Crucé mis brazos, "No voy a ir a California contigo"

"No digas estupideces. No seas absurda" rió, sin tomarme en serio.

"Yo no te amo"

Adam cerró sus puños y me miró como si quisiera asesinarme en ese momento. "Disculpa?" cuando abrí mi boca para hablar, él me interrumpió. "Tu no me amas?"

"Lo lamento-"

"No" rió, pero tuve el presentimiento que no fue porque encontrara esto divertido. "Tú no me amas" repitió. "Tú no me amas?" Me quedé quieta, tenía miedo de haberlo llevado al borde. "Te he dado todo!" gritó Adam, señalándome con su dedo índice y logrando que las personas que estaban cerca se quedaran mirándonos. "Pasé cuatro años de mi vida contigo para esto? Te acogí cuando Lauren ya no te quería- te di un anillo. Te estoy dando una boda, una casa y una familia. Lo único que tenías que hacer era fingir ser la esposa buena- y ni siquiera pudiste hacer eso!" tragué pesadamente, alejándome un paso de él. "Si no querías estar conmigo entonces por qué te subiste al carro anoche?"

"Porque tu me dijiste que lo hiciera" murmuré.

"Oh, tienes que estar bromeando. En serio? Porque yo te lo dije? No, no acepto eso" sacudió su cabeza, exasperado. "No te entiendo Camila. Por qué dejaste a Lauren si no me amas?" no respondí y él volvió a hablar. "De hecho, por qué incluso ibas a estar alguna vez conmigo si no me amas?"

"Porque tu me amas y ella no. O- al menos eso pensaba. Pero resultó ser lo contrario- Lauren me ama"

"Entonces qué? Yo fui algún tipo de lección para ella? 'Si tu no me quieres, alguien más lo hará' ?"

"No, yo solo... no quería estar sola. Lo lamento" fruncí mi ceño y me quité mi anillo de compromiso en un intento por devolvérselo.

"No lo quiero" afirmó Adam cerrando la puerta del baúl con todas sus fuerzas y recogiendo sus maletas. "Y sabes qué Camila? Tú te mereces estar sola" dijo antes de alejarse para desaparecer detrás de las puertas del aeropuerto, dejándome sola con el chofer quien trataba de mantener una expresión calmada.

"Podría llevarme a casa?" le pregunté débilmente.

"Dónde queda eso señorita, cual es su dirección?"

Me congelé. No tenía una casa. Por primera vez en mi vida, estaba completamente sola. "Yo... no lo sé" admití, sintiendo que las lágrimas amenazaban con caer.

Una expresión compasiva llenó el rostro del conductor antes de que abriera la puerta del carro para que entrara. "Puedo reservarle una habitación de hotel señorita. En cualquier sitio que le guste"

Me subí al asiento trasero recostándome contra este. Mi mano estaba en mi frente y mi pierna brincaba de arriba a abajo ansiosamente mientras pensaba en que tendría que estar sola.

El gentil chofer comenzó a manejar, haciendo contacto visual conmigo de manera frecuente como si notara mi preocupación. Llevábamos cinco minutos de camino cuando me dijo "Yo no creo que usted merezca estar sola señorita"

"Gracias" le respondí suavemente.

Pero Adam tenía razón. Los herí a ambos en tantas ocasiones que no esperaba que alguno me perdonara. Quizás ni lo merecía.

Los últimos meses eran recuerdos borrosos. Demasiadas cosas sucedieron, todo porque Lauren y yo teníamos miedo de arruinar algo que ya habíamos arruinado hace algún tiempo. Ella me empujó al límite y yo hice lo mismo con ella. Eso era lo que pasaba cuando estábamos juntas. Había demasiada presión. Y eso no iba a cambiar solo porque ahora sabía que Lauren me amaba. Eramos pésimas en cuestiones de comunicación. Le tomó siete años admitir que estaba enamorada de mí, y ni así pude darle una respuesta coherente. Quizás no estábamos destinadas a estar juntas, no de esa forma. Quizás el amor no era suficiente.

One and OnlyWhere stories live. Discover now