Oriente: La Unión Soviética.

Capitulo 34: La sombra al acecho.

????
????

Una reunión se celebraba en algún lugar desconocido, los invitados de alto perfil estaban platicando y escuchando la exquisita sinfonía que tocaba una orquesta en el fondo, esperando la llegada del anfitrión

"Agradezco que se hayan tomado el tiempo de venir". Dijo un hombre vestido de manera elegante.

Los invitados asintieron y se sentaron conforme el anfitrión lo hacia.

"Supongo que se han enterado de los infortunios que están azotando a mi patria". Dijo aquel hombre como una introducción de lo que vendria despues.

"He oido algunas cosas camarada Abramov". Respondio un hombre con un pin especial indicando la bandera húngara.

"¿Para qué nos has convocado?". Cuestionó otro.

"Hay una operación muy importante que se está ejecutando en estos momentos en territorio norteamericano, es imprescindible el éxito para que no caigamos en desgracia. Aunque hemos conseguido desviar la atención de la inteligencia occidental, están empezando a sospechar de lo que tenemos entre manos". Explicó Abramov.

Todos los presentes se interesaron por aquella operación realizada por los soviéticos.

"¿Y eso es?".

"Me temo que no les puedo revelar más información ".

El revuelo invadió entre los asistentes

"¿Es en serio?, ¿Ni siquiera pretendes decirnos que vas a hacer?". Se escuchó la molestia en la voz de uno.

"¿Y así vienes a nosotros?, ¿Acaso nos ha visto cara de caridad?".

La tensión emergió en el aire, no obstante el soviético no cedió a la presión.

"Lo sabrán en su debido tiempo, no obstante necesito saber si cuento con su apoyo por una última vez".  Contestó Abramov.

"Eres fuerte al igual que tú país, pero si me niego dudo mucho que puedas obligarnos". Dijo un nuevo imponiéndose de manera desafiante.

"¿A si?". Preguntó con enojo.

En ese momento dirigió la mirada a uno de sus subordinados, en éste momento asintió dando una señal.

Al instante comunicó alguna orden a otros subordinados quienes entraron bruscamente aventando a un hombre esposado. La orquesta dejó de tocar ante el susto.

"Caballeros... Éste hombre es Aras Kazlauskas... Agente norteamericano y autor intelectual y líder de la rebelión lituana. El muy cabrón pudo engañar a todo el gobierno soviético, se escondió en Helsinki creyendo que no había nadie que diera con él. Creo que pueden entender que no hay nadie en ésta sala que pueda escapar de mi. Ahora bien soy alguien generoso, ayúdenme y pueden quedarse con sus países, realmente no tengo problema en lo que hagan o que no hagan; por mi hagan una monarquía o una dictadura capitalista, no me importa. Pero todo ésto tiene un precio y ese precio es que sigan bajo mi sombra, ¿Entienden?".

El silencio invadió el ambiente.

"Señor Kazlauskas, ¿Sabe en qué problema está metido?". Cuestionó el angel caído permitiendo que su interlocutor se pudiera incorporar a medias.

"¡Púdrete maldito comunista!. ¡¿Crees que has ganado ésto siquiera?!. ¡Eres un estúpido si crees que has lidiado con todos nosotros!".

En ese punto una fuerte carcajada proveniente de Abramov se hizo escuchar.

"Niño... Hijo de los Hermanos del Bosque, ¿No te has puesto ha pensar que yo te conozco y a los tuyos mejores que a ustedes mismos?. Yo ya había desaparecido de la faz de la tierra a tus putos padres y a tus malditos abuelos colaboracionistas cuando apenas eras consciente de ti mismo. Yo soy el máximo artífice de la Inteligencia Soviética, no hay rival alguno que haya sobrevivido a mí, ni habrá tal. No eres solo un malagradecido con la Madre Patria al darle la espalda tan vilmente sino que te has convertido en un simple peón que sería sacrificado para debilitar a nuestro pueblo ante un ataque enemigo, ¿Comprendes la gravedad de tus actos siquiera?".

Dió un suspiro, y finalmente dió una muestra fuerza. Abramov dió una indicación para ejecutar al líder insurgente frente a sus pares de otros países.

El Estado Profundo de la Unión Soviética, aquel lugar dónde un cualquiera ni un no cualquiera no podían entrar. Él dirigía la URSS desde las sombras y éste... Era su plan maestro.

En algún punto entre la frontera de México y Estados Unidos.

Pese a la ley marcial en Norteamérica aún había flujo migratorio tanto legalmente como de manera ilegal, Perseus y los miembros de la inteligencia soviética aprovecharon éste factor para dar comienzo a la Operación Armagedón.

Dicho operativo estaba siendo dirigido desde Nuevo Laredo, Tamaulipas aprovechando la redes de narcotráfico del Cartel del Golfo y la corrupción presente en las instituciones estatales y municipales.

El uso de cada vez más intermediarios para despistar fue algo frecuente para llevar a callejones sin salida a cualquier investigación a futuro.

Desde el otro lado de la frontera se usaron millones de dólares para ocasionar una explosión social dentro de los Estados Unidos, éste dinero era proveniente del lavado de dinero que recibieron los elementos soviéticos en un trato con Juan García Ábrego (líder del Cartel del Golfo en aquel tiempo) a cambio de armas y otro equipo militar.

Más allá de lo que la gente del exterior podía ver, en los Estados Unidos el clima no era muy diferente al de la Unión Soviética. El caos comenzaba a tomar rehenes en los estados.

Particularmente el KGB y el GRU usaron las rencillas raciales entre la población a fin de agudizar la crisis interna en un intento de distraer a la inteligencia occidental de sus verdaderos planes.

Ya habían pasado cuatro días desde la declaratoria de guerra y Ronald Reagan aún no daba la cara para esclarecer el papel de Estados Unidos en el ataque al Comité Central soviético y ésto bastó y sobró para llegar a la situación actual, aún así por fuentes fiables se sabía que Reagan intentaría relajar la situación interna en una conferencia de prensa.

No se sabía exactamente cuándo, pero sería antes de que algún ataque de uno de los bandos se produjera.

El destino de Estados Unidos, de la Unión Soviética y del mundo entero cambiaría para siempre gracias a las consecuencias de ésta operación.

[Fin del capítulo 34].