64; PENTOS Y STORM'S END

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PENTOS Y STORM'S END

La primera en abandonar Dragonstone fue Aiyana que, gracias a los dioses, logró que Caníbal no se comiera a Haizea. La mayor de las princesas se despidió de sus padres, sus hermanos y su sobrina con abrazos y la promesa de verse nuevamente. Caníbal era veloz así que su viaje duró dos días sin parar. Cuando llegaron al lugar donde solían vivir con su madre en los primeros años de su vida se sintió triste al verlo, no lo recordaba, pero sus padres siempre hablaban del lugar con cariño. Haizea le ofreció quedarse a descansar, pero ella se negó, necesitaba regresar cuanto antes a Dragonstone. Para cuando Caníbal se alzó en el cielo ella asumió que sus hermanos estaban listos para partir el día siguiente por lo que seguramente ella llegaría justo cuando ellos se iban.

En Dragonstone, tres días después de despedirse de Aiyana, sus hermanos y sus primos estaban listos para partir a sus destinos asignados. Rhaena había descendido de Dragonmont esa mañana después de casi una semana entera desaparecida y lograron ponerle montura a Grey Ghost, pero ella se quedó por órdenes de su abuela que partió con la flota de los Velaryon a cuidar el paso en el Mar Estrecho. Rhaenyra y Laenor se reunieron con sus hijos para despedirse de ellos mientras Cerys y Daemon se despedían de sus hijos. Alyssa más que nada se veía ansiosa y a cada rato miraba a Jaehaerys y Lucerys como si quisiera decirles algo, pero antes de hacerlo se detenía. Su visión sobre el comienzo de la guerra sólo incluía a su primo Lucerys, nunca vio con claridad quienes lo acompañaban, pero ahora todo estaba claro. Uno de los tres no iba a regresar a casa, pero no sabía si era su hermano, su primo, o ella misma.

Helaena debe saber. El recuerdo de su tía embarazada le dio ganas de vomitar.

—No olviden que son Targaryens—Daemon miró a sus hijos—, la sangre de la vieja Valyria corre por sus venas—sus ojos cayeron en su hija menor—. Son el futuro del reino, no dejen que nadie les haga pensar lo contrario.

—Los envío como mensajeros, no como guerreros—les recordó su madre—. Sin embargo, si se sienten amenazados, si están en peligro, no duden en luchar para sobrevivir—su mano derecha fue a Jaehaerys acariciando su mejilla—. Cuida de Lucerys, pero no te descuides a ti mismo, tienes una hija que esperará por ti.

—Volveré, lo prometo—Jaehaerys sonrió a su madre tomando la mano de Rhaella.

—Más te vale, si no regresas iré por ti a donde estés y acabaré contigo—Rhaella lo miró con una expresión seria—, no voy a criar a Aemma sola.

Daemon sonrió y acarició el cabello de Viserys.

—La guerra está sobre nosotros, no lo olviden.

Cerys les entregó los mensajes que llevarían y beso sus mejillas con cariño, y aunque ellos se quejaron igual recibieron las muestras de afecto. Daemon y Cerys los vieron despedirse del resto de sus hermanos y poco después los dragones abandonaron Dragonstone llevándose los corazones de cuatro padres preocupados con ellos. La Reina no se movió de su lugar hasta que el último de los dragones desapareció de su vista, en lo más profundo de su ser rezaba para que sus hijos y sus sobrinos regresaran a casa con bien.

Una tormenta estaba por azotar Storm's End cuando Jaehaerys y Lucerys llegaron, sus dragones lograron mantener un vuelo estable bajo los truenos y ellos no se pudieron sentir más orgullosos de eso. Alyssa se había separado de ellos antes de que pudieran siquiera ver la fortaleza de los Baratheon, despidiéndose con una sonrisa y una promesa de verlos otra vez. Los dos príncipes llevaron a sus dragones hasta el patio fuera de la fortaleza donde aterrizaron sacudiendo el suelo, por suerte Baexar y Arrax no eran tan grandes como Sunflare o Hellfyre y cambian sin problema uno junto al otro. Jaehaerys fue el primero en descender de su dragón mirando a los caballeros que custodiaban la entrada. Lucerys llegó a su lado visiblemente nervioso, pero el mayor lo tranquilizó con una sonrisa antes de moverse. Estaban cerca cuando un rugido los detuvo, los dos se giraron al muro y Jaehaerys contuvo la respiración al reconocer el dragón. Stormfyre se alzaba por sobre el muro, tan grande como Drakon que era el doble de grande que Baexar y el triple de grande que Arrax. Lucerys se sostuvo de Jaehaerys cuando perdió el equilibrio al reconocer el dragón de su tío.

burning fire. (daemon targaryen)Where stories live. Discover now