Capítulo 12

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Lauren's POV

Eran las ocho de la mañana- la hora perfecta para que Camila y yo desayunáramos antes de ir al trabajo- y ella aún no salía de su habitación. Sabía que estaba enojada conmigo por lo ocurrido anoche, pero todo esto no tenía que ver con el hecho de que no la deseara. Francamente, estaba un poco sorprendida de que estuviéramos juntas. Fue todo tan repentino. En un momento, ella estaba comprometida y a punto de mudarse a miles de kilómetros de distancia y ahora estábamos juntas. Sé que confesó no haber amado a Adam, pero iba a casarse con él sin dudarlo, antes de que yo la hiciera cuestionarse al respecto. El era todo lo que Camila había deseado en algún momento, excepto por su incapacidad de proporcionarle un orgasmo. Aún me daba risa pensarlo. Aún así, el hecho de que él fuera su chico de ensueño, era lo que me detenía de querer arrancarle la ropa. Todo lo que yo tenía para ofrecerle era sexo.

Pero no podía decirle eso. No podía decirle que pensaba que me estaba usando para compensar la pasión que le faltó en su relación con Adam. No tenía idea de cómo hacer para superar esta situación. Cada vez que observaba a mi morena, pensaba en mandar todo a la mierda y satisfacer mis deseos. Lo que dije fue cierto- nunca había querido tanto a alguien en toda mi vida.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando Camila entró a la sala. Estaba vestida y lista para ir a trabajar, llevaba un vestido corto color crema y un delgado cinturón negro que delineaba su pequeña cintura. Su cabello estaba ondulado y su maquillaje resaltaba esos cálidos ojos marrones que me amaba mirar. Estaba absorta observando su belleza pero el sonido de sus tacones negros me devolvió a la realidad.

"Te hice desayuno." dije, observándola servirse una taza de café.

"No tengo hambre." respondió mientras observaba su teléfono.

"Te ves hermosa."

Camila me observó, prudente ante el cumplido. "Deberías alistarte." sonaba irritada ante el hecho de que estuviera tratando de hablarle después de lo de anoche.

Rodé mis ojos, a pesar de saber que tenía razón. Aún tenía puesta una vieja camiseta. "Ya estaría lista de no haber sido porque estaba esperando que salieras de esa habitación y dejaras de actuar como una niña." Mis palabras la tomaron por sorpresa. Incluso a mí. "Deberías adelantarte. Seguramente llegaré tarde." la hostilidad era notoria en mi tono de voz, me dirigí a mi habitación y tiré la puerta, con más fuerza de la que pretendía. Okay, quien era la que comportaba como una niña ahora? Probablemente yo.

-

Me vestí tan rápido como me fue posible, tomé un taxi, Camila se había llevado el carro. El tráfico era extremo y sabía que mi jefe se molestaría con mi tardanza.

Cuando llegué, traté de sentarme en mi escritorio de la forma más discreta posible, sin que mi jefe se diera cuenta. Pero por el contrario, su voz silenció la oficina. "Señorita Jauregui, me gustaría verla en mi oficina, ahora." suspiré, todos los ojos estaban puestos en mi antes de que me levantara, recorriendo el camino de la vergüenza hasta su oficina. Una vez cerré la puerta, me sonrió con aires de suficiencia. "Llega tarde señorita Jauregui."

"Me disculpo por eso. Ni siquiera trataré de inventar una buena excusa. La verdad es que me demoré mucho desayunando- perdí la noción del tiempo."

"Camila Cabello, su compañera de vivienda, según tengo entendido, llegó a tiempo." afirmó cruzando sus brazos, desafiante.

"Ella decidió saltarse el desayuno."

"Una muy sabia decisión de su parte."

"Estoy de acuerdo." aclaré mi garganta, la oficina me hacía sentir incómoda. "Lo lamento Mr. Clarke. No volverá a suceder."

One and OnlyWhere stories live. Discover now