los social demócratas y los más liberales empezaron a tomar el control del partido y con ello, llegó el debilitamiento de la Unión Soviética.
¿Permitirán que simplemente nos hundamos sin luchar?".
Muchos se quedaron sin palabras, Gennady Ziuganov no había mentido acerca de los sucesos que él describió, el continúo hablando.
"Nuestra salida no es tan simple como elegir a un líder, no obstante, les puedo asegurar que debemos asegurarnos de que quién fuera el elegido deba estar plenamente capacitado para ejercer debidamente el cargo, ya no podemos demostrar debilidad ante los cerdos capitalistas.
... Sé que es difícil poder darles alcance en muchos factores, pero si disponemos de tácticas económicas que alterne entre año y año las áreas a cubrir, lograremos estar a la par, e incluso los podríamos superar.
Confío plenamente en qué el Comité Central tome la decisión adecuada".
El edificio resonó con los aplausos. Quién estuviera dudoso finalmente tomó partido, al cabo de un rato se llevó a cabo un consenso dentro de la sesión.
